LAGOMARSINO “SIMULÓ” SU TESTIMONIO ASEVERÓ UN EMPLEADO JUDICIAL

julio molisano reporte24
LAGOMARSINO

LAGOMARSINO LE DIJO QUE ÉL LE HABÍA DADO AL FISCAL EL ARMA QUE LO MATÓ.

La primera persona que conoció a Diego Lagomarsino cuando fue a Tribunales a confesar que había sido él quien le había “prestado” a Alberto Nisman el arma que causó su muerte, no le creyó. “Con mi experiencia de 22 años, me dio la sensación de que simulaba, sobre todo porque no le estaba tomando declaración. No soy psicólogo ni especialista, (pero), según mi experiencia, me pareció que simulaba”, declaró Daniel González ante Viviana Fein. González es secretario del Juzgado Penal de Instrucción Nº 5 de la Capital Federal, al que Lagomarsino concurrió –por error– el 19 de enero, cuando la muerte del titular de la UFI AMIA dominaba la prensa de todo el mundo, reveló Tiempo Argentino.

“No le creí nada. Lloraba a gritos, a punto tal que (la empleada de ese juzgado Alejandra) Langella, que estaba en una oficina contigua, me preguntó ‘¿qué le pasa a éste?’ Lloraba como lloran las mujeres italianas pagas de las películas”, describió González.

Horas después de la muerte de Nisman, y aconsejado supuestamente por un juez y una defensora oficial de Lomas de Zamora, Lagomarsino se presentó en aquel juzgado, cuyo titular, Manuel de Campos, trabajaba en la feria judicial. De repente, se abrió la puerta del juzgado y un hombre flaco, con cara de asustado, pidió hablar “con el juez o el secretario por la muerte de Nisman”.

González lo atendió y Lagomarsino le dijo: “Yo soy la persona que le di el arma a Nisman con la que creo que se pegó un tiro.” El secretario lo miró incrédulo. “Honestamente le pregunté si me estaba cargando y me dijo no.”

“Espontáneamente me comenzó a relatar de su relación con Nisman, de por qué había llevado el arma, me dijo que era empleado de la fiscalía de la AMIA, me mostró su documento. Vino a decirme lo que a mí me pareció un discurso armado. Lo interrumpía de a ratos llorando. Lo que él decía lo iba acomodando a medida que recibía mensajes a su celular y lo llamaban por teléfono”, señaló González.

El celular Samsung S5 de Lagomarsino registraba en ese momento mucha actividad. “Me dijo que se había presentado ahí por recomendación de un juez federal de Lomas de Zamora, no recuerdo el nombre. Que la que hablaba por teléfono sería una defensora de Lomas, me dijo un apodo pero no lo recuerdo… Los cambios de versión que comenté antes era que primero me dijo que fue a la casa y agarró el arma, los proyectiles y los llevó. Luego de unos intercambios de mensajes de Whatsapp, empezó a explicar que tenía el arma en un lado, creo que en un placard; el cargador en una cómoda, vacío, y las municiones en otro lado”.

El cambio denota un asesoramiento de alguien que conoce de derecho penal: la segunda versión ahuyenta el delito de portación ilegal de armas. La hipótesis se corroboró minutos después, cuando Lagomarsino le preguntó al secretario judicial si debía pedir una “exención de prisión”. La entrega del arma, por sí sola, podía ser un delito.

VÍNCULOS

El informático parecía tener buenos vínculos con la justicia. Sobre su llegada a la UFI AMIA, dijo que alguien “lo había contactado con un juez de Capital, conocido de Nisman”. Cuando se le preguntó quién ofreció “una descripción pero no recordaba su nombre”. González declaró ante Fein: “Para mí sería (Claudio) Bonadio”. Lagomarsino lo negó.

“Después empezó con un show, lloraba, (decía) que por su culpa Nisman se había pegado un tiro.” ¿Qué dijo Lagomarsino sobre Nisman? Que era “muy insistente y que se enojaba mucho cuando no cumplía con sus requerimientos de inmediato”. González recordó que el empleado Lagomarsino le graficó que “Nisman era un dictador”.

Según González, Lagomarsino narró que “Nisman le dijo que estaba muy preocupado por la repercusión de su denuncia y por su presentación en el Congreso y que necesitaba si tenía un arma se la prestara para poder defenderse”.

Arroyo Salgado y Garfunkel, sin defensores oficiales

La Defensoría General de la Nación dejó sin efecto ayer la asistencia que prestaba el defensor oficial Germán Carievaro a la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, en su calidad de querellante en la investigación sobre la muerta de su ex esposo, el fiscal Alberto Nisman.

En su Resolución 1034/15, la defensoría hizo referencia a la designación de abogados particulares por parte de Arroyo Salgado. La magistrada, en representación de sus hijas, tiene como apoderados desde hace más de una semana a los abogados Manuel Romero Victorica, Juan Pablo Vigliero y Federico Casal. El organismo consideró que así “la situación de vulnerabilidad” de las menores “ha cesado”. Y con relación a la madre del fiscal, Sara Garfunkel, también indicó que “cuenta con un letrado de confianza en la causa” que busca desentrañar cómo murió el ex titular de la UFI AMIA.

Los interrogantes que dejaron las palabras de Lagomarsino

[iframe width=”560″ height=”315″ src=”https://www.youtube.com/embed/-1VS0vKRRAw” frameborder=”0″ allowfullscreen ]

Julio Molisano Reporte24
Exit mobile version