La cápsula Dragon Endeavour de SpaceX llegó este domingo a la Estación Espacial Internacional (EEI) con los astronautas Bob Behnken y Doug Hurley a bordo,
tras su segundo intento de lanzamiento desde el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral. Cuesta arriba, a una velocidad máxima de 27.012 km/h, tardó 19 horas en completar los 400 kilómetros que separan a la Tierra de su destino. El traslado salió según lo planeado y los tripulantes dijeron que la cápsula respondió de maravillas.
Tras los festejos y la emoción de la llegada, los nuevos pasajeros comenzarán una estadía prolongada a bordo del laboratorio espacial que podría durar hasta cuatro meses. Así, se unieron a los tres residentes que ya estaban a bordo de la EEI: el astronauta de la NASA Chris Cassidy y los cosmonautas rusos Anatoly Ivanishin e Ivan Vagner.
Ya en suelo espacial, la tripulación Demo-2 trabajará como parte de la Expedición 63, realizando tareas de investigación y mantenimiento a bordo.
No se descarta que en las próximas semanas lleven a cabo algunas caminatas espaciales para instalar baterías nuevas para la estación. Esta tarea está reservada para los recién llegados.
Primera foto de toda las tripulación con los dos visitantes(NASA via AP)
La agenda para los próximos días todavía no está confirmada. Va a depender mucho de cuánto dure la estadía de la pareja, algo que podrían extenderse entre 6 o 16 semanas.
A su llegada, los viajeros realizaron un tour por las instalaciones y se sacaron una foto con los otros tripulantes.
Pese al éxito de esta primera etapa, a la nave le queda otra prueba de fuego: devolver a los humanos a sanos y salvos a la Tierra. Para atravesar la atmósfera, Crew Dragon está equipado con un escudo térmico que protege a los astronautas en el descenso. Además, la cápsula tiene un conjunto de cuatro paracaídas diseñados para abrir y bajar suavemente el vehículo hacia el Océano Atlántico.
A la espera de las inspecciones del vehículo después del chapuzón, SpaceX consideró la posibilidad de reutilizar la cápsula para futuras misiones de carga. La NASA no aprobó la reutilización para misiones tripuladas, pero es posible que esto pueda cambiar a medida que avanza el programa Commercial Crew.
El acoplamiento del Crew Dragon (a las 11:16 de la Argentina) mostró una de las características más destacadas de la cápsula: su sistema de acoplamiento automatizado. Y si bien esta maniobra, al contemplarla en video, parece en transcurrir en cámara lenta y no implicar riesgo alguno, requiere de una máxima precisión.
La velocidad a la que viajan los astronautas a bordo de la EEI en su giro alrededor del centro de la Tierra es de 7,7 kilómetros por segundo. Esta velocidad es unas 16,6 veces mayor que la velocidad de una persona que está en reposo en el Ecuador terrestre, donde la rotación diaria de la Tierra se traduce en una velocidad de unos 464 metros por segundo.
Los tripulantes prueban el acoplamiento a través de las pantallas táctiles de la nave.
En ese momento crucial, la nave espacial se detuvo para que los controladores de la misión en la Tierra pudieran garantizar que todo funcionaba según lo previsto. Los astronautas se quitaron los trajes presurizados fabricados por SpaceX para estar más cómodos.
El único inconveniente registrado fueron las líneas de comunicación de la Dragon. Ya que los dos tripulantes apenas podían entender las llamadas provenientes del Control de Misión de Houston después del enlace.
Desde Houston festejan que la nave se acopló con éxito.(EFE)
Cuando la Dragon Endeavour estuvo a 200 metros, a través de las pantallas táctiles –con una tecnología similar a la que llevan los coches Tesla- testearon el control manual de la nave. Cuando comprobaron que funcionaba, volvieron a ponerlo en automático para la aproximación final. Hurley comentó que la cápsula se manejó “realmente bien, muy crujiente”.
Tras un acople exitoso, Hurley y Behnken tuvieron que esperar dos horas hasta que las computadoras completen las pruebas necesarias para nivelar la presión y completar el proceso de sellado. Una vez completado, los astronautas fueron recibidos por los residentes de la EEI y se sumarán a la tripulación.
El momento en que se une a la EEI.
Cuando se abrió la escotilla y los dos visitantes se preparaban para ingresar al complejo espacial, el astronauta de la NASA Chris Cassidy saludó a la tripulación entrante tocando la campana de la nave a bordo de la estación espacial.
“Ha sido un verdadero honor ser solo una pequeña parte de este esfuerzo de nueve años desde la última vez que una nave espacial de los Estados Unidos ha atracado con la Estación Espacial Internacional”, proclamó Hurley, quien fue el piloto del último transbordador Atlantis, en julio de 2011.
Horas después de iniciar esta aventura, los dos jinetes espaciales cumplieron con una tradición que se remonta al programa de cápsulas Mercury a principios de la década de 1960: bautizar a su nave. Cuando la nave dejó la atmósfera terrestre se comunicaron para anunciar que se llamaría “Dragon Endeavour”, que se traduce como ‘esfuerzo’.
“Sé que la mayoría de ustedes, especialmente en SpaceX, lo conocen como la Cápsula 206. Pero creo que todos pensamos que tal vez podríamos hacerlo un poco mejor que eso. Entonces, sin más preámbulos, nos gustaría darle la bienvenida a bordo de la cápsula Endeavour”, sostuvo Hurley, el comandante de la misión Demo-2.
El nombre, y su ortografía inusual, proviene de la primera nave espacial en la que ambos astronautas volaron: el transbordador espacial Endeavour de la NASA. “Simplemente significó mucho para nosotros llevar ese nombre”, agregó el comandante.
DD
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