Lunes, 09 Diciembre 2019 20:11

LA GÉNESIS KEYNESIANA DEL PERONISMO Featured

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10 DICIEMBRE 2019 REPORTE24//

LA DESIGNACIÓN DE MARTÍN GUZMÁN COMO MINISTRO DE ECONOMÍA DE LA NUEVA ADMINISTRACIÓN FERNÁNDEZ NO DEBERÍA SORPRENDER. DISCÍPULO DEL PREMIO NOBEL JOSEPH STIGLITZ, SUS BLASONES SE INSCRIBEN CON LA FILOSOFÍA ECONÓMICA DEL PERONISMO EN SUS DISTINTOS GOBIERNOS (CON EXCEPCIÓN DE LA EXPERIENCIA NEOLIBERAL DE CARLOS MENEM). GUZMÁN ES UN JOVEN ECONOMISTA NEO KEYNESIANO.

POR JOSÉ MARÍA LAS HERAS//Y decir que es un neo keynesiano y que coincide con las ideas de Stiglitz, es señalar que está imbuido en la propuesta del papa Francisco para sentar las bases de una economía social global, esencia de la convocatoria para Asís en marzo 2020. Y que está en las antípodas del modelo neoliberal especulativo, egoísta y de descarte humano. Recordemos que el pasado 11 de mayo el papa, en audiencia privada, recibió a Stiglitz y a Guzmán, coincidiendo en impulsar una nueva concepción económica de mirada al futuro “con la voz de los más jóvenes”.

¿En que se alinea el pensamiento económico del peronismo con las ideas de Keynes de los años 30? Cuando Juan Domingo Perón asume la presidencia, en 1946, el mundo estaba partido en dos. En 1944, en Bretton Wodds, con la creación del FMI se sientan las bases del nuevo sistema financiero internacional. Keynes -presente en la reunión- advierte que implementar el dólar como moneda de referencia no llevaría a buen puerto. Él proponía “una canasta de monedas”, y se ilusionaba que a través de los Estados socios del FMI se podrían administrar armónicamente los flujos financieros internacionales. Al contrario: el imperio el FMI –como denuncia Stiglitz- se convirtió en palanca para la codicia de los grandes banqueros.

No creamos que Keynes pretendía resguardar los intereses de los países periféricos. Ante todo quería salvar el capitalismo de los países centrales, acosado por dos fantasmas: por un lado, el pensamiento clásico, bajo el matiz de la libertad absoluta de las fuerzas del mercado, venía de crisis en crisis, desde el viernes negro de Wall Street, en 1929. Pero otro enemigo poderoso había asomado unos años atrás: el socialismo marxista, prohijando por la fuerza del Estado en la Unión Soviética.

En medio de ambas posturas extremas (mercado absoluto o Estado absoluto), comenzó a aflorar el keynesianismo, advirtiendo que “hay que salvar al mercado con la participación del Estado”. Éste debía aumentar la demanda global a través del gasto público.

La doctrina se extendió a América latina con las políticas de la Cepal (Comisión Económica para América Latina), aconsejando un rol protagónico del gobierno: nacionalización de los servicios públicos, creación de empresas estatales, desarrollo tecnológico autónomo y reparto de la riqueza social por partes iguales entre trabajadores y empresarios, fue el modo en que el pensamiento keynesiano fue adaptado por Perón, entre 1946 y 1955. Lúcida estratégica para forjar un desarrollo sostenido del país.

Una suerte de “keynesianismo a la criolla”, el de Perón. Como afirma la filósofa Diana Sperling, “en la vida no hay reglas que sean permanentes ni aplicable a todos los casos”. El eclecticismo, un modo para tomar decisiones basadas en el pragmatismo, pero imbuido de principios doctrinarios, es la estrategia en que todo responsable de políticas públicas hace camino al andar. Sin olvidar el pensamiento de Friedrich List (ideólogo de la escuela historicista alemana), proponiendo el nacionalismo industrial para potenciar a la Prusia de fines del siglo XIX. Fueron sus ideas aplicadas por Mosconi, con el presidente Yrigoyen, creando YPF; y luego por Scalabrini Ortiz, discípulo de List, con la nacionalización de los ferrocarriles. La pureza ideológica tiene malos resultados. Si no, veamos cómo el macrismo se adscribió a la más rayana ortodoxia del mercado, ¡y así nos fue!

Volviendo a los resultados de la postguerra mundial, al poco tiempo se advierten los efectos del nuevo orden internacional: algunos economistas (muerto lord Keynes en 1946) señalan sus falencias, como Robert Triffin a principio de los 50. Y en los 70, James Tobin sugiere un tributo mundial a los movimientos especulativos, como sostiene Francisco. Paul Samuelson acuñó la expresión “neo keynesianismo” como respuesta al surgente “neo liberalismo” de los 70. En el neo keynesianismo, el Estado seguirá teniendo un papel arbitral y promotor, pero garantizando el equilibrio fiscal.

Un seguidor de estas ideas originales de Keynes, adaptadas a nuestros tiempos, es Joseph Stiglitz, Nobel de Economía y autor de libros con títulos denunciadores: “El malestar en la globalización” y “El precio de la desigualdad”. Seguramente muchas de las ideas del mentor del ministro Martín Guzmán estarán presentes en la Argentina a partir del 10 de diciembre. El papel protagónico del mercado, el rol proactivo del Estado, economías populares inclusivas y la sustantiva participación de la sociedad civil, serán los arietes para construir una Argentina con sólido desarrollo y democracia económica.

Assisi 2020

Estaremos con Joseph Stiglitz este 12 de diciembre, en una video conferencia en el Pabellón Argentina de la UNC, junto a un panel con todos los rectores de las universidades estatales de la provincia y la Universidad Católica de Córdoba, en apoyo a la “Economía de Francesco”, una economía que no descarte al hombre, de cuya cumbre participaremos en Asís, Italia, junto al profesor Nelson Specchia, en marzo del año próximo. Inscripciones en cba.asis2020@gmail.com

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