Durante los últimos dos meses, a medida que los viajes aéreos se interrumpían, Mishel Zrian cruzó el Atlántico y los Estados Unidos decenas de veces, durmiendo en aeropuertos vacíos y sin
poder regresar a su casa para ver a su familia en Israel, todo esto, en una carrera contra el tiempo para entregar los órganos para trasplantes que salvan vidas.
Zrian es un correo áereo contratado por el registro de donantes de médula ósea Ezer Mizion de Israel, que tuvo que realizar acrobacias logísticas para llevar los trasplantes a sus destinos, en medio de las interrupciones de los viajes causadas por la pandemia. La organización sin fines de lucro, al igual que otros involucrados en la coordinación de trasplantes en el mundo, fueron puestos a prueba por la escasez de vuelos y las restricciones a los viajes, obligados a encontrar soluciones creativas ante el riesgo sanitario de los pacientes.
“Todo el tiempo fue una lucha, pero en nuestra mente, siempre está el hecho de que el paciente debe recibir este trasplante o de lo contrario, morirá”, dijo Bracha Zisser, director de Ezer Mizion, el registro judío más grande de donantes de médula ósea.
Mishel Zrian (der.) recibe la donación de médula ósea en el aeropuerto de Ben Gurion. / AP
Con el coronavirus jaqueando el trasporte aéreo y los países cerrando sus fronteras para impedir la entrada de viajeros infectados, las líneas aéreas se vieron obligadas a recortar sus servicios drásticamente, dejando a quienes necesitan de los vuelos comerciales buscando maneras de salir del desorden.
Para quienes necesitan un trasplante de médula ósea, en general, pacientes con cáncer, encontrar el donante que sea compatible con su ADN es difícil y a menudo requiere de la ayuda de donantes internacionales.
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El tiempo es crítico. Al comienzo del proceso de trasplante, se extrae médula ósea del propio paciente; si el trasplante no se realiza dentro de las 72 horas, el paciente podría morir.
Comúnmente, la entrega para un trasplante de médula ósea a un destino muy lejano es simple. Aunque, de acuerdo con la Asociación Mundial de Donantes de Médula, los registros de donantes y los centros de trasplante en el mundo se han visto en dificultades para organizarse con las nuevas reglas bajo las restricciones por coronavirus.
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Aviones militares, una alternativa
En un caso, un avión militar italiano fue convocado para hacer la entrega de un trasplante desde Turquía para un paciente de 2 años en Roma. Alemania, Italia y EE.UU. establecieron puntos de intercambio especiales en bases militares, para permitir que los correos aéreos dejen y recojan los trasplantes allí, en lugar de ingresarlos al país a través de aeropuertos civiles.
A medida que se redujeron los vuelos en Israel, los trasplantes de Ezer Mizion fueron enviados a Europa vía Bélgica en aviones de transporte de carga y luego conducidos a su destino final. Un vuelo comercial diario de Israel a EE.UU. permitió que la organización continúe sus entregas, aunque dentro de los confines del caos forzado por la pandemia.
Donación de médula ósea en el centro Ezer Mizion en Israel. / AP
Zrian, el principal correo aéreo sin fines de lucro hacia EE.UU., salió de Israel para lo que se suponía era un viaje breve a mediados de marzo, pero, al regreso, le dijeron que era necesario que permaneciera en cuarentena durante 14 días, de acuerdo con las reglas israelíes para los viajeros que ingresaban al país.
En ese momento, Ezer Mizion apeló al Ministro de Salud israelí y al Consejo de Seguridad Nacional, logrando que Zrian tuviera un permiso de entrada especial al país, en tanto y en cuanto no saliera del aeropuerto.
Le permiten dormir en un salón del aeropuerto entre los vuelos y recibe sus entregas sin estar obligado a hacer cuarentena. Como los restaurantes del aeropuerto están cerrados, Zrian subsiste con la comida rápida mientras está en los EE.UU. Cuando regresa a Israel, consigue mejores comida en el salón del aeropuerto.
Pero no puede ir a su casa.
Zrian, de 47 años, no ve a sus dos hijos adolescentes desde hace más de 70 días, y su esposa solo tuvo permitida una visita en el aeropuerto durante ese tiempo. En EE.UU., le dieron permiso especial para ingresar por ser considerado un trabajador esencial.
El único pasajero
Zrian, que trabaja para la compañía de correo aéreo Royale International, voló con su preciosa carga más de 50 veces desde mediados de marzo, a menudo como único pasajero del avión y aterrizando en aeropuertos desiertos. Mientras algunas veces duerme en su destino, su vida se mueve al compás de las entregas. Recientemente pasó seis noches completas en vuelos. Usó los mismos jeans durante semanas, lavándolos en las bañeras del hotel cuando tiene la posibilidad.
“Extraño a mi familia”, relató. “Aunque siempre que llevo el trasplante conmigo, sé que estoy haciendo lo correcto”.
En una entrega, con destino a Oslo, Zrian abordó un avión de transporte de carga hacia Bélgica, donde otro correo estaba listo para llevar el trasplante durante 14 horas a Noruega. Cuando los pilotos que encontró le ofrecieron un lugar en un vuelo directo a Oslo, que ahorraría varias horas cruciales, aprovechó la oportunidad de inmediato.
Aunque los vuelos desde Europa a Israel están casi parados, Zrian tuvo que dar muchas vueltas para hacer un viaje a Frankfurt, y luego a Nueva York, para poder volver a Israel.
Un israelí en proceso de donar médula ósea para trasplante. / AP
La reducción de los vuelos también afectó a lo EE.UU., donde los riñones, el trasplante más común en ese país, a menudo son transportados por el país y necesitan llegar a los pacientes dentro de las 30 horas. Cuanto más tiempo pasa el riñón fuera del cuerpo, más se deteriora su estado. Otros órganos usualmente son transportados en aviones privados.
Según Dorry Segev, profesor de cirugía de trasplantes en la Universidad John Hopkins, las interrupciones de los viajes probablemente cause demoras, lo que afecta la calidad del riñón y podría obligar a que algunos pacientes pospongan el cuidado que necesitan.
“No tenemos infraestructura de vuelos comerciales en Estados Unidos, en la cual se puedan transportar los trasplantes de riñón”, dijo. “Es muy caótico”.
Rick Hasz, del Programa de Donantes de Regalo de Vida en Filadelfia, dijo que los riñones todavía estaban llegando a destino, aunque con diferentes técnicas de conservación y planificación adicional.
Zisser, de la organización israelí sin fines de lucro, dijo que ninguna de las decenas de entregas realizadas durante los últimos dos meses llegó fuera de término.
“La idea de salvar una vida está siempre en nuestros corazones”, afirmó, “y estamos deseosos de hacer todo para lograrlo”.
Por Tia Goldenberg, Associated Press
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