El Banco Central, la Administración Nacional de la Seguridad Social y el conjunto de los bancos tendrán otra prueba de fuego a partir del lunes.
Tanto el Central como
la ANSeS trabajan en el intento de evitar otro caos como fue el del viernes en que se reanudaron los pagos de las jubilaciones cortando el aislamiento obligatorio por la crisis del Coronavirus.
A partir del lunes está previsto que unos 800.000 beneficiarios de ingresos extraordinarios y otros beneficiarios de la ANSeS concurran a los bancos a cobrar sus haberes. ¿Está preparado el sistema? Desde el Gobierno dicen que sí pero nadie se anima a realizar pronósticos por la marea de pedidos (casi 12 millones de solicitudes) sobre la que se está cruzando la información.
Originalmente el Gobierno estimó que habría unos 3,6 millones de personas entre monotributistas y trabajadores en negro que podrían recibir ese ingreso de emergencia y tenía previsto un costo de $36.000 millones pero esa cifra podría ser superada.
La cantidad de beneficiarios a atender se sumará a los clientes que finalmente, aunque en forma pausada, podrán volver a las entidades financieras a realizar operaciones como renovación de depósitos a plazo fijo (ayer el Central informó que entre el 10 y el 31 de marzo prácticamente no se renovó ninguno y el dinero quedó inmovilizado),concurrir a las cajas de seguridad, retirar tarjetas de crédito y débito y firmar contratos pendientes. En fin, un poco de retorno a cierta normalidad.
Entre los temas de la ANSeS y del regreso de la actividad bancaria, aunque sea parcial, se filtran otros de enorme importancia para la actividad económica argentina que cayó a pique al punto tal que los economistas estiman que el 40% del PBI sigue paralizado.
Un punto sensible y que comienza a derramar consecuencias, y sólo a modo de ejemplo, se concentra en los datos fiscales de la Provincia de Buenos Aires.
El titular de ARBA, Cristian Girard, dijo que la recaudación prevista para este mes era de $40.000 millones pero que, como consecuencia del aislamiento por el coronavirus, esperaban que se ubicase entre $30.000 y $23.000 millones o sea una caída nominal de hasta 42% a lo que habría que sumarle el deterioro por la inflación.
Buenos Aires no es la excepción y Córdoba hizo punta lanzando una “cuasi-moneda” virtual para pagarle a los proveedores.
¿Es el regreso de los Patacones de la crisis de 2001? En principio tiene características distintivas: es para el pago a proveedores del estado provincial y seguramente aparecerá un mercado secundario que abre la negociación para pagar impuestos “pero no servirá para ir al almacén” dicen los funcionarios tratando de achicar la preocupación.
Pero en el fondo responde a la misma lógica y necesidad de los patacones: la fuerte caída de la recaudación que shockea los tesoros públicos.
El presidente Alberto Fernández ya adelantó que no ve con malos ojos al proyecto de Maximo Kirchner de crear un impuesto extraordinario ( en Argentina se sabe que todo lo “extraordinario”queda para siempre y si no que lo diga el impuesto al cheque de Domingo Cavallo) sobre los que blanquearon capitales. ¿Así se van a atraer capitales?
El Presidente le respondió en parte en una charla que tuvo con Horacio Verbitsky al decir;“ahora es la hora del Estado y de la inversión pública. Y ahora el motor es el Estado“. Lo hizo antes y después de dar por “muerta” a Vaca Muerta como consecuencia del derrumbe mundial de los precios del petróleo y reafirmando que en materia de salud y educación el estado es el actor principal.
El Gobierno se siente cómodo en estos dias en el rol de protagonizar los alicientes al consumo vía los planes para los sectores más afectados por la caída de la actividad. Le cierra en lo que hace a la atención de la salud y a la convicción política de que la expansión de la cantidad de dinero no tendrá consecuencias sobre la inflación.
Pero el rol de motor de la economía encuentra un límite claro en la caída de la recaudación impositiva a nivel nacional y provincial. El JPMogan calcula en su último informe que el déficit primario de la argentina rondará este año 5,2%. Será un salto importante al venir de otro nivel menos al 1%.
Probablemente, y como también lo señaló el Presidente, el gobierno esté esperando un alivio externo, en parte, por unos US$3.000 millones de ayuda extraordinaria del FMI y en parte porque tendría la convicción de lograr cuatro años de gracia por parte de los bonistas que tienen papeles argentinos emitidos con legislación extranjera que hasta ahora se pagaron puntualmente (en abril vencen US$500 millones de los bonos globales) pero que entrarán en una negociación que se prevé dificil en las próximas semanas,
Frente a un nivel de emisión monetaria disparada y un cepo cambiario que mantiene a raya al dólar oficial otro de los interrogantes es la reacción financiera en el camino de regreso a cierta normalización.
Desde el Gobierno sostienen que un plazo fijo actualizado por UVA más 1% (el Nación ofrece el 1,5%) puede ser un dique de contención para el dinero que en los bancos obtiene 25% por un plazo fijo que se debe computar contra un pronóstico de inflación de 40% como dice el promedio de los economistas.
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