Hay buenas noticias para este invierno. O al menos para su arranque. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) indica en su pronóstico trimestral –para los meses de mayo, junio y julio-
que buena parte del país podría tener temperaturas superiores a las habituales para esta época. Aunque no hay evidencia de si esto influirá en el “pico” de la pandemia del coronavirus.
“No quiere decir que vamos a andar en musculosa como si fuera verano. Quiere decir que las temperaturas van a estar de normales a por encima de las que son típicas para el fin del otoño y principios del invierno, que son temperaturas bajas”, aclara Cindy Fernández, difusora del SMN, en diálogo con Clarín.
“Va a hacer frío, pero se espera una temporada que posiblemente sea más benévola que otros años”, subraya la meteoróloga.
Esto pasaría, sobre todo, en el oeste y sur del país. “En esta zona, principalmente, se espera un cierre de otoño y comienzo de invierno con temperaturas normales o superiores a las normales”, dice Fernández.
El panorama es el mismo –aunque con menor probabilidad- para el este de la provincia de Buenos Aires. “Hay una leve señal de que puede presentarse con temperaturas de normales a superiores a las normales”, explica la meteoróloga.
Esto incluye a la Ciudad, donde lo habitual para este trimestre -mayo, junio y julio- es que haya mínimas de 8° y máximas de 16°. Este año, podríamos estar por arriba de ese promedio.
Por otro lado, se espera que las temperaturas estén dentro de lo normal sobre el norte del Litoral, oeste de Santa Fe, sur de Santiago del Estero y Córdoba.
Invierno en Ushuaia (Archivo/ Andres D’Elia).
Sobre el norte del país, sur del Litoral, oeste de Buenos Aires y centro-este de La Pampa no hay una señal clara sobre lo que pasará. En estos casos, el organismo recomienda seguir de cerca los pronósticos semanales.
Ahora bien, ¿se espera que las bajas temperaturas influyan en el pico de la pandemia del coronavirus? Y el hecho de que no se espere un frío extremo, ¿podría considerarse una buena noticia?
“Hasta el momento no hay evidencia suficiente de que el Covid-19 tenga un comportamiento que responda a las condiciones meteorológicas. Hay varios trabajos hechos, pero hasta ahora ninguno es concluyente”, responde Fernández.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) sacaron comunicados informando que no hay evidencias y que, por lo tanto, no se puede confiar en aquellos estudios que vinculan al calor con menos casos de coronavirus o al frio con una mayor infección.
No hay evidencia de que el frío aumente los casos de Covid-19 (EFE).
“Es un virus bastante nuevo, que todavía no ha cumplido un ciclo entero de un año. Entonces, es muy difícil determinar si tiene un comportamiento que responde a los cambios de temperatura. Porque no ha pasado por todos los cambios todavía”, explica la meteoróloga.
Al estudiar distintos virus –no el coronavirus, sino otros que pudieron analizar durante más de un año- tanto la OMM como la OMS determinaron que los cambios en el comportamiento de la población, cuando las temperaturas son bajas, favorecen la propagación. Por ejemplo, durante el invierno, solemos estar más amontonados, más tiempo encerrados, y no ventilamos los ambientes.
“Estos cambios en el comportamiento de la población son los que favorecen a la propagación de los virus en general. Es una cuestión de comportamiento humano: tenemos mayor cantidad de actitudes que favorecen el contagio”, dice la meteoróloga, aclarando que esto todavía no fue estudiado para el Covid-19.
En la misma línea, la neumonóloga Gabriela Claudia Tabaj, jefa de Sala de Docencia e Investigación del Hospital A. Cetrángolo, explica a Clarín que cuando hace frío ventilamos menos los ambientes y estamos en general más agrupados, lo que promueve que los virus respiratorios se diseminen con mayor facilidad.
“Durante el invierno estamos más propensos a contraer un virus respiratorio, ya que el frío altera en cierta medida los mecanismos de defensa locales; además el clima frío favorece la circulación viral y el encierro facilita el contagio interhumano”, señala.
Invierno en el Parque Nacional Aconcagua (Archivo/ Delfo Rodriguez).
Sin embargo, Tabaj aclara que “el virus de la COVID-19 puede transmitirse en cualquier zona, incluidas las de clima cálido y húmedo”. Por eso, subraya que “con independencia de las condiciones climáticas”, hay que adoptar medidas de protección.
“La mejor manera de protegerse contra la COVID-19 es lavarse las manos con frecuencia. De esta manera se eliminan los virus que puedan estar en las manos y se evita la infección que podría producirse al tocarse los ojos, la boca y la nariz”, recuerda la neumonóloga.
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