En marzo las cuentas públicas terminaron con un rojo profundo: el resultado primario arrojó un déficit de $ 124.727 millones. Ya con algunos de los efectos de la cuarentena encima, el mes
pasado trajo un déficit mucho más fuerte del que se había registrado en marzo de 2019, cuando el saldo negativo fue de $ 13.037 millones.
Los números que dio a conocer el ministerio de Hacienda muestran que mientras los ingresos crecieron 30,7% de un año a otro en términos nominales -mientras la inflación del período fue de 48%- los gastos tuvieron un impulso mayor, con un salto del 70%.
El resultado financiero, que incluye el pago de los intereses de la deuda, lleva a un saldo negativo de $ 166.305 millones.
El comunicado de Hacienda detalla que los ingresos públicos, que en el mes sumaron $ 341.518 millones, estuvieron “afectados parcialmente por el cese de actividades en el marco de la emergencia por el COVID-19″.
En el mes los ingresos tributarios crecieron 33,1% interanual, seguidos de los aportes y contribuciones de la seguridad social con un alza de 42,2%. Por su parte, la caída de 56,3% en las rentas de la propiedad estuvo explicada por la remisión de utilidades del Banco Nación en marzo de 2019 por $ 15.000 millones.
El gasto primario de marzo fue de $ 466.246 millones, un alza del 70% interanual. “Los efectos del COVID-19 y la reacción de política económica para proteger a los sectores más vulnerables han impactado en el volumen de erogaciones”, cuenta el comunicado. De este modo, las transferencias corrientes crecieron 135,2%.
El salto más espectacular se dio en las transferencias a las provincias y CABA. Con solo 10 días de cuarentena, estas partidas mostraron un impulso de $ 16.720 millones, un aumento del 324% “debido a los mayores requerimientos de asistencia financiera de las administraciones subnacionales”.
En la misma línea subieron 113% las transferencias al sector privado por el refuerzo importante en las Asignaciones Familiares, mientras que en lo que respecta a los subsidios económicos el aumento fue de 125%.
Por el pago del bono de los $ 3.000 millones a los jubilados que cobran la mínima, las prestaciones a la seguridad social crecieron 53% respecto a igual mes de 2019.
Los datos de marzo son apenas la punta del iceberg del déficit que se registrará en este mes y seguramente también en mayo cuando las cuentas públicas reflejen el impacto de las partidas públicas para amortiguar los efectos económicos del coronavirus. Entre ellas el Ingreso Familiar de Emergencia por $10.000 que perciben los monotributistas A y B y los hogares de menores ingresos y que ya tiene 7,8 millones de beneficiarios registrados. Pero además este mes dará cuenta del derrumbe de los ingresos por la menor actividad y las exenciones a las contribuciones patronales para los sectores esenciales, entre otros beneficios.
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