Un tripulante sobreviviente del crucero ARA General Belgrano, hundido tras ser atacado por un submarino británico cuando navegaba hacia el continente argentino el 2 de mayo de
1982, afirmó que ese hecho “marcó un antes y un después” en la guerra de Malvinas, porque hasta ese momento era un conflicto “a la distancia, con escaramuzas y nada más”.
En una entrevista con Télam, al cumplirse este sábado 38 años del hundimiento del crucero, Juan Manuel Coronel -tripulante sobreviviente del crucero General Belgrano y presidente de la Fundación Dotación 1982 y Familiares de Caídos del Crucero General Belgrano- recuerda: “Después del hundimiento y con la cantidad de muertos, fue muy diferente todo”.
El crucero ARA General Belgrano fue atacado por el submarino nuclear inglés HMS “Conqueror” en momentos en que navegaba a 35 millas al sur de la zona de exclusión determinada por Gran Bretaña alrededor de las Islas Malvinas.
De los 1.093 tripulantes que tenía a bordo, murieron 323, casi la mitad del total de muertos argentinos en la guerra; y unos 770 lograron sobrevivir en balsas inflables, pero debieron esperar varios días en el mar, con temperaturas bajo cero, para ser rescatados.
El crucero ARA General Belgrano había zarpado el 16 de abril de 1982 desde la Base Naval de Puerto Belgrano rumbo al Atlántico Sur, con la misión de atacar a los buques ingleses que arribaban a las Islas Malvinas y el hundimiento se produjo unas 240 millas náuticas al sureste de Ushuaia, Tierra del Fuego.
Coronel tenía 19 años en ese entonces, estaba cumpliendo el servicio militar obligatorio, y se desempeñaba como artillero en el buque, en el que estaba encargado de soltar las balsas de la embarcación cuando se produjo el hundimiento.
– Télam: ¿Cuál fue la consecuencia del ataque al ARA General Belgrano?
– Coronel: Murieron 300 compañeros con el impacto y 23 murieron después, en las balsas. Fueron 649 la totalidad de los argentinos muertos en la guerra de Malvinas y en el crucero murió casi la mitad de los que murieron en la guerra, 323.
– T: ¿Que significó el hundimiento del Belgrano en la guerra por Malvinas?.
– C: Hubo un antes y un después del hundimiento del Belgrano. Hasta que nos hundieron, era una guerra a la distancia, todo lo que había eran escaramuzas, nada más. Después del hundimiento y con la cantidad de muertos, fue muy diferente.
– T: ¿Dónde estaba usted cuando fue el ataque?
– C: Yo estaba abajo de todo, era de los que cargaba la pólvora y, cuando fue el impacto, quedó todo oscuro. Y salimos de la oscuridad, de los tambuchos que tienen una circunferencia de 70 a 80 centímetros, y de los pasillos, que son angostos, llenos de fierros. Y supimos salir, 770 pudimos salvarnos, por pensar en el otro. Con respecto a esto de la pandemia, nosotros decimos que nos pasó lo mismo, como las fuerzas de seguridad, los médicos, a nosotros nos pasó lo mismo. Si bien tuvimos miedo, temor, supimos reaccionar. Y, a medida que se hundía el barco, se escuchó cantar el Himno Nacional, cantamos en himno para despedir a nuestros compañeros. Fueron rescatados fallecidos, 23, y descansan en el continente. El resto se hundió con el barco o desapareció.
– T: ¿Cuál era su función en el buque cuando fue impactado?
– C: Mi función estando en la cubierta, junto a otro cabo, Centeno, que falleció hace dos años, estaba encargado de soltar las balsas, hacer que se inflen, y que suban las personas que correspondía que suban. Nosotros subíamos a lo último. Hasta que no subiera el último que tenía que subir, no podíamos tirarnos a la balsa.
– T: ¿Por qué usted sostiene que el hundimiento del Belgrano fue un hecho criminal?.
– C: Una de las cosas que siempre nos llamó la atención es que la misma Armada Argentina había declarado que fue un hecho criminal, y, con los años fue cambiando ese discurso y todos los oficiales que tripulaban el crucero sostuvieron que fue hundido en combate. El trabajo que hicimos a partir de terminada la guerra, hasta el día de hoy, es denunciar estas cosas y sobre todo poder hacer un juicio a los británicos por el hundimiento del crucero. Porque nosotros consideramos que el crucero no estaba dentro de la zona de exclusión que ellos mismos habían delimitado. Cuando ellos parten con la flota desde Inglaterra, no podían atacar nada que no le represente peligro.
