Jueves, 01 Febrero 2018 18:49

¿PARA QUÉ TENEMOS LOS DIARIOS? Featured

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¿PARA QUÉ TENEMOS LOS DIARIOS? ¿PARA QUÉ TENEMOS LOS DIARIOS? julio molisano reporte24

COLUMNA DE OPINIÓN POLÍTICA/DICEN QUE DECÍA PERÓN QUE SI UNO QUERÍA ENTENDER EL MUNDO MODERNO DEBÍA LEER COSECHA ROJA, DE DASHIELL HAMMETT. PERO ESO PORQUE PERÓN TODAVÍA NO HABÍA VISTO LA SAGA DE EL PADRINO, DE COPPOLA-PUZO.

Sobre todo la primera, en la que una escena ilustra como nada el nacimiento del mundo moderno.

Es cuando Michael (Al Pacino) toma el poder, o se anuncia para hacerlo.

Herido el viejo en un atentado de famiglias rivales, los hijos, reunidos, debaten qué hacer. Sonny (James Caan), quiere iniciar una guerra. Tom, il concilieri (Robert Duvall), trata de calmarlo, cuando Michael, el más chico, el héroe de guerra, recién golpeado por el jefe de policía de Nueva York, propone asesinarlo.

Todos se ríen. Creen que es algo personal, y le dicen aquello de que “son sólo negocios”, y luego le explican por qué no se podía matar un jefe policía, y por qué nunca habían matado a ninguno por más corrupto que fuera.

Es ahí cuando Michael les hace la pregunta que inaugura el mundo moderno: ¿Para qué tenemos los diarios?... Y les explica: “Matan jefe de policía envuelto en narcotráfico”, y allí, así, los dueños de los fierros descubren algo más poderoso y letal que los fierros: los medios.

En ese momento de la película y del mundo, todo lo demás se vuelve pasado pisado.

Por fin la democracia mostraba su talón de Aquiles.

Como un escalpelo que así mata como cura, la libre expresión podía resultarles muy útil.

Ahora, así, era posible participar en política, promover senadores, incluso poner presidentes, y hasta ser condecorado por el Vaticano. ¿Para qué tenemos los diarios?

De igual forma el poder económico que en los años 70 arrastró a los militares latinoamericanos a un oprobio que no cesa, descubrió un día que había algo mejor, más efectivo que los fierros: los medios.

Y entonces los compraron.

Y así como alguna vez la dominación económica reemplazó la ocupación militar, ahora ya no precisaban encañonar a la masa, reprimirla: bastaba intoxicarla intelectualmente, confundirla, proyectar, contra la tela en blanco de su apuro cotidiano en la lucha por la supervivencia, una película de la realidad. Como en la caverna de Platón, igual.

Era la democracia.

Su talón de Aquiles.

En nombre de la libertad de expresión, se podía levantar incluso un monopolio mediático más poderoso que la verdad. Mejor, peor: se podía sustituir la verdad, y poner algo más conveniente en su lugar.

De ahí a elegir parlamentarios, ministros, jueces y presidentes, era sólo cuestión de volumen. De crecer. De comprar y tener más medios hasta convertirse en un estado paralelo. Como una mafia.

El mejor ejemplo, por perfecto, sería la Argentina, donde, como en ningún otro país del mundo, un conglomerado periodístico se adueñaba de pronto de todo el papel para diarios de un país. Nadie se había atrevido a tanto.

Dicen también que decía Perón que fundó TELAM porque la gente no conocía China sino lo que le contaban de China, y que entonces era mejor ir a China.

Así también Héctor Magnetto comprendió que, si eran dueños de todos los medios, la gente no conocería la realidad, sino lo que ellos le contaran de la realidad. Y clavó sus colmillos en nuestro talón de Aquiles.

En 1977, a cambio de encubrir un genocidio, se quedó con todo el papel del país, y a partir de entonces fueron la realidad. La verdad.

Alfonsin se les opuso, y se lo comieron hasta deshacerlo. Menem les soltó la correa y les entregó los medios audiovisuales. Duhalde les pesificó la deuda y los salvó del desastre al precio de todos nosotros. Entonces llegó Néstor Kirchner y les entregó lo que les faltaba: todo el cable.

Cristina los enfrentó. Así lo pagó, lo paga, y lo pagará. No habrá respeto ni piedad con ella, como sí los tuvieron con auténticos asesinos, con verdaderos corruptos, con indiscutibles dictadores. Cristina será un ejemplo para cualquier otro que se atreva. (Pero la monstruosidad de su enemigo da la estatura de su coraje).

Ahora volvieron y se quedaron con todo. La Capital, la Provincia, el país… Pusieron a uno de sus empleados a cargo del Ministerio de Economía, a uno de sus abogados en la Corte Surprema, a uno de sus gerentes en la ANSES, a otro en el INCAA, y siguen y comen... ¿Para qué tenemos los diarios?

Trabajaron duro, sin descanso, sin reparar en ningún código de ética ni en nada; entre injurias y mentiras se jugaron el poco prestigio periodístico que les quedaba, fueron por todo, y por fin, por prepotencia de volumen, y un pelito de votos, consiguieron imponer a su muchacho. Un socio. Un empresario multinacional de larga trayectoria en el saqueo del Estado. Uno de los nuestros, diría Magnetto, después de preguntarse sonriendo ¿Para qué tenemos los diarios?

GENTILEZA DEL BLOGSPOT “EL MARTIYO”

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