Más de 45.000 trabajadores que se desempeñan en locales de comidas rápidascobraron menos de lo que esperaban durante abril. Fue cuando les liquidaron la segunda quincena de marzo. Desde el 19
de marzo, la mayoría de los locales que despachan hamburguesas, cafés, sandwichs, pollos, entre otros comestibles, se encuentran cerrados y no generan ingresos.
Por esa razón, la Cámara Argentina de Establecimiento de Servicio Rápido (que agrupa a las más importantes) utilizó un artículo del convenio colectivo de trabajo del sector para pagar jornales laborales “mínimas”, lo que representa menores erogaciones salariales.
Los trabajadores de esta actividad percibieron hasta un 50% menos de lo que esperaban en la liquidación de la segunda quincena de marzo.
Otras industrias también evalúan reducciones salariales. La fabricante de aluminio Aluar está en conversaciones con sus sindicatos para pactar una disminución del 30% en los salarios, según le explicó Javier Madanes Quintanilla, presidente de Aluar, a Clarín.
Los establecimientos gastronómicos decidieron cerrar “sus puertas y atención al público desde el 20 de marzo de 2020 con el objetivo de proteger la salud de sus empleados y clientes ante la pandemia del COVID-19”, según informó la cámara que los agrupa. Aunque algunos gastronómicos siguen trabajando bajo la modalidad de “delivery”, las cadenas más grandes recibieron reclamos de sus empleados, que temían desplazarse hacia las sucursales en medio de la pandemia.
“En este contexto sin precedentes en donde las obligaciones siguen corriendo pero los ingresos son nulos, la industria se ha visto fuertemente golpeada”, explica la cámara del sector. Su polémica con los empleados es por la liquidación de sueldos de entre el 20 de marzo y 31 de marzo. El mismo se hizo según el “artículo 6 inciso B del convenio colectivo de trabajo de ese rubro”, según un comunicado del sector.
“Este artículo contempla que ante ocasiones excepcionales como las que vivimos actualmente, las jornadas de horas mínimas pasan de 60 horas a 48 horas mensuales. Respecto al presentismo, también conforme el convenio colectivo de trabajo, sólo debe abonarse cuando el empleado ha tenido asistencia perfecta durante todo el mes, que no resulta aplicable en la presente situación de fuerza mayor. La antigüedad, por su parte, fue saldada sin restricciones”, puntualizó la cámara, en la que están McDonald’s, Burger King, Starbucks. Otras cadenas como Mostaza, KFC, que no están en esa entidad, habrían tomado una actitud similar, según fuentes empresarias.
Con la liquidación de 48 horas mensuales, los empleados sufrieron alteraciones en relación a su cobro habitual. En una semana pueden llegar a trabajar 60 horas. Y si se le suman otros cuatro días más (del total de 11 días que las cadenas no abrieron), las horas que podrían haber trabajado podrían ser casi el doble (96 horas). Eso, más la pérdida del presentismo, les ocasionó una caída del 50% de sus ingresos en la segunda quincena de marzo.
Las empresas están pidiendo colaboración al Gobierno. Fuentes del sector, que pidieron no ser identificadas, señalaron que desembolsaron $ 500 millones para pagar salarios de 11 días en los que no tuvieron ingresos.
Otras industrias también evalúan alguna reducción salarial en su nómina. “Es dificil remunerar a todo el mundo hasta que la pandemia esté bajo control, porque nuestros ingresos están cayendo“, manifestó Javier Madanes Quintanilla, presidente de Aluar.
“Las industrias esenciales, que continúan funcionando, representan un 20%-25% de la actividad . Pero, mientras dure la pandemia, el resto de la economía necesita algún acuerdo con sus sindicatos para aguantar esta situación“, expresó el empresario.
Aluar posee una operación con cuatro instalaciones en Puerto Madryn (Chubut), Allí se estableció un mecanismo de empleo rotativo. Cada día van a trabajar entre 800 y 1.000 personas, mientras que una porción mayor se queda en sus casos. “Estamos dialogando con los sindicatos UOM y UOCRA para una reducción salarial, que podría ser del 30%, teniendo en cuenta que hay personal que no concurre”. “Hay una actitud madura de los sindicatos”, recalca Madanes Quintanilla. En días normales, en esas instalaciones trabajan entre 6.000 y 6.500 personas.
La planta de neumáticos de Fate (de Aluar), en San Fernando, se encuentra paralizada. Es porque la industria automotriz no está demandando ese producto.
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