“Yo debería haber aclarado que los gobernadores tenían posibilidad de reglamentar la salida. Se me pasó“. Con una autocrítica pública, Alberto Fernández buscó quitarles responsabilidad a los peronistas Axel Kicillof (Buenos Aires),
Juan Schiaretti (Córdoba) y Omar Perotti (Santa Fe) y al macrista Horacio Rodríguez Larreta (Ciudad) por la polémica que se generó a partir de las imprecisiones que rodearon al anuncio de la nueva etapa de la cuarentena.
El Presidente rechazó cualquier especulación y negó una ruptura detrás de la decisión de los cuatro mandatarios de impedir la circulación “recreativa” y aseguró que ya “estaba previsto que las condiciones de salida las fijaba cada distrito”. Lejos está, dicen en su entorno, de haber tomado como un desafío la postura de los cuatro gobernadores de anunciar mediante un comunicado que mantendrán las restricciones. Predomina, pese a todo, el espíritu de unidad.
La reacción de las provincias giró en la misma sintonía. Ninguno de los cuatro mandatarios quiere polemizar, a pesar del desconcierto que se advirtió el sábado tras el discurso de Fernández. Más: aseguran, tal como planteó el jefe de Estado en radio con Vos, “el comunicado fue consensuado” con Alberto. “La necesidad de fijar una posición no estuvo dirigida al Presidente, sino hacia la sociedad. Fue algo puramente pedagógico”, aseguró a este diario uno de los mandatarios.
Más: cerca de los mandatarios detallaron que antes de su publicación, el comunicado fue corregido “varias veces” y que cada versión fueron consultada con el Presidente. El encargado del nexo minuto a minuto fue Kicillof, quien le explicó la necesidad que tenía junto a sus pares de aclarar la medida, para que la gente no saliera este lunes a las calles. En la Ciudad, por caso, se vivieron horas de profunda preocupación, en especial en torno a los parques.
Pese a su cercanía, Kicillof tampoco tuvo privilegios: también se enteró por la televisión del alcance del anuncio de Alberto.
Con todo, cerca de los gobernadores apuntan que la decisión de la firma conjunta del comunicado obedeció a dos motivos. En principio, dejar en claro que se trata de la única posibilidad que tienen para prevenir la propagación del coronavirus en los grandes centros urbanos.
Luego, también quitarle connotaciones políticas y partidarias a la decisión y delimitarla estrictamente a cuestiones sanitarias y de gestión. “Fue una forma de despejar las especulaciones. Era importante dejar en claro que entendemos la intención del Presidente, pero que al menos a nosotros se nos hace imposible implementarla. No hay que darle más vueltas al tema”, se justificaron cerca de otro mandatario.
Más allá del mea culpa “comunicacional” que hizo el mandatario, desde ambos sectores explican que hubo tres hechos que propiciaron el desencuentro.
1) Falta de aviso en la videoconferencia: En la charla que mantuvo con los gobernadores, si bien les contó que se había reunido con representantes de Unicef, con quienes conversó de la posibilidad de habilitar una salida programada para los chicos, el Presidente no adelantó la medida. Así, al cabo de la reunión virtual, los mandatarios le ratificaron el respaldo para que “prorrogue la cuarentena” y se comprometieron a emitir una solicitada. Lejos estaban de prever un permiso general para que la gente salga una hora por día.
Esa sorpresa se advirtió en el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli; quien al ser entrevistado en televisión, minutos después del anuncio; no pudo contestar qué iba a ocurrir en la Ciudad y tuvo que reconocer que se trazó de una reunión de emergencia para evaluar los pasos a seguir.
Todavía hay gobernadores, incluso de provincias que no se vieron afectadas por el olvido de Alberto F., que admiten a Clarín no entender cómo omitió avisarles.
2)Un anuncio a través de un mensaje grabado, sin conferencia de prensa: Cuando anunció la prórroga el 10 de abril, el Presidente había sorprendido al indicar que evaluaban la posibilidad de implementar un “protocolo” para aquellos que pedían hacer “actividad física”. En aquella ocasión, los periodistas que esperaron el anuncio en la puerta de la Quinta de Olivos tuvieron la posibilidad de repreguntar sobre el tema y, en consecuencia, permitirle a Alberto F. aclarar rápidamente y ante quienes veían la transmisión, que eso no se llevaría a cabo y que iba a depender del diálogo con cada gobernador. La Ciudad, anticipándose a que la gente saliera a hacer ejercicio ese sábado, inmediatamente reforzó el concepto con un fuerte raid mediático de sus principales funcionarios.
Este sábado, en cambio, el jefe de Estado optó por conceder una entrevista a C5N en la que se le llegó a consultar si Fabiola Yáñez, su pareja, les cocinaba a los visitantes de Olivos, pero en la que no se indagó sobre el principal tema. Así, ningún gobernador quiso cortarse solo y adelantarse a contradecir la voluntad del Presidente sin antes ver la letra chica del DNU.
3)El decreto se hizo esperar: A diferencia de otras veces, no hubo filtraciones y el DNU recién trascendió el domingo a la noche, casi 24 horas después, cuando el desconcierto era generalizado y las provincias ya habían avanzado en la publicación del comunicado.
Zanjado el contrapunto, desde las Provincias dejaron trascender otro interrogante: a pesar de que el decreto les da a los gobernadores la potestad de habilitar actividades, hay varios que aseguran que deben continuar pidiendo “autorización” al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
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