Preocupa el maltrato que pueden estar sufriendo niños, niñas y adolescentes en esta cuarentena. El 70 por ciento de los abusos sexuales contra la niñez ocurre en los hogares. Sus abusadores
son sus propios familiares. Quienes suelen denunciar estos abusos son las maestras y los maestros, pero las escuelas están cerradas.
Los golpes son también la manera más clara del maltrato, pero los gritos, el menosprecio, la burla, los insultos, también lo son. “Una situación habitual: violencia en las vidas de los niños, niñas y adolescentes” es un estudio de UNICEF que muestra que en el 70% de los hogares se usan métodos de disciplina que incluyen violencia física o verbal: zamarreos, chirlos, cachetadas, golpes y gritos. Eso en situaciones normales ¿qué pasa ahora que padres y madres están más nerviosos y 24 horas con sus hijos?
“Hay muchos chicos que ya sufren maltrato en sus hogares y ahora con la cuarentena obligatoria están todo el tiempo con sus maltratadores, con lo cual aumentan los riesgos de violencia. Y se suma el hecho que los niños no están teniendo contacto personal con sus docentes o con el personal de la salud, que son los que más pueden advertir estas situaciones y denunciarlas”, explica a Clarín Sabrina Viola, del equipo de Protección de UNICEF.
“Y por otra parte, esta situación de encierro y tensión hace que se puedan generar una mayor cantidad de maltratos en las casas a nivel general. Los chicos no pueden defenderse o llamar como puede ocurrir con la violencia de género, por ejemplo. Por eso es necesario que los vecinos estén muy alertas. Toda la sociedad se debe involucrar. No se pueden naturalizar estas situaciones de violencia, hay que denunciarlas. Hay que pensar que es muy difícil para un niño poder defenderse, y más para los más pequeños”, agrega Viola.
“En el Día Internacional contra el Maltrato Infantil es bueno recordar que su antónimo es el buen trato, es decir, no sólo tenemos que luchar contra el maltrato sino que tenemos que abogar por el buen trato. Hay muchas micro violencias naturalizadas como el chirlo, la tirada de pelo, las burlas, hay familias que creen que eso debe ser parte de la crianza cuando no es así, eso es violencia”, explica a Clarín Marisa Graham, Defensora Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes.
“La preocupación ahora es grande porque el modus operandi del violento es el aislamiento de la víctima, y ahora todos estamos aislados y los actores de protección como los docentes o el personal de salud no ven a los chicos -sigue Graham-. También preocupa el aumento de la violencia de género, porque los niños, niñas y adolescentes que conviven con hombres que maltratan a las esposas no sólo están siendo testigos de esa violencia sino que también son víctimas de esa violencia”.
En Argentina existe la Línea 102, que es un servicio telefónico gratuito que brinda la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF), para orientar a las niñas, niños y adolescentes y a los ciudadanos en general, sobre protección y restitución de derechos de niñas y niños con derechos amenazados o vulnerados.
“La línea 102 está en 17 provincias, en las otras hay otras líneas. Pero nos preocupa que bajaron muchísimo los llamados. Sabemos que es porque los que llamaban eran los docentes o desde los centros de salud. Es muy difícil que un niño llame, y menos con su agresor ahí a su lado. Por eso es importante romper con el ‘no te metás’, hay que meterse y denunciar”, dice Graham, y repite una frase: “Vos que ahora lo sabés, decilo”.
Línea 102 de ayuda a niños, niñas y adolescentes.
“Tenemos que terminar también con esa idea de que a los chicos se les puede pegar como parte de la crianza. Si no se nos ocurriría pegarle a otro adulto, por qué sí a nuestros hijos. Hay que erradicar la violencia contra los niños”, pide la Defensora. Y cita el artículo 647 del Código Civil y Comercial: “Se prohíbe el castigo corporal en cualquiera de sus formas, los malos tratos y cualquier hecho que lesione o menoscabe física o psíquicamente a los niños o adolescentes”. Maltratar a los hijos es un delito.
“En el marco del aislamiento social obligatorio, en la SENAF estamos preocupados por el incremento de la violencia en los hogares y en las dificultades de este abordaje en el actual escenario. Hoy es muy complejo relevar estas situaciones: los ámbitos educativos y de salud son los espacios en los que se producen la mayor cantidad de relatos de maltratos de niñes y adolescentes ocurridos dentro del ámbito intrafamiliar, y por el otro, los espacios de denuncia no están funcionando al 100%”, asegura a Clarín Gabriel Lerner, al frente de la SENAF.
“Los espacios de consulta y contención como la línea 102 de atención a niños y niñas se tornan de gran relevancia, aunque no es la única manera de abordar este problema. La SENAF continua sosteniendo tareas en todas las provincias -asegura Lerner-. Para asistir a los niños, niñas y adolescentes en materia de violencia, en este contexto estamos trabajando en diversas líneas. Por un lado, la difusión y los refuerzos en la asistencia a las provincias para fortalecer el funcionamiento de las líneas 102. Por otro lado, en articulación con el Ministerio de Educación de la Nación, estamos desarrollando piezas de información y sensibilización, abordando temas de violencias y derechos, para incluir tanto en los cuadernillos educativos que se entregan semanalmente en las casas, como en los medios públicos y la plataforma digital, en el marco del Programa Seguimos Educando. Una tercera línea es el desarrollo de materiales propios destinados a familias, niños, niñas y adolescentes con propuestas lúdicas, educativas y de entretenimiento, para transitar de la mejor manera este período. Todas estas piezas están disponibles en la web del Ministerio de Desarrollo”.
“Y en el marco de los espacios de aislamiento comunitarios la SENAF -concluye Lerner-, a través de sus promotores comunitarios, trabaja en la promoción del buen trato hacia los niños, niñas y adolescentes, y colaborando con el programa El Barrio cuida al Barrio”.
“Tendemos a pensar que los peligros disminuyen cuando las niñas, niños y adolescentes están en sus hogares, pero quienes trabajamos en la protección y defensa de sus derechos sabemos que el 80% de las situaciones de abuso o violencia contra los chicos son cometidas intramuros, por familiares o personas conocidas de ellos”, explica a Clarín Yael Bendel, al frente del Ministerio Público Tutelar de la Ciudad de Buenos Aires.
“Esta estadística explica por qué las denuncias de violencia y maltrato han disminuido -agrega Bendel-. Y aquí es importante destacar la función que cumple el gran sistema de protección de derechos que está constituido por los lugares donde los chicos y chicas desarrollan actividades, como la escuela, los clubes, los centros comunitarios, centros de salud, entre otros. Esos dispositivos y las personas que allí trabajan son la clave a la hora de identificar situaciones de riesgo y poder dar cuenta a los organismos de protección de derechos de niños para la rápida intervención y restitución de sus derechos”.
Además de la línea 102, se puede llamar a la línea 144 de violencia de género y a la 137 del Programa Víctimas contra las Violencias del Ministerio de Justicia de Nación.
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