El desplome del petróleo producido en los Estados Unidos (WTI) no afectará, de inmediato, los precios de los combustibles. Ni en la Argentina ni en ningún lugar del mundo. Es porque
los importes de nafta y gasoil se calculan con otra referencia, que es el barril de petróleo Brent.
La caída de hoy ni siquiera llegará a reflejarse, mañana, en los precios de los combustibles en Estados Unidos. Allí, el galón -de casi 4 litros- también se despacha en base a la cotización internacional del Brent.
El importe WTI es solo para la producción de los Estados Unidos. Allí, el mercado de contratos futuros es inmenso. Y las refinerías ya no tienen capacidad para almacenar. Sin ventas a mediano plazo, las compañías ya no tienen donde guardar. Como tampoco poseen expectativas de dónde van a colocar ese petróleo, hoy regalan ese producto porque no tienen manera de resguardarlo físicamente.
El WTI (de Estados Unidos) y el Brent suelen tener tendencias similares, pero precios distintos. El Brent se movió hoy en una zona de entre US$ 25 y US$ 27 por barril. Esta caída es la que puede llegar a impactar en los valores de surtidores en todas partes.
En la Argentina, las petroleras y las provincias le pidieron al Gobierno un precio “sostén”. Es decir un barril de petróleo “criollo” con cotización especial, que sería diferente a la del resto del mundo. Eso sirve para proteger al mercado y la producción, pero daña la libertad de las compañías para establecer sus precios.
Hace más de 20 años, en 1998, los precios del petróleo también estuvieron debajo de los US$ 10 y los analistas teorizaban acerca de un “mundo sin OPEP” (la organización mundial de productores). Sin embargo, después vino el super ciclo de los commodities, el gran crecimiento chino y ese motor empujó al petróleo.
Cuando la actividad económica internacional mejora, la situación de la industria petrolera es una de las primeras en sentirlo.
En la Argentina, el precio de los combustibles actuales está reflejando un barril de petróleo Brent más alto que el de la cotización actual. Pero las compañías enfrentan una caída de ventas de entre 50% y 80% como consecuencia de la cuarentena por la pandemia.
“Más allá de la caída de hoy, creemos que el impacto a la baja no va a ser inmediato en el precio del surtidor en Argentina”, dice Vicente Impieri, titular de la cámara de estaciones Fecra.
Puede haber modificaciones en este esquema. Pero sería muy extraño que sean de la mañana a la noche. En el Gobierno no son partidarios de tomar una decisión definitiva -del estilo “precio sostén de barril por 6 meses- en medio de un contexto de tanta volatilidad. “Hay una negociación pendiente entre las petroleras y el Gobierno por un precio de barril criollo que será clave para la ecuación del negocio petrolero en el país. Un barril criollo a US$ 45 dólares cuando hoy ronda el barril internacional los US$ 26 sería inviable”, agrega Impieri.
YPF es la prueba de los vaivenes de esta industria. Ni bien arrancó la pandemia en los Estados Unidos, la cotización de su acción bajó a sus mínimos históricos. Ahora, rebotó, y nada mejoró en la situación internacional. Hay momentos en los que la “foto” tapa “la película”.
De todas formas, este escenario de mercados alterados no es idóneo para que los inversores internacionales vayan a Vaca Muerta, que requiere miles de millones de dólares para poder crecer.
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