Con la flexibilización de la cuarentena solo el 25% de las micro y pequeñas empresas de Argentina permanecen completamente inactivas. Aún así el parate afecta a 600.000 trabajadores y genera un
costo de US$ 82 millones por día.
Los datos surgen de un relevamiento realizado por el Observatorio Pyme. Allí reflejan que el 60% de las firmas del segmento MiPyME lograron al menos uno de los beneficios del programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) sobre salarios y contribuciones.
“Gracias a la salida paulatina del aislamiento social, preventivo y obligatorio en el último mes se sumaron a la actividad 77.000 empresas y 279.000 trabajadores asalariados”, indican. Esto permitió que el costo diario de la inactividad disminuyera de US$ 115 millones a US$ 82 millones.
Los 600.000 trabajadores que siguen inactivos se desempeñan mayoritariamente en empresas de la construcción e industriales en la región metropolitana.
Aunque hubo más aperturas, la extensión de la cuarentena pasa facturas. En el último mes el riesgo de cierre de empresas aumentó del 6% al 8%. Esto supone un total de 61.000 empresas que ocupan a 263.000 trabajadores.
El riesgo de cierre es inverso al tamaño de las pymes: entre las microempresas alcanza al 12% del total y disminuye al 7% entre las empresas pequeñas y al 3% entre las medianas.
“Entre las MiPyME no operativas, sólo el 20% de ellas podrá pagar más del 60% de los costos y obligaciones del mes de mayo”, plantea el informe.
Aún así, el Observatorio destaca que los esquemas de asistencia financiera del Gobierno fueron exitosos. “El programa ATP alcanzó al 60% de las MyPyME de Argentina y al 42% de ellas el crédito al 24%”.
Así y todo, el 80% de las MiPyME tuvo que apelar a sus reservas para afrontar la caída de la actividad y el 35% de ellas firmar nuevos acuerdos de suspensiones y reducción de jornada con disminución salarial.
El grado de inactividad es desparejo. La zona más afectada es la Patagonia donde solo el 8% de las pymes están totalmente operativas en contraposición a sus colegas del NOA, NEA y Cuyo, donde las empresas que trabajan con normalidad se acercan al 25%. “Las MiPyME patagónicas se ven especialmente afectadas por la drástica caída de algunas actividades típicas de la región como la actividad petrolera y el turismo. Descontadas las situaciones intermedias de operatividad, en la región AMBA se observa el mayor grado de inactividad pura (30% de las empresas totalmente inactivas), lo que significa 600.000 trabajadores parados”.
Por otra parte, el 14% de las empresas logró incorporar nuevas actividades/productos a su negocio.
El diagnóstico del Observatorio es complejo. “En el escenario actual no será posible salvar todas las empresas y todo el empleo, sobre todo porque Argentina arrastra, con altibajos, un escenario estructural recesivo”. Entre los pocos instrumentos disponibles para enfrentar la crisis y transitar hacia esta “nueva normalidad”, el Observatorio considera de vital importancia la promoción de una nueva dinámica social basada en acuerdos laborales que permitan simultáneamente el crecimiento de las empresas y la protección de los trabajadores.
AQ
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