Volvió Homecoming, la serie de Julia Roberts… sin Julia Roberts

Janelle Monáe como cabeza de elenco y Kyle Patrick Álvarez en la dirección, y una nueva historia para contar en siete capítulos.

Una mujer se despierta en un bote en medio de un lago sin saber quién es ni acordarse de cómo ha llegado allí. Su búsqueda de identidad la llevará al corazón de Geist Group, una compañía de bienestar poco convencional que estaba detrás del programa militar Homecoming Initiative, en el que se centraba la primera temporada.

Si en los diez episodios iniciales Esmail -creador de Mr. Robot– hizo elecciones acertadas a la hora de contar el misterio, alternando entre recuerdos y el presente, estos nuevos capítulos tienen como objetivo conservar esa atmósfera lograda entonces. Otra vez los enigmas están relacionados con la memoria, aunque ahora no hay dos líneas temporales paralelas, sino un relato en tiempo presente y, luego, un gran flashback.

Ahora Esmail y Julia Roberts son solamente productores ejecutivos. La dirección quedó en manos de Álvarez (The Stanford Prison Experiment), mientras que los showrunners son los creadores del podcast en el que se basó la primera entrega, Eli Horowitz y Micah Bloomberg. Todos estos cambios hacen que esta segunda temporada sea muy distinta de la anterior.

En su debut, la serie contó la historia de un misterioso programa de rehabilitación psicológica de militares que sufren estrés post-traumático. El foco estaba puesto en el caso del ex soldado Walter Cruz (Stephan James). Ahora vemos qué pasó después de esos diez episodios.

En esta nueva temporada, la centralidad la tienen, además de los personajes de Janelle Monáe y Stephan James, Audrey (Hong Chau), la asistente que escaló hasta lo más alto de Geist; a Leonard (Chris Cooper), el excéntrico fundador de la empresa; y a Francine Bunda (Joan Cusack), una militar que está interesada en lo que ofrece Geist.

Mirá también

Mirá también

“Homecoming”: el debut de Julia Roberts, enmarcado en la intriga