Aislar a los pacientes que contagian sin tener síntomas y buscar posibles enfermos casa por casa son algunas medidas con las que Cuba busca cambiar favorablemente el curso
de la pandemia y alcanzar el pico de transmisión antes de lo previsto.
Hasta el miércoles, la isla acumulaba 1.467 casos del nuevo coronavirus, con 58 fallecidos, desde que se presentaron los primeros pacientes el 11 de marzo, cifra bastante menor a la de varios de sus vecinos.
Y de estos, llaman la atención los asintomáticos, que ni siquiera tosen pero sí contagian el virus. Sin un examen no saben que tienen la enfermedad y representan un riesgo de propagación.
De los 380 nuevos casos reportados en Cuba entre el 20 y el 29 de abril, 222 eran asintomáticos, más del 58%. Pero todos ya estaban aislados en algún centro de salud, porque eran contacto de algún caso positivo.
“Si yo detecto un confirmado, busco hasta la última persona que pudo haber tenido contacto con él en los últimos 14 días y que pudiera haberse contagiado”, dice el director de Epidemiología del Ministerio de Salud de Cuba (Minsap), Francisco Durán.
Qué es el CoronavirusCómo se contagia y cómo son sus síntomas
“A todas esas personas yo las aíslo, las estudio (…) Eso indiscutiblemente tiene que tener una repercusión en bajar la incidencia, en disminuir la transmisión”, agrega.
Cuba le hace pruebas para detectar la COVID-19 a todos los contactos de un caso confirmado, con o sin síntomas. “Hay veces que el estudio da negativo pero se mantiene una vigilancia por si acaso apareciera algún síntoma”, detalla Durán.
Quienes presentan síntomas de inmediato reciben un tratamiento “como si tuviera” la enfermedad, hasta que se confirme. Cuba dispone de su propio arsenal para tratarlos, según Durán.
Entre estos está el antiviral Interferón Alfa 2B que repone las defensas humanas, usado por China como una de las opciones para combatir el virus. No evita el contagio, pero los enfermos evolucionan “un poco mejor”, según Durán.
También está usando el plasma de pacientes recuperados en sus terapias. “Ya el impacto de su uso es ostensible en pacientes beneficiados”, ha dicho. En su protocolo están la cloroquina y la azitromicina, dependiendo de cada caso.
Según el Minsap, el nuevo coronavirus está presente en 104 de los 168 municipios de Cuba. Hay en total 39 brotes de transmisión local bajo seguimiento para evitar su descontrol.
Desde mediados de marzo, miles de estudiantes de medicina peinan cada rincón del país a la caza de posibles casos.
Esta “pesquisa es la garantía del éxito”, declara a la AFP Luis Armando Wong, director de Salud en la provincia de Mayabeque, vecina de La Habana, que registra 45 casos.
Hasta la fecha “no tenemos que lamentar pacientes fallecidos y es precisamente porque los hemos identificado a tiempo en la pesquisa y han sido tratados a tiempo”, agrega.
En Mayabeque, con un 30% de sus 382.000 habitantes dispersos en sectores rurales, la pesquisa resulta complicada.
“Como vivo en el campo, las casas me quedan un poco distantes. Camino un kilómetro y si acaso pesquiso dos casas”, explicó la estudiante de primer año de medicina, Darlyn de la Caridad.
Ellos preguntan por síntomas respiratorios, tos seca o fiebre. Si detectan sospechosos, los reportan de inmediato.
“No me siento para nada agobiada ni estresada (…) porque sé que tenemos un sistema de salud muy importante”, dijo Bárbara García, una campesina de 70 años, con problemas pulmonares.
Si todo marcha bien, Cuba debe adelantar el pico de la curva de contagio del coronavirus para la próxima semana, con un máximo de 2.500 casos activos.
Inicialmente, los modelos matemáticos estimaban que este pico debía alcanzarse a finales de mayo. Pero su adelanto responde a la “efectividad” de las medidas de aislamiento social y sanitarias adoptadas, según el ministro de Salud, José Portal.
Un escenario crítico, con un pico de 4.500 casos activos no se descarta, porque “puede haber un grupo de casos (sobre todo asintomáticos) que no hemos identificado”, dijo Portal.
Complican la situación las largas filas para comprar alimentos o descuidos como un brote en un albergue de ancianos que repuntó la curva de contagios a mediados de abril.
Llegar o no a una “etapa epidémica va a depender exclusivamente de cuántos casos logremos diagnosticar y aislar, identificar los contactos, pero más que nada de la capacidad de cooperación” de los ciudadanos, apuntó.
Fuente: AFP
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