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Miércoles, 15 Febrero 2017 16:40

ZITTO SEGOVIA GRABÓ SU PRIMER DISCO EN MÉXICO Featured

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ZITTO SEGOVIA GRABÓ SU PRIMER DISCO EN MÉXICO  Por Bosquín Ortega ZITTO SEGOVIA GRABÓ SU PRIMER DISCO EN MÉXICO Por Bosquín Ortega julio molisano reporte24

Por Bosquín Ortega/Es cierto, Zitto Segovia grabó su primer disco, allende las fronteras argentinas. Es verdad, que no lo registró en los páramos agrestes del Gualamba, sino que lo consumó en las montañas del Tepeyac. Es cierto y verdadero, también, que compartió el bautismo sonoro con un compatriota sudamericano. En efecto, Ramón Andrés Segovia, emigró de la paradojal Villa Libertad, a unas cuadras de la Unidad Penitenciaria N° 7, a la Colonia Cuathemoc, en la calle Río Amazonas 42, cercana a la Avenida de la Reforma (la del obelisco con el Ángel en su cima), en el Barrio Rosa, de reminiscencia francesa, en pleno distrito federal de México. Vértigo aéreo, de por medio, el hecho sucedió entre principio del 79 a fines del 80, junto a su esposa Lelia, compañera de alma y albacea de su obra.

Para algunos investigadores y admiradores, incluidos coleccionistas, Zitto posee una reconocible trilogía discográfica: El varón que ya no existe y Las voces de mi gente, editados por el sello Polygram, y El Cristo de los Villeros, registrado por Fonográfica del Noreste Argentino (FONEA). La especie es correcta, pero incompleta. El cantautor chaqueño posee dos discos anteriores: en retrospectiva, una cinta inédita, tomada en el estudio de Raúl Díaz y Patricia Semper, en Corrientes, con poemas y letras musicalizadas de Miguel Ángel Vera Azar, Carlos Aguirre, Jorge Pascual, Amanda Mayor de Piérola y Bosquín Ortega, entre otros; y éste vinilo sellado en la legendaria y sincrética tierra azteca.

Se trata de la ópera prima Nuestro cantar desde México al Chaco, compartida con Aldín Mitre, cantor resistenciano, bajo el auspicio de Mex International. El seudónimo artístico preservaba la identidad de Aldo Madussi, contador público y docente, que fuera referente político de Nueva Fuerza, partido fundado por Julio Chamizo, en la década del setenta.

Aquella producción musical representó la fusión de dos solistas y un instrumentista: el propio Zitto Segovia, tuvo a su cargo el acompañamiento y los arreglos del trabajo iniciático.

Temática ciudadana

La imagen de portada muestra a Chelo (su apodo familiar), con una barba recortada, sin bigotes, enfundado en unas botas tejanas de cuero natural, marrón claro y tacón flamenco, típica de músicos rancheros. Por su parte, Aldo luce la ropa formal, de campera y pantalón, al tono, que lo caracterizó.

En la contratapa se observa al dueto, en una plaza, con el fondo del edificio imponente de la Universidad Nacional de México, semejante a un monumento-memorial, con el escudo heráldico, en su centro, y pintado con signos y seres, de cosmogonía precolombina.

El lado A, corresponde a Zitto y nuclea cuatro temas, de melodía propia. Las letras son autoría de Carlos Báez Salcedo -Lleváte la copa, Canción para tus ojos y Adiós soledad- momentos de un período prolífico que se remonta al despegue de cantautor del Juglar de Villa Libertad, luego de su paso por el dúo Nuevo Tiempo, con Tito Gómez (chaqueño, nombre idéntico al fundador correntino de Los de Imaguaré y Reencuentro), en el alba del 70. Las otras tomas son Resistencia, mi ciudad, con letra y música de Ernesto Cayetano -Cayé- Gaúna, un vals de romántica resonancia, y la versión original (dato histórico) de Cantar, poema deMiguel Hernández, popularizada como La casa y el palomar, que tuvo dos versiones anteriores: la última, pertenece al Cristo de los Villeros.

El lado B, contiene a Aldín y tres obras de Zitto: La lluvia y tu recuerdo, con Cayé Gaúna, 5º Año Nacional, con letra de Ricardo “Coco” Ruíz y Si alguna vez, con Carlos Báez Salcedo, respectivamente. Los otras tomas, son Cuando yo la ví, con letra y música de Cayé Gaúna y Cuando tus labios callan, con estrofas de Carlos Báez Salcedo y acordes del mismo Aldín, que firma como Aldo Madussi.                  

El temperamento de las canciones, nostalgia y distancia estemecidas, denota la presencia amorosa de Resistencia de San Fernando del Río Negro.

“Puñadito de humildes canciones”

El márgen derecho encolumna sendos textos, a manera de saludo y homenaje de reconocimiento. El futuro intérprete de Nocaut González señala: “No siempre se puede lograr lo que uno quiere tal vez será porque el Señor nos tiene preparado otro camino, que el que habíamos escogido.

Quisiéramos haber logrado esto, primeramente, en nuestro país; pero tenemos fe de que algún día se hará.

