Las alfombras rojas, los vestuarios suntuosos en las galas y la participación en distintos eventos VIP generaron una idea sobre el pasar económico de los artistas diferente a
la realidad que ellos viven. Hace tiempo que la industria del espectáculo está en crisis, con pocas producciones de ficción en la televisión y temporadas teatrales bajas. La pandemia por el coronavirus terminó de perjudicar al sector: su actividad fue de las primeras en prohibirse por la masividad que implica y, por la misma razón, es posible que sea de las últimas en reanudarse.
En un contexto así, algunos famosos hicieron catarsis en sus redes sociales y entrevistas: sin ingresos no es posible costear todos los gastos de su vida cotidiana. “Che, estoy por caer en la indigencia -posta, no es eufemismo- y un amigo que vive en España quiere prestarme algo de dinero. Pero no puede transferir porque los sistemas son incompatibles. ¿Qué onda? ¿Alguien sabe cómo hacer?”, escribió en su Twitter la actriz Inés Estévez, aunque luego borró la publicación porque no quería magnificar la cuestión y aclaró: “Es la situación del 80% de la clase media no asalariada. Estamos todos en la misma”.
La diferencia es que, para la actividad cultural, el año está “virtualmente terminado”, según entienden los especialistas del rubro. Ese fue el análisis que hizo Carlos Rottemberg, empresario teatral, que dividió lo que está pasando en tres fases. “Primero está la fase de clausura, la que estamos viviendo. Luego vendrá una segunda fase en donde nuestras actividades, que congregan gente, estarán en cola y luego vendrá lo que yo ya viví durante la Gripe A: en la tercera fase el público tardará al menos tres meses en volver a las salas”, explicó Rottemberg.
Osvaldo Santoro, actor y Secretario General de la Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes (SAGAI), coincide con el pronóstico. “Lo que más me preocupa es el miedo. El miedo al contagio nuevamente, el miedo a ir a un cine o a un teatro donde hay un conglomerado de gente. Es muy complejo y yo creo que recién el año que viene vamos a tener cierta normalidad”, señaló a NOTICIAS.
Ni espectáculos ni ingresos. Contratos caídos, reprogramación de estrenos, cancelación de temporadas. Con la pandemia, el escenario cambió completamente. Roberto Bisogno, presidente de la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales y Musicales, explicó a NOTICIAS: “Nosotros somos una actividad prohibida, no somos una actividad que está facturando parcialmente o que tiene rebusques. Estamos prohibidos, con ingreso cero, no estamos generando nada. O sea tenemos un desastre general en la industria del entretenimiento. El panorama es desolador”.
Pero, lógicamente, antes de la cuarentena, el año estaba en marcha y muchos artistas ya habían invertido en sus proyectos. Ese fue el caso de Flavio Mendoza, quien tiene a cargo diferentes espectáculos con un gran número de trabajadores.
“El sueldo a las personas que están trabajando conmigo lo estamos pagando. Sí fui al mercado y armé bolsas de comida para gente que la está pasando muy mal. Son casi 180 personas. La verdad me tiene muy preocupado”, aclaró Mendoza en una entrevista con Verónica Lozano después de que Marcelo Polino contara que el coreógrafo y productor le había asegurado que preparaba bolsas de alimento para sus empleados y que “si la situación en tres meses no remontaba, directamente se fundía”. En esa línea, agregó angustiado: “No sé cómo hacer, hay momentos en que me voy al cuarto a llorar porque me preocupa”.
En la televisión la situación es similar. “Separadas”, una de las pocas ficciones que se estaban produciendo, dejó de grabarse. Para los actores y actrices más que augurios sobre el futuro hay incertidumbre. Sin saber qué va a pasar a nivel sanitario, no se están pensando proyectos que les puedan servir como fuente de trabajo y, al contrario de lo que muchas veces se piensa, casi ninguno de ellos puede vivir todo un año sin generar ningún tipo de ingreso.
“La ficción en el país tiene un déficit muy grande desde hace un par de años, pero esta pandemia nos sorprendió a todos y las pocas cosas que se estaban filmando se han suspendido. La situación es grave porque, particularmente, los actores y actrices no tienen otro recurso más que el que les puede brindar SAGAI, lo que hoy por hoy pasa a ser una alternativa importantísima”, señala a NOTICIAS Santoro.
Frente a este contexto, desde la Asociación Argentina de Actores están repartiendo bolsas de alimentos a las personas del gremio que lo solicitaron. Y el artista Mosquito Sancineto impulsó una red solidaria para recolectar y repartir comida a los artistas que estén en “situación extrema” por haberse quedado sin su medio de vida.
Artistas y empresarias. Otras dos estrellas que comentaron sus penurias públicamente son Anamá Ferreira y Silvina Escudero. Ambas tienen escuelas -Ferreira de modelaje, Escudero, de danza- y, al estar frenada la actividad, no tienen cómo sustentar sus gastos.
“Estoy muy preocupada con las escuelas de modelos porque es mi vida, es mi empresa. Deposité desde el año ’82 todo ahí. Ni la crisis del 2000 fue así, que la conseguimos pasar. Esto es tremendo porque tengo todo parado, que está bien por una cuestión de salud, obviamente. Pero estoy muy preocupada porque tengo muchos alquileres porque la gente depende de esa plata para vivir”, señaló Ferreira a NOTICIAS. Por ahora, está usando sus ahorros para pagar los sueldos y los nueve alquileres que tiene. Incluso contó a esta revista que piensa utilizar el dinero que ganó cuando participó en el programa de Lizy Tagliani para solventar sus gastos.
Además, espera que el Gobierno dicte más medidas para ayudar a las pymes y anhela que se abra un poco la economía, permitiéndole trabajar con todos los recaudos necesarios: cupos reducidos en las clases, barbijos, kits de higiene y desinfección constante.
Silvina Escudero vive una situación similar. “Con Vanina (su hermana) estamos muy preocupadas porque nuestra escuela es muy grande. Los empleados, el alquiler. Es un imposible de pagar”, dijo, entre lágrimas, la bailarina.
Así, con un parate total en sus empresas y sin el apoyo económico que podían conseguir con sus trabajos como modelos o actrices, el panorama se dificulta más.
La situación personal y general en el ambiente se complejiza. Por un lado, Rottemberg cree que todo esto va a impactar todavía más dentro de dos meses porque todavía hoy hay efectos residuales de los contratos en vigencia. Estima que en la industria participan aproximadamente 40 mil personas -entre las fijas, que están en relación de dependencia- y las eventuales.
“Mi mayor preocupación son mis amigos actrices y actores, técnicos, directores y autores. Ni con la selfie, ni con el autógrafo, ni con la nota que le hagan a una actriz o a un actor, la gran masa paga las expensas ni compra la leche. Son dos cosas diferentes la fama o el aplauso a la economía de cada uno”, concluye Rottemberg.
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