“La vida se abre camino”. La frase -que pronuncia el personaje de Jeff Goldblum en Jurassic Park-, puede aplicarse a lo que está pasando con el aislamiento social obligatorio en los
últimos días, incluso en las zonas que mantienen más restricciones, como la Capital Federal y el Conurbano.
Aunque no hubo nuevas liberaciones de actividades comunicadas por el Boletín Oficial, desde principios de mayo se incrementó notoriamente la circulación de autos y de la cantidad de personas caminando en los centros comerciales de los barrios.
Cualquiera que recorra alguna de las calles o avenidas de la Ciudad, por ejemplo, puede comprobar que ya hay horarios en los que circulan personas en cantidades mucho más altas que hace pocas semanas, y que incluso hay comercios que atienden con las persianas a medio subir .
El momento de ruptura en ese sentido fue el 1 de mayo, cuando todos los comercios chicos que tenían permitido abrir sus puertas lo hicieron, con lo cual el feriado del Día del Trabajador se convirtió, al menos a simple vista, en el que más actividad tuvo de las últimas décadas.
El tránsito también registra un aumento visible, y eso aparece reflejado incluso en las mediciones oficiales. El reporte de tránsito de la Ciudad de ayer, por caso, dice que “en cuanto a la movilidad, según datos de AUSA, en las Autopistas Urbanas se registró un aumento de tránsito del 16% con respecto a la semana pasada”. El texto aclara también que, así y todo, siguen circulando menos de la mitad de autos que antes de la cuarentena.
“En cuanto al transporte, el subte está experimentando un incremento del 31% respecto a la semana pasada y se detectó un aumento del 44% en el tren”, aunque en los dos casos sigue viajando una fracción mínima de pasajeros con respecto a la ocupación habitual. Hay que aclarar que esos aumentos de tránsito ocurrieron a pesar de que entre la semana pasada y esta no hubo ninguna liberalización de actividades. Es todo reflejo de la cuarentena blue, que, como en el mercado cambiario, agranda la brecha día a día con el aislamiento social obligatorio que ordenan los documentos oficiales. También hay que decir que los funcionarios conocen esa situación y -sabedores de que la vida suele abrirse camino- prefieren dejarla correr. Igual que ocurre con el dólar.
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