El embajador, su esposa y sus hijas hasta el ministro, el cónsul, el vicecónsul, la agregada cultural, la jefa de personal y un par de empleados: el coronavirus atacó si tregua a la
embajada argentina en Paris. Mario Verón Guerra fue el primer embajador argentino a quien atacó el virus, cuando coordinaban la evacuación de 300 argentinos varados y llevados por Air France en Paris.
El embajador Verón Guerra, su mujer Eugenia y su hija Corina se enfermaron en diferentes grados. El diplomático cayó quince días atrás con fiebre y tos, hasta transformar esos primeros síntomas en un gran dolor en el cuerpo y una sensación de fuego en la espalda a la hora de dormir.
El embajador argentino en Francia, Mario Verón Guerra.
“Llamé a mi médico personal, que llegó a la residencia protegido con barbijo. Fue muy duro, lo peor que pasé en mucho tiempo. Un proceso que duró casi 14 días, y perdí siete kilos” relató el embajador a Clarín. “Sentí que tenía como un gancho en la nuca que me colgaban durante días, un horrendo dolor de cuerpo. Muy pero muy duro, muy doloroso. Y estuve diez días seguidos con fiebre” describió telefónicamente Verón Guerra a este diario, desde su confinamiento en su departamento de la avenue Foch.
Su esposa Eugenia también fue afectada, pero con síntomas más leves. Su hija Corina, que estudia Nutrición en Paris, perdió el olfato. Su otra hija, Delfina, esta asintomática.
El primero de la embajada en caer fue el cónsul Pablo Etcheverry, que tuvo el primer contacto con contagiados argentinos. La cancillería argentina ordenó a la embajada instalar una oficina en el aeropuerto de Charles de Gaulle para evacuar a los argentinos varados en Paris, en un vuelo que organizaba Air France. Los diplomáticos llegaron allí con un barbijo, pero sin otros elementos de protección. Y cada pasajero tenía un problema diferente a resolver. El contacto fue directo, sin distanciamiento social. Luego, se supo que algunas de esas ya tenían el virus.
Luego de Etcheverry cayó el otro cónsul, el ministro Pablo Piñeiro Aramburu, la atachee cultural y algunos empleados de la embajada, y finalmente el embajador y su familia.
Todos se van reponiendo de a poco, con el apoyo de un médico particular que los ha tratado en su casa. Utilizaron paracetamol y el antibiótico acetromicina, para frenar una neumonía.
El embajador en Francia, Mario Verón Guerra, junto al chef Mauro Colagreco.
Actualmente la embajada argentina está cerrada, pero una guardia atiende remotamente los casos urgentes y los cables de la cancillería.
Todavía quedan varados 130 argentinos en Paris esperando ser repatriados.
Veron Guerra fue trasladado recientemente a Buenos Aires, pero en las actuales circunstancias nadie sabe ni cuándo ni cómo podrá regresar al país: nadie se puede mudar en las actuales circunstancias.
En la embajada argentina en Londres también hay personal contaminado con coronavirus. Allí aún hay 600 argentinos que esperan poder ser repatriados.
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