– T: ¿Qué poder de fuego tenía el General Belgrano?
– C: El alcance que teníamos nosotros de poder de fuego, lo máximo era de 27 kilómetros, y la flota británica estaba a 500 kilómetros. Y nosotros estábamos volviendo hacia al continente argentino, entonces no representaba ningún tipo de peligro. Ese mismo día, el 1ro y 2 de mayo, habían estado trabajando en Naciones Unidas un acuerdo de paz, que había presentado Fernando Belaúnde Terry, que era presidente de Perú en ese momento, y decía que las partes aceptaban todo eso. (La primer ministra británica, Margaret) Thatcher tenía que hacer una jugada para poder iniciar la guerra, entonces ella misma da la orden de hundir al crucero que navegaba. Después de eso, ya no hubo marcha atrás con la propuesta de paz.
– T: ¿Los sobrevivientes querían hacerle un juicio al gobierno británico por el hundimiento del Belgrano?
– C: Sí. Hay un acuerdo de Madrid que firmó (el ex presidente Carlos) Menem que dice que ninguna de las naciones puede litigar una contra otra, y es lo que nos traba a nosotros para iniciar cualquier tipo de juicio. Y todos los gobiernos que siguieron después,
siguieron cumpliendo al pie de la letra esos acuerdos. En 2015 nosotros presentamos una acción declarativa de certeza al Estado nacional para que nos informe si era válido o no, para que el Estado nos represente en un juicio contra los británicos, porque al ser un crimen de guerra, es imprescriptible.
– T: ¿Qué pasó con ese recurso?
– C: Lo presentamos ante la justicia nacional y la Cancillería contestó que, como particulares damnificados podíamos hacer el juicio, pero que el Estado no podía representarnos por los acuerdos de Madrid. Nosotros lo que pedíamos era que se eliminara un punto del acuerdo para poder iniciarles un juicio.
Comandante que rescat nufragos dijo que el hundimiento represent “un gran dolor”
En diálogo con Télam, al cumplirse mañana 38 años del hundimiento, Bárcena contó que el destructor a su cargo rescató 69 náufragos del General Belgrano, en operativos que se extendieron durante cuatro días, con temperaturas bajo cero.
“Estábamos a 7 mil yardas del crucero y escuchamos un golpe muy muy grande, verificamos la posición del crucero y no se movía. No vimos nada raro, solo vimos con prismáticos especiales que la proa del crucero estaba totalmente deformada”, relató el comandante del destructor ARA Bouchard -en ese entonces de 44 años-, al recordar el día del ataque, registrado el 2 de mayo de 1982 a las 16.
“Vimos dos bengalas que tiraron desde el puente de señales, se cortaron las comunicaciones y no podíamos hablar con ellos”, contó el militar retirado y agregó: “No vimos humo ni nada, los impactos fueron debajo de la línea de flotación”.
A raíz de la presencia del submarino británico en la zona, la embarcación a su cargo, con 334 tripulantes a bordo, tuvo que esperar para aproximarse al crucero, y recordó que el destructor llegó al día siguiente al lugar donde estaba el Belgrano.
“Ibamos informando a la Armada lo que habíamos visto. A las 17 el crucero estaba prácticamente desapareciendo de la superficie. Al otro día a la mañana ya estábamos en la zona y empezando el rescate, con condiciones meteorológicas muy adversas, con mucho viento y corrientes”, recuerda.
En la continuación de su relato, Bárcena manifestó: “Pasamos primero por el lugar del hundimiento, vimos una mancha de petróleo, y ahí, por la dirección del viento, de las corrientes, intuimos donde estaban las balsas para el rescate”.
“Tuvimos que hacer el rescate navegando, para que no se fundan los motores” de la embarcación en la que se encontraba”, contó. “Fue tremendamente duro, muy difícil…alcanzamos a rescatar 69 náufragos”, dice.
A 38 años del acontecimiento, el comandante del destructor ARA Bouchard consideró que “una enseñanza que sacamos fue la importancia de que los náufragos estaban de a varios y no solos; los que encontramos solos, estaban fallecidos, en cambio, los que estaban con otros, se salvaron”.
“El hundimiento fue un golpe muy grande, pero fue una acción bélica, de guerra, que nos costó mucho materialmente y espiritualmente, un gran dolor”, concluyó su testimonio.