Viernes, 17 Octubre 2014 17:52

La mitad de las personas que sufrieron un infarto deja de tomar la medicación Featured

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La mitad de las personas que sufrieron un infarto deja de tomar la medicación La mitad de las personas que sufrieron un infarto deja de tomar la medicación julio molisano reporte24

La falta de adherencia al tratamiento es uno de los principales factores que aumentan la mortalidad por causas cardiovasculares.

Baja actividad física, exceso de peso, colesterol elevado y la falta de control de la presión arterial son los factores que atentan contra la salud del corazón de los argentinos. Y es que, según datos oficiales, en 2011 las enfermedades cardiovasculares representaron en la Argentina el 30% de todas las muertes, lo que significa que continúa siendo la principal causa de mortalidad, por encima del cáncer (19%), las enfermedades respiratorias (15,6%) y las enfermedades infecciosas (4%).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) fijó como meta para 2025 una reducción del 25% en la mortalidad por enfermedades no transmisibles (iniciativa 25 x 25), un objetivo que según los especialistas sólo podrá ser alcanzado combatiendo los principales factores de riesgo como la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo, la mala alimentación y la hipertensión arterial.

“La reducción de la mortalidad cardiovascular planteada para el 2025 sólo puede ser encarada contemplando la modificación de sus determinantes múltiples. En forma esquemática la mitad de esta reducción debería surgir de los logros en la prevención cardiovascular y la otra mitad del tratamiento adecuado de las patologías instaladas”, aseguró el doctor Carlos Tajer, presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología y presidente del Comité Organizador del 40° Congreso Argentino de Cardiología.

“La Argentina cuenta actualmente con cifras de las encuestas de factores de riesgo que muestran una tendencia positiva en la reducción del consumo del tabaco, y un mejor conocimiento de la presión arterial y los niveles de colesterol. No obstante, otras fuentes nos indican que la mitad de las personas con presión elevada no son tratadas y una cuarta parte recibe tratamiento inadecuado. Lo mismo ocurre con el colesterol elevado en personas de alto riesgo. Argentina está trabajando pero a pasos todavía muy lentos”, refirió Tajer.

Efectivamente, la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) de 2013, advierte que 6 de cada 10 personas registraron exceso de peso y 2 de cada 10, obesidad. En 2013 aumentó un 42,5% la prevalencia de obesidad respecto del 2005 (14,6% a 20,8%), con un incremento menos significativo desde 2009. A su vez, la baja actividad física se evidenció en 1 de cada 2 personas, con lo cual se mantuvo estable con relación a 2009. Entre los datos favorables, entre 2009 y 2013 disminuyó el porcentaje de población que agrega siempre sal a las comidas después de la cocción o al sentarse a la mesa, del 25,3% al 17,3%.

Respecto del tabaquismo, el relevamiento señala que 1 de cada 4 personas afirmó consumir tabaco en la actualidad, aunque se vio que la exposición habitual al humo de tabaco ajeno descendió progresivamente entre los tres relevamientos (52% en 2005, 40,4% en 2009 y 36,3% en 2013). La exposición en lugares de trabajo en tanto, bajó del 34% al 25% y en bares/restaurantes del 47,2% al 23,5% entre 2009 y 2013.

Además, 8 de cada 10 personas (varones mayores de 34 años / mujeres mayores de 44 años) se midieron alguna vez el colesterol plasmático. Sin cambios respecto de la ENFR 2009. De los que se controlaron, un tercio manifestó tener colesterol elevado. La Encuesta nacional también mostró que 9 de cada 10 adultos se controlaron la presión arterial en los últimos 2 años, proporción mayor a la registrada en 2009, aunque la prevalencia de hipertensión (entre quienes se controlaron) se mantuvo estable.

Según Tajer, el plan “Remediar + Redes”, uno de los proyectos más ambiciosos que a través de fondos internacionales provee de medicamentos sin cargo para hipertensión y colesterol elevado en personas de alto riesgo de la red de atención pública, “ha tenido una expansión mucho más lenta de lo que se esperaba”.

Para el doctor Pablo Perel, consejero científico senior de la Federación Cardiológica Mundial (WHF sus siglas en inglés) “como entidad líder internacional en el cuidado de la salud cardiovascular, la WHF trabaja codo a codo con sus más de 200 miembros, no solo para destacar que la enfermedad cardiovascular es una enfermedad prevenible en gran medida, sino también para ayudar a facilitar acciones de peso a nivel país. Nuestra prioridad es concentrarnos en la prevención secundaria: en el control de la hipertensión y del tabaquismo; temas que, a nuestro entender, tienen mayor incidencia en la reducción de la mortalidad prematura a nivel mundial en el mediano plazo”.

De acuerdo al Estudio Prospectivo de Epidemiología Urbana y Rural (PURE, por sus siglas en inglés), del que participó Argentina y que abarcó datos relevados entre 2003 y 2009 sobre más de 150 mil personas de entre 35 y 70 años de 17 países de diferentes ingresos económicos, entre los 7 mil pacientes relevados a nivel local se halló que el 50% tenía hipertensión arterial. Lo que es aún más preocupante: de ellos, apenas el 15% tenía su enfermedad controlada. Además se vio que de cada dos hipertensos, uno ignoraba que padecía esta afección, por lo que ni siquiera se trataba. Inclusive, entre los pacientes que sabían que eran hipertensos, si bien el 80% se encontraba bajo tratamiento, apenas 4 de cada 10 lograba un control efectivo de su presión arterial.

De acuerdo al presidente de la SAC, uno de los obstáculos más notables para la reducción de la mortalidad cardiovascular tal como propone la OMS para el año 2025, aun en pacientes con enfermedades conocidas, es la falta de adherencia a los tratamientos farmacológicos adecuados.

“Los fármacos que se indican luego de un infarto o una angioplastia prolongan la vida en más de diez años y disminuyen nuevos ataques en un 80%. Estudios en la Argentina han mostrado que la mitad de los pacientes a los seis meses de haber sufrido el ataque cardíaco ya no toma ninguno de estos medicamentos, motivado por una suma de factores entre los cuales está el acceso económico”, aseveró Tajer.

De acuerdo al profesional, si bien muchas de estas medicaciones son muy económicas y la red pública las brinda gratuitamente, aún no se ha solucionado este complejo problema. “Se han logrado mejoras con estímulos a los médicos, sistemas de cuidado integrando enfermería para llamar a los pacientes, sistemas de e-health (recuerdo a través de celulares) y otros, pero la falta de adherencia todavía es alta. Para poder llegar a la meta prometida deberemos acelerar los procesos de expansión de los planes de controles de factores de riesgo y mejorar los estándares de calidad de las prestaciones para pacientes”, sostuvo.

Por otra parte, respecto del tratamiento adecuado de la emergencia cardiovascular, las cardiopatías crónicas y la insuficiencia cardíaca, indicó que “estamos todavía lejos de una estrategia coordinada y de adecuada calidad. Por eso, esperamos que el Registro Permanente de Enfermedades Cardiovasculares, emprendimiento conjunto del Ministerio de Salud de la Nación, la Sociedad Argentina de Cardiología y la Federación Argentina de Cardiología, tenga un fuerte impacto en este sentido. Este Registro nos permitirá el diagnóstico de una serie de obstáculos, la instrumentación de correcciones y su evaluación permanente”.

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