A 72 días de iniciado el aislamiento social y obligatorio por coronavirus, el gobierno de Alberto Fernández ya despliega una agenda post pandemia, con acento en la
revitalización de la economía, visitas al Gran Buenos Aires y al interior del país para inaugurar obras y, al mismo tiempo, con la mirada puesta en encarar reformas estructurales, como una tributaria -de corte redistributivo- y la de la justicia.
“Ya estamos trabajando en la post pandemia para ver cómo ponemos en marcha la economía. Tengo la esperanza de que cuando todo esto pase, la economía se recupere rápidamente”, subrayó Fernández el jueves en una recorrida que hizo por la provincia de Formosa.
Ya estamos trabajando en la post pandemia para ver cómo ponemos en marcha la economía”
Alberto Fernández en Formosa
Sin embargo, el jefe de Estado advirtió tajante: “Cuando me hablan de cómo salir de la pandemia, primero pienso con qué velocidad logro hacer un país más justo”.
El hito visible de una mirada de gestión post pandemia que prima en la agenda presidencial quedó claro en sus recientes visitas al Gran Buenos Aires y a las provincias de Santiago del Estero, Tucumán, Formosa y Misiones, para recorrer hospitales ambientados para atender casos de coronavirus y también para inaugurar obras públicas y firmar convenios con los gobernadores.
Ayer, fue el turno de Quilmes, donde se dio el puntapié inicial a una obra que dotará de agua potable de mayor calidad a 2,5 millones de habitantes de la mayoría de los partidos del sur del Gran Aires.
El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, también hizo una incursión inusual esta semana con el ministro de Economía, Martín Guzmán, quienes recorrieron la fábrica de calzado Viamo, una pyme de 260 empleados que fue beneficiada por el programa estatal de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), que en su primer etapa asistió a 2,3 millones de asalariados.
La agenda productiva del jefe de de Estado se observó también en sus visitas a dos de las principales multinacionales automotrices: Volkswagen en General Pacheco, y Toyota, en Zárate, empresas que volvieron a producir, con protocolos especiales, después de estar dos meses paradas por las restricciones del aislamiento obligatorio.
En paralelo, el lunes, por la celebración de la fecha patria del 25 de Mayo, Fernández volvió a desarrollar sus tareas en la Casa de Gobierno, a donde no iba desde el 19 de marzo, cuando declaró el aislamiento social, preventivo y obligatorio por el avance de la pandemia y se instaló en Olivos.
Esta semana, en Formosa, el jefe de Estado esbozó el trazo general de su idea post coronavirus: “Ya estamos trabajando en la etapa de la post pandemia”, dijo y pidió “no perder la oportunidad de escribir un sistema más justo”, en un acto que compartió junto al gobernador Gildo Insfrán.
De Formosa viajó a Misiones, donde volvió a insistir en que “es una buena oportunidad después de que esta pandemia pase para replantearnos seriamente el país, redefinirlo” porque el modelo actual “entró en una tremenda crisis que dejó al descubierto sus peores debilidades”.
No es casual que el Presidente haya elegido visitar tres provincias que registraron -hasta el momento- escasos contagios por coronavirus y una -Formosa- que directamente no tuvo ninguno.
El Gobierno busca reforzar el mensaje de que más del 80% del país ya está volviendo a la normalidad, con flexibilizaciones de actividades y reactivación de actividades comerciales e industriales, mientras que el foco de contagios ahora se centra en la ciudad de Buenos Aires, el conurbano bonaerense y las capitales de Córdoba y Chaco.
En sus variados discursos de la semana, el Presidente también ofreció pistas sobre las reformas estructurales que su Gobierno impulsará tras la pandemia.
Respecto de la reforma tributaria, analizó: “Cuando uno mira la recaudación impositiva y se da cuenta de que la mayor parte son impuestos al consumo que paga por igual el más pobre y el más rico, uno dice ‘qué injusticia'”.
En esa dirección, el Presidente aseguró que “ahora se tiene la posibilidad de revisar todo porque la economía del mundo se dio vuelta, está todo dado vuelta” y convocó a “no perder la oportunidad de escribir un sistema más justo”.
En sintonía, planteó un tema que ya había lanzado días atrás en La Plata, relacionado al impuesto a las ganancias.
“Cuando yo veo la parte del impuesto a las Ganancias que aportan los que cobran un sueldo, yo digo ‘esto está mal’. Claramente está mal y hay que corregirlo. Ya no me importa quién es el culpable. Eso hay que corregirlo y rediseñar un nuevo país”, postuló Fernández.
En cuanto a la coparticipación -el porcentaje de los impuestos que la Nación comparte a las provincias- Fernández retomó su idea reformadora: “Tenemos que discutir un nuevo modelo de coparticipación, porque éste claramente no está funcionando”, insistió.
En ese marco, Fernández propuso “revisar todo y terminar con la discrecionalidad del poder central”.
La otra reforma que el Gobierno tiene en carpeta, que ya planteó en la campaña electoral y reafirmó el 1 de marzo al abrir en el Congreso el período de sesiones ordinarias, es la vinculada al Poder Judicial.
Ese aspecto también fue retomado por Fernández en los discursos de esta semana, en los que adelantó que su propuesta incluye la creación de un “consejo consultivo de expertos” que “funcionará en paralelo a la reforma para ver si hacen falta otros cambios” .
El jefe de Estado dejó en claro que le interesa discutir como funciona el máximo tribunal de justicia del país: “Revisar el tema judicial es revisar el funcionamiento de la Corte Suprema, sobre si tienen que ser más o menos integrantes. Yo pienso que no debe aumentarse el número de jueces de la Corte pero me gustaría escuchar a expertos”, apuntó.
En paralelo, el Gobierno pule una reforma a la ley de inteligencia nacional, con el propósito de diseñar una “nueva estructura del sistema de inteligencia, compatible con el Estado democrático de derecho y los derechos humanos”.
Fernández avanzó ya en ese campo al intervinir -a poco de asumir- la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), y designar al frente a la ex fiscal Cristina Caamaño, quien esta semana presentó una denuncia ante la justicia por presunto espionaje ilegal durante el gobierno de Mauricio Macri.