Parte de la llamada “ala ideológica” del gobierno de Jair Bolsonaro, el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Ernesto Araújo, cargó duro contra la Organización
Mundial de la Salud (OMS) y lo que denominó como el “comunavirus”, un agente patológico que “nos hace despertar nuevamente para la pesadilla comunista”.
La manifestación del jefe de la diplomacia brasileña fue hecha al comentar el libro “Virus”, del filósofo esloveno neomarxista Slavoj Zizek, al que acusó de respaldar un “juego comunista-globalista” que busca apropiarse de la pandemia para construir un mundo sin libertad, esclavizar las personas y subvertir la democracia liberal y la economía de mercado.
“Zizek revela aquello que los marxistas esconden hace treinta años: el globalismo substituyó al socialismo como fase preparatoria para el comunismo. La pandemia representa para él una inmensa oportunidad de construir un orden mundial sin naciones y sin libertad”, dijo Araújo en su blog personal, Metapolítica.
El ministro agregó que no escapa al autor el valor que hoy tiene la OMS para la causa de la desnacionalización. “Transferir poderes nacionales a la OMS, bajo el pretexto (¡jamás comprobado!) de que un organismo internacional centralizado es más eficiente para lidiar con los problemas que los países actuando individualmente, es apenas el primer paso en la construcción de la solidaridad comunista planetaria”, indicó Araújo.
El escrito, recibido con sorpresa en el medio diplomático, es relevante porque conecta con posiciones públicas del presidente Jair Bolsonaro, que se quejó varias veces por restricciones de autoridades de seguridad de estados brasileños como San Pablo, Río de Janeiro y Pernambuco.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, es partidario de flexibilizar las cuarentenas para frenar el hundimiento de la economía. /AFP
Esos estados, en el marco de medidas de distanciamiento social para enfrentar el coronavirus, impiden que se acceda a playas o se practiquen deportes en espacios públicos. Por infringir esas normas, autoridades detuvieron a varias personas. Bolsonaro reclama casi permanentemente el respeto a la libertad y al “derecho constitucional de ir y venir”.
El presidente brasileño presiona a gobernadores y alcaldes para flexibilizar cuarentenas, de modo de evitar un completo hundimiento de la economía, mientras su gobierno prepara un megaplan de obras públicas para reactivar la actividad.
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El plan es coordinado por los ministros de la Casa Civil (Jefatura de Gabinete) y de Infraestructura, Walter Braga Netto y Tarcisio de Freitas, y la iniciativa está levantando interrogantes sobre el futuro de las reformas liberales del ministro de Economía, Paulo Guedes, que se anclaban en privatizaciones y una rígida disciplina fiscal que el coronavirus podría convertir en cenizas.
Brasil reportó hasta ahora 2.906 muertes por COVID-19 en un total de 45.757 casos positivos. En las últimas 24 horas fueron 165 nuevas muertes. Las cifras, en perspectiva de muertes por millón de habitantes, fueron destacadas por el nuevo ministro de Salud, Nelson Teich.
El entierro de una víctima del coronavirus, este miércoles en Río de Janeiro. /AP
“Brasil es uno de los países de mejor performance ante el Covid-19”, dijo Teich en su primera conferencia de prensa, en la que informó que el Ministerio comenzará a trabajar con los gobiernos regionales en planes para flexibilizar las medidas de aislamiento, para los que prometió considerar la gran heterogeneidad del quinto mayor país del mundo en superficie.
En algunos estados del país, como Amazonas, el Covid-19 no sólo llevó al colapso al sistema de salud, sino también a los cementerios, que están construyendo sepulturas colectivas debido al aumento de la demanda de servicios fúnebres.
Habitantes de la favela Mandela, en Río de Janeiro, esperan para recibir comida, en el marco de la ayuda social por la pandemia. /AP
Para flexibilizar las medidas de aislamiento, dijo Teich, serán tomados en cuenta tasas de infección, camas disponibles en unidades de cuidados intensivos y disponibilidad de recursos humanos. “Brasil es gigante y heterogéneo, no hay cómo tener una solución única”, explicó el nuevo ministro. “Una explosión de la enfermedad no está ocurriendo en Brasil”, agregó.
Teich también confirmó que será secundado por un general, Eduardo Pazuello, experto en logística.
En el cargo de secretario ejecutivo (viceministro) del Ministerio de Salud, Pazuello ayudará en la infraestructura de la red de salud, que requiere redistribuir equipos, insumos y profesionales. “Estamos hablando de logística, de compras, de distribución, y él es una persona muy experimentada en eso”, aseguró Teich.
El nombramiento de Pazuello era esperado y confirmó lo que Bolsonaro había adelantado cuando aseguró que intervendría directamente en las designaciones del nuevo comando de la cartera sanitaria.
Brasilia, corresponsal
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