Se conocieron en el set de la película The Rum Diary, en 2009. Tres años más tarde comenzarían a salir oficialmente. Pasarían otros tres hasta casarse en la isla privada en
las Bahamas. Parecían una de las parejas perfectas de Hollywood. Algo se rompió. O algo no funcionaba desde antes y los flashes edulcoraban todo…
En las alfombras rojas todo era sonrisa y caricias para Amber Heard y Johnny Depp. Bastaron 15 meses de matrimonio para que estallaran las acusaciones mutuas de relación tóxica. A inicios de 2017 la actriz de Aquaman señaló los problemas de adicciones de su esposo y lo denunció por violencia física y psicológica.
Depp negó enojado esas acusaciones, mientras perdía proyectos laborales. Los productores lo bajaban de sus productos. Ella solicitó una orden de alejamiento y mostró las fotos de sus moretones. El caso sería más largo de lo imaginado…
Cuando todo era amor (al menos ante cámara) AP.
Lo que vino después fueron nuevas revelaciones públicas de los enfrentamientos entre el matrimonio. En un audio que apareció en los medios se escucha admitir a Heard que ella lo agredía físicamente, lo que para muchos redimió en cierta forma la reputación de Depp.
Ante la mirada que comenzó a señalarla -Hollywood es un lugar profundamente machista y el silencio por años del comportamiento de Harvey Weinstein lo acredita- Amber evitó las entrevistas y se mantuvo por el carril legal. Depp salió a hablar: “Ella fue la perpetradora y yo la víctima”.
Las últimas noticias que llegan desde los Estados Unidos indican que ahora es ella la que podría terminar en prisión. Según el International Business Times, Heard podría enfrentarse a una pena de hasta tres años de cárcel por falsificar pruebas contra Depp. Afirmó que tenía moratones en los ojos la noche antes de aparecer en The Late Late Show, con James Corden en 2015.
15 meses de matrimonio y una relación tóxica. (AFP)
La maquilladora de Heard, Samantha McMillen, declaró que la actriz no tenía ninguna lesión ese día. “Durante el día 16 de diciembre de 2015 pude ver claramente que Amber Heard no tenía marcas visibles, contusiones, cortes o lesiones en la cara o cualquier otra parte de su cuerpo”, aseguró.
Según el Código Penal de California “es ilegal alterar, modificar, plantar, colocar, ocultar, fabricar o mover cualquier prueba física con la intención de hacer que alguien sea acusado de un delito. El ofrecimiento y preparación de pruebas falsas se consideran delitos graves y conlleva una pena máxima de hasta tres años“.
En 2017 Heard (hoy 33 años) demostró que su objetivo no era obtener dinero de la situación: donó 7 millones de dólares de su divorcio. La gran suma de dinero fue a parar al Children’s Hospital de Los Angeles, un centro hospitalario dedicado y especializado en tratar las enfermedades de niños.
El litigio continúa y el silencio por parte de ella también.
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