Existen tres tipos de barbijos. El de friselina, el quirúrgico, y el N95. Siempre fueron destinados a los ámbitos sanitarios pero, ahora, con la pandemia del coronavirus, se están viendo
en las calles. Aunque conseguirlos en las farmacias es difícil y muchos optan -no exentos de polémica- por comprarlos online.
“Están en falta en las droguerías”, dice Laura Raccagni, coordinadora del Observatorio de Salud, Medicamentos y Sociedad de la Confederación Farmacéutica Argentina (CoFA). Detalla que “no hay” barbijos quirúrgicos, ni de los llamados N95, ambos de la marca 3M y aprobados por la ANMAT.
En la misma línea, Rubén Sajem, director del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (Ceprofar), sostiene que “hay muy poca disponibilidad de barbijos en las farmacias, porque sus proveedores habituales, que son droguerías y distribuidoras, en este momento no tienen prácticamente el producto”.
Explica que, actualmente, son las distribuidoras más pequeñas las que están encargándose de ofrecerlo. “El problema es que es muy irregular esta distribución”, sostiene Sajem, “por eso hay farmacias que tienen el producto y otras que no”.
Un repartidor se cubre la boca con un barbijo en la Av. 9 de Julio. Advierten que hay faltantes en las farmacias. (Juano Tesone)
Dentro del abanico disponible, el más simple es el barbijo de friselina, también llamado “social”, porque se usa para evitar el contagio entre los compañeros de trabajo de un ámbito sanitario. Es el de menor capacidad de filtración. Cabe aclarar que la friselina no es una tela, sino que el material es polipropileno. Y que los barbijos no pueden tener telas que desprendan partículas.
Otra opción es el barbijo “quirúrgico”, que es de doble o triple capa y tiene mayor cantidad de filtración que el de friselina. Lo usa el personal de salud que atiende a los pacientes sospechosos o confirmados de una enfermedad o en un ambiente donde puede haber personas enfermas. Evita el contagio a través de las grandes gotas de las secreciones nasales o salivales.
El tercer tipo de barbijo se llama N95. Tiene ese nombre porque filtra al menos el 95% de las partículas del aire. Es el de mayor capacidad de filtración, es decir, que logra un aire mucho más limpio para el que lo usa. En un ámbito sanitario, evita la contaminación con la persona que se está atendiendo. A partir de la pandemia del coronavirus, se lo busca mucho y prácticamente no hay en stock.
A esto se suma un cuarto tipo: el barbijo casero. En una conferencia de prensa, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, recomendó el uso de “tapabocas de fabricación casera que son eficaces en su tarea”. “Está sobradamente demostrado que la mayoría de los tapabocas disminuyen un 70 por ciento la capacidad de una persona de contagiar”, resaltó.
¿Cuánto cuestan? “Los precios de los barbijos han aumentado mucho en el último tiempo. Por los canales legales estamos hablando de la elaboración distribución y llegada a farmacias prácticamente se ha duplicado o triplicado el precio”, dice Sajem.
Según los datos que él maneja, actualmente un barbijo de friselina cuesta en las farmacias entre $ 40 y $50. El quirúrgico se consigue entre $ 60 y $100, según las características que tenga. Y el N95 puede valer unos $ 300.
Ante la falta de este producto en farmacias y las complicaciones que -en tiempos de cuarentena obligatoria- tenemos para salir de nuestras casas, la compra online se volvió una opción para muchos argentinos.
En Mercado Libre, “la categoría de ‘Farmacias’ es la que continúa registrando el mayor crecimiento dentro de la plataforma”, indicó la empresa el lunes pasado en un comunicado. “Barbijos y alcohol en gel son los productos que se mantienen en los primeros lugares del ranking, tanto en búsquedas como en ventas”, agregaron desde la plataforma.
Consultados al respecto, voceros de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE) señalaron que, desde que comenzó la cuarentena, “se registra una mayor demanda en ciertos rubros como son el de Alimentos y Bebidas, Higiene personal, Higiene del hogar y Farmacia”. En este último, están incluidos los barbijos.
Pero esto no es bien recibido por los farmacéuticos. “Hay un canal ilegal que es Internet que nosotros estamos denunciando muy fuertemente porque ha producido un aumento de precios. Este producto no se puede vender en Internet. Solamente se puede vender en establecimientos autorizados, que son las farmacias”, dice Sajem.
Al comprar barbijos por Internet, es importante mirar el número de lote.
“Nadie sabe qué compra. Venden barbijos como si fueran N95 y en realidad son barbijos que se usan para la construcción. Y los precios son exorbitantes: a veces el triple que en la farmacia. El N95 está más de $ 1-000, los de triple capa se venden entre $ 170 y $ 200 o te venden un barbijo simple como si fuera triple capa. No tienen ninguna garantía en cuanto al origen a las características y el precio es abusivo. Es un canal que nadie controla”, remata.
Consultada al respecto, Laura Raccagni subraya que “la farmacia es un lugar seguro y confiable” y que “el farmacéutico es responsable por lo que dispensa”.
“Toda compra por Internet tiene sus riesgos. Lo que ves y lo que te traen puede ser muy distinto. Muchas veces los barbijos dicen ‘símil 3M’”, alerta Raccagni. A quienes decidan comprar online, les recomienda chequear que se trate de un producto autorizado, mirando que tenga su número de lote.
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