El gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, deslizó la posibilidad de que las industrias textiles y electrónicas de la provincia puedan volver a producir durante la nueva fase
del aislamiento social, preventivo y obligatorio que regirá desde el lunes y cuyos detalles evalúa el Gobierno nacional en función de pedidos de las provincias y la opinión de los expertos.
“La cuarentena está muy lejos de terminarse; no cantemos victoria”, advirtió, sin embargo, el mandatario de Tierra del Fuego en declaraciones formuladas a la prensa fueguina, al referirse a las conclusiones de la reunión que, de manera virtual, mantuvieron ayer los gobernadores con el presidente Alberto Fernández, para abordar la cuestión de la cuarentena.
En este sentido, Melella adelantó que la flexibilización de la cuarentena “estará enfocada en pequeños sectores, y será controlada y contenida”.
Sin embargo, en relación a la actividad industrial en su provincia, que constituye un pilar del empleo privado (especialmente en la ciudad de Río Grande) Melella dijo que, “si vuelve, será con mucho cuidado y preservando la salubridad”.
“Estamos trabajando en los protocolos necesarios que deberá implementar cada una de los rubros que puedan volver”, aseguró en declaraciones oficiales.
La paralización de las fábricas fueguinas originó un conflicto esta semana, cuando las principales compañías de Río Grande anunciaron que solo podrían hacer frente al pago del 70% de los salarios de marzo, e iniciaron negociaciones con los sindicatos del sector para acordar una reducción de sueldos durante la cuarentena.
El Ministerio de Trabajo de la provincia logró sentar en una mesa a empresarios y directivos de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) pero las tratativas fracasaron luego de que el sindicato abandonara el encuentro en medio de críticas a la actitud empresarial.
“Repudiamos la retención de nuestros haberes y rechazamos cualquier pretensión de las empresas de imponer algún método de recuperación de las horas no trabajadas por la cuarentena”, manifestó un comunicado de la UOM de Río Grande, a la vez que dio por “agotada” toda instancia de dialogo con las empresas.