Juan Manuel Moreno (Barcelona, 1970), lleva poco más de un año como presidente de la Junta de Andalucía en coalición con Ciudadanos y gracias al apoyo de Vox. Una alianza
que le ha permitido disfrutar de unos primeros meses de mandato relativamente tranquilos en los que únicamente ha alzado la voz para reclamar al Gobierno central un trato similar al que tiene con Cataluña. El 40º aniversario del referéndum de autonomía le pilla al frente de la comunidad y enarbolando un andalucismo que su partido siempre ha mirado con cierta reticencia. En plena crisis del PP por los acuerdos con Ciudadanos, él cierra filas con Pablo Casado.
Pregunta. Hay elecciones en Galicia y País Vasco ¿se identifica más con la línea centrista de Alberto Núñez Feijóo o con la de Carlos Iturgaiz, más virado hacia Vox?
Respuesta. Con los dos. Los conozco desde hace muchos años. Iturgaiz es una figura respetada en la militancia del PP vasco y está intentando aglutinar el voto de centroderecha. Y Alberto tiene una marca personal muy potente, con 11 años de mayoría absoluta. El PP de Galicia es casi una institución, muy reconocible para el votante gallego.
P. ¿Está de acuerdo con la forma en la que se ha fulminado a Alfonso Alonso?
R. Eso es ya parte del pasado. Ha habido maneras de entender las cosas. Al final ha habido una decisión y se respeta. Quiero mirar al futuro. A cinco semanas de las elecciones, lo que quiero es respaldar a Iturgaiz y sacar el mejor resultado.
La coalición con Cs se podría hacer de manera más sencilla en Andalucía que en otros territorios
P. ¿Es posible una coalición PP-Ciudadanos en Andalucía?
R. Dependerá de las circunstancias dentro de tres años. En circunscripciones tan amplias como Andalucía habrá que ver qué es lo que conviene más para continuar con el Gobierno del cambio.
P. Si mañana convocase elecciones, ¿qué haría?
R. No tengo ningún estudio demoscópico. Lo que está claro es que en unas elecciones generales suman mucho más PP y Ciudadanos y ahí es fundamental ir juntos.
P. ¿Es más cómodo ir con Ciudadanos que no depender de Vox?
R. En estos 14 meses, Ciudadanos y PP hemos conseguido una sinergia positiva. Serían unos buenos compañeros de viaje en una candidatura autonómica. Se podría hacer de manera más sencilla que en otros territorios. A priori, ir juntos suma, pero habrá que verlo.
P. ¿Desde cuándo es usted andalucista?
R. Siempre me he sentido muy orgulloso de ser andaluz. Yo soy andalucista de siempre, de corazón, pero tengo un activismo andalucista desde que soy presidente del Gobierno andaluz, es mi obligación. La primera es devoción y después mi firme obligación de defender los intereses de los andaluces por encima de cualquier otra cosa, incluidas las siglas de mi partido. Si me pregunta ¿eso qué significa? ¿Es rupturista? No, mi manera de sentirme profundamente español es ser andaluz.
P. ¿Cómo compagina ese andalucismo con un pacto con Vox que pide la eliminación del Estado autonómico?
Me gustaría que el pacto con Vox durara mucho tiempo
R. De una manera muy sencilla: respetándolos. Con Vox hay zonas de discrepancias amplias en muchos aspectos. Pero también hay zonas donde podemos converger. Yo respeto su posición, porque además tiene un respaldo de 400.000 andaluces, y ellos tienen que respetar la posición del Gobierno. Hasta ahora hemos sabido llevarlo bien y hemos buscado más lo que nos une que lo que nos separa. ¿Cuánto va a durar esto? No lo sé. A mí me gustaría que durara mucho tiempo.
P. ¿Le preocupa el crecimiento de Vox?
R. Como contrincante político no me gusta que crezca, porque lo hace a costa de una parte de nuestro propio electorado.
P. ¿Y qué está haciendo para evitarlo?
R. Las encuestas últimas coinciden en que el PP sube de manera clara, con un empate técnico con el PSOE. Tenemos una inercia de casi 40 años en Andalucía y estamos haciendo un cambio tranquilo, razonable, pero inexorable en muchas cosas, para que no haya vuelta atrás.
Sánchez consolida
la asimetría entre comunidades
P. ¿Espera algo de las reuniones entre los Gobiernos central y catalán?
R. Se le está dando carta de naturaleza a las reivindicaciones del independentismo, sentándose en La Moncloa casi un Consejo de Ministros para negociar cosas que vulneran el marco constitucional y estatutario. Me parece un desvarío de un Gobierno que es débil, errático, que necesita a ERC para sacar sus Presupuestos y está dispuesto a hacer cualquier cosa. Es un desastre en términos políticos, porque significa consolidar la asimetría en España entre comunidades que tienen rentas más altas respecto a otras que tenemos rentas más bajas y menos oportunidades. La izquierda, que debería ser la primera en mantener la cohesión social, la solidaridad interterritorial y la integridad del país, está abdicando de esa responsabilidad.
P. En principio, se sientan para dialogar.
R. Pero es un diálogo enmascarado, no es franco. El independentismo ha llevado al Gobierno a una negociación de nación a nación. Eso es inconcebible. ¿Va a venir Sánchez con medio Gobierno a San Telmo [sede de la Presidencia] a sentarse conmigo a tratar la misma agenda en términos económicos, financieros o de inversión? No quiero solo el mismo trato para los andaluces, sino para los asturianos, riojanos…
P. Si hay acuerdo con la Generalitat, sin el concurso del PP será muy difícil que prospere.
R. Se puede hablar de muchas cosas, pero lo que no se puede es dar carta de naturaleza a una bilateralidad entre supuestos Estados, como pretende proyectar el independentismo.
“No hemos gestionadobien las expectativas”
Pregunta. ¿Cuándo tomó posesión qué es lo que más le llamó la atención de la Junta?
Respuesta. La indolencia. Los gobernantes del PSOE habían interiorizado que esto era vitalicio y eso les llevó a una inactividad impropia de cualquier gobierno occidental.
P. ¿Se equivocó al prometer 600.000 puestos de trabajo?
R. Cuando tomé esa decisión me senté con Fátima Báñez [exministra de Trabajo] y con dos economistas e hicimos un cálculo basado en las potencialidades de nuestras reformas y en la situación de crecimiento que había en España. El Gobierno de Rajoy estaba quitando del desempleo a medio millón de españoles al año. Desde la moción de censura son 124.000. Hay un Gobierno en España que hace contrarreformas a lo que yo quiero hacer. Le pediría a este Gobierno que meditara las cosas y las consultara con expertos antes de machacar la economía.
P. En los sondeos los andaluces perciben que los servicios públicos están igual o peor que en la etapa anterior. ¿Pecaron de optimismo al anunciar cambios rápidos?
R. Puede ser. Cualquier cambio después de 40 años genera muchas expectativas y quizás nosotros no hemos sido capaces de gestionarlas bien.
P. Cuando se reúna con Sánchez, ¿qué le reclamará?
R. La deuda que tiene con Andalucía, los 537 millones de IVA; las entregas a cuenta; la financiación autonómica; la red ferroviaria interior; la conexión de Algeciras; la agricultura, el Brexit. Tenemos la obligación de tener unas relaciones leales y fluidas. Pero tenemos otra, la de defender los intereses de los andaluces por encima de otra cosa. Si son atropellados por un Gobierno que ha deslizado su influencia a otros territorios, reaccionaremos y lo combatiremos.