Domingo, 30 Noviembre 2014 18:58

Los "arrepentidos", hombres clave para desentramar causas de lavado y evasión Featured

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Los "arrepentidos", hombres clave para desentramar causas de lavado y evasión Los "arrepentidos", hombres clave para desentramar causas de lavado y evasión julio molisano reporte24

POR LEANDRO RENOU/El europeo Hervé Falciani y el estadounidense Barry Birkenfeld pasaron años en la cárcel por robo de información, pero ahora colaboran con países que quieren recuperar dinero evadido. Arbizu, en Argentina, hace su parte.

En 2006, tras cinco años de trabajo ejemplar en la División Sistemas del banco HSBC en Suiza, la vida de Hervé Falciani dio un giro brusco: entró a los servidores de la entidad y sustrajo 130 mil ficheros informáticos que contenían cuentas de clientes, montos en dinero y los nombres de los facilitadores de operaciones ilegales como fuga, evasión y lavado de activos. Inicialmente, intentó sin éxito venderle a un banco libanés los datos. Deambuló por círculos dedicados al espionaje en Europa. Tampoco consiguió colocar el material. En 2008, Suiza le inició una causa por robo de información y tráfico. Se fugó a Francia para evitar ser extraditado (tenía pasaporte galo), y una vez allí empezó a conocerse la información de su "lista".

Según un informe especial de Tiempo Argentino, por temor a una venganza de algunos de los denunciados, se instaló en España, donde fue detenido y puesto en prisión a principios del 2012. Cumplió condena y a finales de ese año quedó en libertad, luego de haber aportado información de su lista a varios países de la Unión Europea. Este año, el nacido en Mónaco le entregó al fisco argentino un listado de 4040 cuentas de ciudadanos locales que enviaron dinero a Suiza sin registrar. Y, con aval del gobierno francés, abrió la puerta a una mega causa que involucra a las fortunas de la Argentina.

5000 mil millones es la cantidad de dólares que Argentina podría recuperar si lograra repatriar lo que fugaron los clientes locales denunciados por Arbizu, de JP Morgan.

Ese clic en la cabeza de Falciani, que pasó de ser un empleado convencional a casi un agente de inteligencia en cuestión de minutos, ocurre en muy pocas oportunidades en el caso de banqueros, pero siempre con las mismas características. Lo evidencian los casos de Hernán Arbizu, ex gerente del JP Morgan; y Barry Birkenfeld, ex directivo de la Unión de Bancos Suizos (UBS).

Por una u otra razón, todos confesaron su delito y se arrepintieron. Pero se llevaron información para demostrar que los "arrepentidos" son un error en la matriz de lavado y fuga que detentan los bancos de inversión a través de las divisiones de Banca Privada. Envueltos en un halo de romanticismo, estos cuadros son culpables de delitos, pero según sus propias declaraciones ante la justicia, actuaban como brazo ejecutor de una idea superior, impulsada por los bancos. El resto lo hacen los tenedores de fortunas, que en todo el mundo estilan exteriorizar ganancias sin tributar en sus países de origen.

También en 2006, pero en Argentina, Arbizu subió casi 20 pisos hasta las oficinas de Banca Privada que el JP Morgan tiene en Catalinas. Sabiendo que el banco había descubierto una estafa suya con triangulación de dinero entre cuentas para cubrir saldos pendientes por sobrestimación de intereses, se llevó de la sucursal una nómina de 469 empresas y personas físicas de Argentina que tenían cuentas en el exterior, sobre todo en el Morgan de Nueva York. También, en su caso, se trató de corporaciones de peso en el país.

Para evitar la extradición pedida por Estados Unidos –pesan sobre él tres causas penales en ese país–, se autodenunció por robo en la Argentina y entregó a la justicia local ese listado. Presa predilecta del gobierno estadounidense, la Interpol le impuso una Circular Roja, una alerta de detención inmediata que hoy ostentan, por caso, el paramilitar de derecha y narco colombiano "Mi Sangre".

El desafío ahora es saber si sólo seguirán yendo presos los autores materiales de crímenes económicos, mirados desde detrás de los barrotes por los verdaderos ideólogos.

La historia de Barry Birkenfeld, ex empleado de UBS en Estados Unidos, también arrepentido, tiene los mismos ribetes de novela. En 2009 fue condenado a tres años de prisión por conspirar para ayudar a las principales fortunas del país del Norte a evadir impuestos. Birkenfeld reconoció ante la justicia haber contrabandeado, por pedido de uno de sus clientes, millones de dólares en diamantes dentro de un tubo de pasta dentífrica. Además, había colaborado para que un magnate inmobiliario creara empresas y entidades fantasma para evadir al fisco por más de U$S 200 millones. El hombre en cuestión forzó con su caso a que Estados Unidos y Suiza rubricaran un acuerdo para que UBS entregara información de cuentas de casi 5000 clientes norteamericanos que evadían dinero siendo clientes del banco. Cuando salió de prisión, en 2012, Birkenfeld recibió del Estado un resarcimiento económico por su colaboración para perseguir a los fugadores de capitales. Hoy trabaja asesorando estados en la materia.

Legalmente, en Argentina, la figura del arrepentido no existe en el Código Penal. Ergo, la entrega de evidencia no garantiza una pena atenuada. Este punto no es menor: todos estos banqueros afirman que si el "perdón" para los que otorgan información confidencial para ayudar a Estados a recuperar dinero evadido estuviese más aceitado, habría cataratas de arrepentidos. Pero el peso de los sectores políticos y económicos involucrados, más la connivencia judicial, hacen imposible la agilización de causas.

Así y todo, el caso de Falciani y el respaldo político del gobierno galo abre la puerta a un escenario presuntamente diferente, que empezó a mostrar resultados en Argentina. En España, en tanto, su filtración impactó de lleno en el caso Gurthel, haciendo tambalear a funcionarios del PP.

El desafío ahora es saber si sólo seguirán yendo presos los autores materiales de crímenes económicos, mirados desde detrás de los barrotes por los verdaderos ideólogos.

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