El canje de deuda que propuso la Provincia de Buenos Aires a bonistas que tienen en su poder bonos por US$ 7.148 millones también fracasó. Al momento del cierre formal de
la operación -las 18 hora argentina- habían manifestado su adhesión a la oferta apenas el 24% de los bonos, según pudo saber este diario. El 76% la rechazó. Se contemplaba estirar unas horas más el cierre de la transacción, pero las esperanzas de lograr un porcentaje mayor de adhesiones eran escasas.
Es una incógnita el futuro de la deuda de la provincia que gobierna Axel Kicillof. Hoy no cumplió con el pago de 113 millones de dólares -correspondientes a una cuota de capital de dos bonos, uno en dólares y otro en euros- por lo que técnicamente los dueños de esos papeles estarían en condiciones de declarar el default de la Provincia y acudir a los tribunales de Nueva York (bonos en dólares) o Londres (bonos en euros).
Si lo harán o no, no está claro. Estos bonistas tienen en su poder papeles elegibles en la renegociación global de la deuda, por lo que no se descarta que aguarden a una mejora sustancial de la oferta bonaerense como para “perdonarle la vida” a la Provincia. Algo parecido a lo que sucede con el canje de la Nación. Fracasó y ahora todas las fichas están puestas en una propuesta de mayor valor.
No es una cuestión de “clemencia” no ir directamente a la Justicia, por parte de los bonistas que ayer no cobraron. Los fondos que están involucrados en esta operación son de los llamados “real money”, es decir que invierten a largo plazo y, mientras puedan, evitan la engorrosa ruta de los tribunales. Distintos son los llamados fondos buitre, que compran deuda “distress” -a precio de remate- y ponen todas las fichas en el reclamo judicial.
La oferta bonaerense fue elaborada por los funcionarios de la Provincia que contaron con asesoramiento de dos bancos: Citi y Bank of America. Se parecía mucho a la elaborada por el equipo de Martín Guzmán: plazo de gracia de tres años, cupones bajos, quita de capital del 7% promedio y extensión de plazos. Una combinación que arrojaba una quita del 62%. El rechazo fue apenas menos contundente que el sufrido por la oferta nacional, que no habría superado el 15%.
En los últimos días los acreedores de la provincia de Buenos Aires ya habían avisado que no estaban dispuestos a aceptar la propuesta bonaerense. Formalmente, lo hizo un grupo de bonistas que dicen tener en su poder el 42% de los bonos elegibles. Un porcentaje que puede trabar cualquier acuerdo que la Provincia pretenda alcanzar con el resto de los bonistas.
En la propuesta, que elaboró la Provincia con asesoramiento de los bancos Citi y Bank of America, solicita un período de gracia de tres años con quita de intereses en el orden del 55 por ciento y una quita de capital del 7 por ciento.
Buenos Aires ofrece un menú de cuatro nuevos títulos, en dólares y en euros. Con el período de gracia, los nuevos bonos recién empezarán a pagar intereses en 2023. El cupón promedio inicial será de 1,97% y se incrementará escalonadamente hasta llegar a un máximo de 5,375% en 2026, para las opciones en dólares, y de 3,875% para los que son en euros.
El cupón promedio, una vez alcanzados los niveles máximos, quedaría en 4,56%/2,94% para dólares y euros, contra niveles actuales en 8,21% y 4,59%, respectivamente.
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