Este puñadito de humildes canciones que creemos no lleva un sentido comercial directo, sino el más elevado concepto espiritual, está dedicado a todos lo que una vez me regalaron una sonrisa, un aplauso o un apretón de mano.

También para mis amigos más elevados espiritualmente, que son muchos y así lo considero.

Los que todavía no son mis amigos, espero en un día no muy lejano compartir este espíritu, que día a día quiere ser superior.

También quisiera dedicar esto como cosa muy íntima a mi esposa, madre e hijos, que siempre trataron de comprender este espíritu casi bohemio, triste y de vez en cuando alegre.

Mis respetos sinceros a mi amigo Aldín Mitre, que tiene un alto sentido de la amistad; gracias a su impulso de lucha pudimos llegar a una grabadora y convencer a los empresarios de Mex-International, para que saliera esto que entregamos a nuestros hermanos Chaqueños con mucho amor.

De antemano, pedimos disculpas por los pocos elementos de grabación con que contamos; esperamos que en el próximo “LP” podamos brindarles algo superior como Ustedes, se merecen.

Muchas gracias: Zitto Segovia.

A su vez, Aldo Madussi, amigo primordial de escuela y vida de Alberto Antonio Ortega, mi padre, expresa: “Desde México, país de los mariachis, que nos brindó tantas alegrías, vive en mi mente de idealista de todos los instantes, el recuerdo excelso de mi padre en sus límpidos pensamientos, la firmeza sublime de mi madre adorada, el venerado cariño por mis buenísimos hermanos, Dante, Gladis, Baby y Welter.

El entrañable amor y anhelo de triunfo para mis adorados hijos Rory y Romy, la gran alegría por este encuentro con mis amigos Zitto y Lelia y el sentir Chaqueño en este brindis en canciones por mi noble Argentina.

Muchas gracias: Aldín Mitre.

México, 18 de Julio de 1980.

El citado material fue responsabilidad de Alfonso González Diestro, ingeniero de sonido, y de Gerardo Ruíz; ayudante, y se realizó en los estudios Pro-Audio de México, para Mex Internacional.

Introductor de Silvio Rodríguez

Previo a su viaje y confirmado en su residencia del Yucatán, el cantautor argentino comienza a organizar un discurso compositivo, tendiente a la búsqueda de una canción, en términos de balada, con temática nacional. La presencia de Joan Manuel Serrat y Victor Heredia, en aquella época de juvenilidad musical, marcó una gravitación decisiva que influenció a generaciones de creadores hispanoparlantes.

Debido a su estilo mestizo y al mandato personal de un lenguaje autónomo, dentro de un proceso natural de influencias, Zitto Segovia expande su propuesta de la órbita del espectáculo, al comienzo de su contrato, al universo del público universitario, crítico y exigente, con el que mantuvo, siempre, un vínculo de empatía notoria en su carrera fecunda.

Ya inmerso en esa constelación determinada y determinista, en muchos casos, conoció la historia, circunstancia y caracteres de la Nueva Trova Cubana, a través de los epígonos tempranos de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. El Negro de For Ever quedó, literalmente, fascinado por la propuesta del binomio caribeño, y se dedicó a entrañar la índole de aquella música, de linaje variado y vertiente diversa, como la que intuía para su íntima musicalidad.

No le bastó el conocer, sino que necesitó el introyectar y el proyectar de la revelación, como una manera de ofrendar su gratitud A su retorno, Zitto Segovia fue el introductor de Silvio Rodríguez en el Chaco y la región. Es obvio, pero prudente, insistir que la Trova estuvo prohibida y censurada durante la Dictadura Militar. El advenimiento democrático y, sobre todo, la primavera alfonsinista permitieron el ingreso masivo de sus intérpretes y de sus trabajos en el público argentino.

El repertorio complejo de Rodríguez fue aprendido y aprehendido por Segovia, con una mímesis asombrosa. No con el afán de copiar, sino con el propósito de transmitir la maravillosa versatilidad, ideológica y metafórica, del cantautor isleño.

Los arreglos, arduos en escalas, y el modo de pulsar la cuerda en Silvio hallaron en Zitto a un mensajero excepcional: “codificó” en su memoria intuitiva -pues no conocía partitura- la nómina y la cadencia, como la temperatura y la tesitura del cancionero silviano. Un botón para muestra: El Papalote (barrilete cubano, “pandorga” chaqueña) es una de los títulos inéditos de Silvio Rodríguez: nuestro músico la sacó de su anonimato y la hizo conocer, cantándola, al mundo de su pueblo.

Criollo y huinca

Una perla, o una coda, en término musical: el hijo de Ramón de la Rosa Segovia, cantor de Marcos Bassi, grabó, además, un doble en México. En efecto, lo hizo con el trío Los Huincas, dirigido por Naldo Labrín, guitarrista del legendario Alfredo Zitarrosa.

A manera de asombro: Zitto cantó y grabó dos cantatas: una épica y otra religiosa. Sin contar las tomas, en vivo, en actuaciones públicas y el espinel de canciones, inéditas, con Cayé Gaúna y Lino Mancuello.

Luis Alarcón, actor y periodista, hijo de Poén Alarcón y Aída Bertoni, lo definió como “nuestro Gardel”. Verdad, el Chaco, con Zitto Segovia, no tiene “penas, ni olvido”.  

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