Bruselas (corresponsal).- La propagación mundial del coronavirus hizo que gobiernos de todo el mundo cerraran fronteras e incluso prohibieran a sus ciudadanos abandonar sus países. El impacto de esa
medida provocó que la inmensa mayoría de las aerolíneas dejaran sus aviones en tierra.
El sector turístico, responsable por ejemplo del 10% del producto europeo, está totalmente congelado. Mientras la Comisión Europea intenta que en las próximas semanas los gobiernos aprueben criterios comunes para ir permitiendo la vuelta del turismo y salvar en lo que se pueda la campaña de verano, los números ya dicen que España será, en cuanto a ingreso bruto directo, el país más perjudicado del mundo.
La consultora ‘Bernstein’ elaboró un informe, basado en datos de la OCDE, que coloca a la economía española como la gran perdedora mundial de un mundo sin turismo internacional. Imaginen que este año no hubiera ningún turista que cruzara una frontera, que todo el turismo fuera nacional. El informe de ‘Bernstein’ calcula el gasto total de los turistas extranjeros en cada país y hace una operación sencilla restando el ingreso bruto directo que recibe cada país y el gasto que hacen sus ciudadanos cuando van de turismo al extranjero. Como si toda la demanda turística internacional se dirigiera al mercado nacional.
El informe de ‘Bernstein’ muestra que, en lo que respecta al sector turístico, esta crisis afecta de forma muy asimétrica. España perdería en un año 52.460 millones de dólares de ingreso bruto directo, una cifra que sale de restar lo que los turistas extranjeros gastan en España y sumar lo que los españoles gastan en el extranjero.
Estados Unidos sería el segundo perjudicado al perder 52.040 millones de dólares. En esa lista de economías perdedoras de un mundo sin turismo internacional les seguirían Turquía (32.550 millones), Italia (26.750 millones), Indonesia (23.050), Francia (21.870), Japón (17.340), Grecia (16.400), Holanda (16.060), Portugal (15.910) y México (15.680).
En términos relativos los grandes perjudicados serían Grecia (esos 16.400 millones de dólares que dejaría de ingresar equivalen al 8,06% de su PIB), Portugal (6,91%), Turquía (4,60%) y España (3,90%).
Al otro lado de la tabla aparecen los países que saldrían ganando si toda la demanda turística se convirtiera en nacional, entre ellos Argentina. Estos países “ganadores” son aquellos que reciben menos ingresos brutos por turismo de lo que sus ciudadanos gastan cuando van al extranjero como turistas.
La gran beneficiaria de esa situación en términos brutos sería China, que ganaría 238.040 millones de dólares. Le seguirían el Reino Unido, que ganaría 31.410 millones de dólares, Alemania (30.260 millones), Rusia (20.320 millones), Canadá (17.820 millones) y Brasil (12.240 millones).
Los datos del INDEC dicen que los argentinos que viajaron al exterior en 2019 gastaron 7.850 millones de dólares. Los turistas extranjeros que visitaron el país dejaron 5.241 millones. Si todo el gasto en turismo exterior se quedara en el país, Argentina ganaría (usando los datos de 2019) 2.609 millones de dólares.
La consultora que realizó el informe no tiene datos sobre Argentina. Pranavi Agarwal, su especialista de mercados turísticos explicó a Clarín el paradigmático caso español. España, según este analista “como receptor neto de ingresos turísticos, se beneficia más del turismo internacional que del turismo nacional. Por ejemplo, la Organización Mundial del Turismo colocó el año pasado a España como segundo país más visitado del mundo sólo por detrás de Francia. Si las restricciones de viajes internacionales siguen en pie veremos un boom de las vacaciones domésticas. Un país como España, que depende más del turismo internacional, se llevará un golpe en sus ingresos turísticos”.
El informe pone un ejemplo contrario, el de Alemania, similar al de Argentina aunque a escala superior. Los alemanes gastaron en 2019 en el extranjero, cuando hacían turismo, 77.000 millones de dólares (no se incluye el gasto del viaje hasta el destino en ninguno de estos datos) y Alemania recibió 47.000 millones de dólares en ingreso turístico. “Si asumimos –dice el informe- que esos 77.000 millones se gastaran en Alemania pero se perdieran 47.000 millones, el mercado turístico alemán crecería un 10%”. Pasa lo mismo, explican, con países ricos de ciudadanos que viajan mucho, como Canadá o el Reino Unido.
El informe reconoce que es un ejercicio teórico que tendrá difícil correlación en la evolución del mercado turístico de este año porque la crisis genera otros factores que reducen el gasto turístico, como el aumento del desempleo o hasta el miedo a volar una vez se empiecen a abrir los destinos turísticos. Ni siquiera está claro que este verano (boreal) se pueda viajar libremente dentro de los países que se han visto más afectados por el virus.
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