Uno de los dos rabinos principales del país, Yitzhak Yosef, declaró este mes que los ultraortodoxos "se mudarán todos al extranjero" si se los obliga a alistarse. La declaración suscitó tanto
una condena, por impulsar a los israelíes a irse durante una crisis nacional, como burlas, porque muchos israelíes laicos no tendrían ningún problema en que los ultraortodoxos partieran en masa, dijo Malach, del Instituto Israelí para la Democracia.