El Gobierno trabaja en estas horas en una nueva oferta para evitar el default. Si no logra un acuerdo con los bonistas para el 22 de mayo, ese día, la Argentina
ingresaría en cesación de pagos en caso de no cancelar un vencimiento de los bonos globales por US$ 503 millones. Ya no tendrá más escapatoria: reestructurar la deuda o paga ese mismo día.
Ayer, tras el cierre de la oferta del canje del viernes, desayunaron el Presidente, Alberto Fernández, y Martín Guzmán, ministro de Economía. Se vieron en la Quinta de Olivos. “Esta mañana repasamos con Martín Guzmán el avance de la reestructuración de la deuda. Continuamos dialogando de buena fe con los acreedores con el objetivo de alcanzar un acuerdo sostenible”, sostuvo el Presidente en declaraciones radiales a FM Futurock. “La posibilidad de extender la oferta continúa vigente hasta el lunes 11 de mayo. Cuando este plazo venza definiremos los pasos a seguir. Como siempre nuestro objetivo es asumir compromisos que podamos cumplir”.
El viernes caducó el tiempo para que los privados se presentaran voluntariamente al canje que ofreció el Gobierno: cinco bonos con vencimientos en 2030, 2036, 2039, 2043 y 2047. Llevan una quita promedio de 5,5% en el capital adeudado y del 63% de los intereses. No se publicaron los resultados de adhesión pero el mercado descuenta que estuvo abajo de 20%.
Según el cronograma de la SEC, mañana lunes, puede ocurrir que: el Gobierno anunciel resultado del canje, si Argentina aceptó los bonos que entregaron los inversores que ingresaron al canje y cómo hizo la votación de la agregación y por tipo de series. De ahí que según fuentes del mercado, están habiendo negociaciones en estas horas. Si el Gobierno decide mejorar la oferta, deberá volver a hacer el trámite ante la SEC, la autoridad de Nueva York en materia regulatoria de emisión de deuda.
Los tres fondos principales que poseen bonos del canje son Blackrok, Pimco y Fidelity. Todos ellos rechazaron la oferta. La principal crítica que le hacen los inversores a la propuesta argentina es que los papeles que da a cambio no pagan intereses por tres años, implican una quita de capital y estiran el plazo de cobro.
Mientras Guzmán sigue negociando con los fondos, se supo que Lisandro Cleri dejó de estar al frente de la Unidad de Reestructuración de la Deuda. Ahora pasará a dirigir el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses, el fondo soberano de la Argentina.
El Presidente dijo ayer con respecto a la negociación que “puede haber (más) contraofertas (de parte de los bonistas) en los próximos días, la negociación sigue”. Y agregó que: “Nadie quiere caer en default. Tanto no queremos caer en default que hacemos una oferta para no caer en default”.
Guzmán agradeció ayer a los acreedores que apoyaron la propuesta argentina y afirmó que es necesaria una deuda sostenible, por lo que continuará el diálogo en pos de un acuerdo. Lo hizo por tuiter diciendo “agradecemos a los acreedores que apoyaron nuestra propuesta”, señaló, y recordó que “hasta este lunes hay tiempo para extenderla”. “Continúa el diálogo en pos de un acuerdo que Argentina y sus acreedores puedan sostener”, concluyó.
El Gobierno busca reestructurar US$ 83.000 millones con privados de una deuda total de US$ 323.000 millones. Además se espera que, en otra etapa, también haga lo mismo con la deuda con el FMI y los organismos internacionales. Pero Guzmán decidió primero atender el frente financiero con los bonistas privados para luego sí negociar un programa con el Fondo Monetario. El organismo no opinó sobre la oferta que puso sobre la mesa el ministro de Economía. Sólo ha dicho que se trata de una negociación entre privados y el viernes la número uno del FMI, Kristalina Georgieva, dijo que el país todavía tiene tiempo para negociar. Según los analistas, el rol del organismo podría resultar clave para destrabar la negociación y que las partes se acerquen.
Jeffrey Sachs, economista de Estados Unidos, dio una punta de esto el jueves durante una conferencia online que compartió con Guzmán en el marco de un evento organizado por la Universidad de Columbia. Explicó que la oferta que propuso la Argentina podría mejorar si los bonistas consiguieran alguna garantía del organismo que funcionaria como “endulzante de la propuesta”.
“Nadie quiere caer en default. Tanto no queremos caer en default que hacemos una oferta para no caer en default”, dijo el Presidente ayer, sobre la propuesta que, ya se sabe, fue rechazada por los acreedores.
La negociación será con los principales fondos ahora. Blackrock fue el último fondo en retirarse de la mesa de negociación antes que el Gobierno lanzara la oferta el 24 de abril. Y también fue el único que presentó una contrapropuesta durante la ventana de aceptación. El Gobierno publicó esa oferta que hizo el fondo de inversión en la semana a través de un comunicado. Otros fondos pusieron como condición volver a sentarse en la mesa después del viernes a las 18. Ya lo están haciendo.
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