Salvando algunas distancias con Chernobyl, ésta también se encuadra en el registro de “ya sé cómo pasó lo que pasó, pero la quiero ver igual”. Los crímenes en la granja blanca
de Essex, a principios de agosto de 1985, no sólo se llevaron la tapa de todos los diarios de Gran Bretaña, sino que dieron vuelta al mundo. Cinco miembros de una familia, entre ellos dos niños gemelos, aparecieron muertos. Se sabe quién los mato, pero eso no impide que uno pueda quedar atrapado por el relato de White House Farm, la serie que la semana pasada estrenó On DirecTV y que está disponible en el streaming de DirecTV Go.
Cuando una ficción se basa en hechos reales, como en este caso, para conquistar con una historia que intenta no apagar la llama de la intriga o el misterio debe redoblar esfuerzos. Y ése es uno de los mejores puntos de White House Farm, que retrata con rigurosidad el hecho policial, pero no le suelta la mano jamás al producto artístico.
Claro, esta serie viene con el sello de garantía de ITV, una usina británica de muy buenos productos, como Unforgotten o Bancroft, entre muchas que ya desfilaron por las pantallas argentinas.
Enorme trabajo de Mark Addy en la piel del detective Stan Jones.
A lo largo de seis capítulos se propone desenmascarar al asesino de los cinco miembros de una familia, que en la mañana del 7 de agosto del ‘85 aparecieron muertos: los dueños de casa, su hija Sheila (Cressida Bonas) y los dos hijos de ella. Todo en un escenario macabro, que de entrada podría pasar tanto como un quíntuple homicidio o como cuatro asesinatos y un suicidio.
La alarma la enciende Jeremy Bamber (Freddie Fox), cuando le advierte a la Policía que algo extraño había ocurrido en la casa de sus padres, la granja blanca que sostiene el título de esta ficción, no tan ficción.
Porque, a partir de ahí, comienza la reconstrucción de los hechos intentando reflejar el minucioso trabajo de los detectives que llevaron adelante el caso hace 35 años. Si bien Sheila o Jeremy -que a lo largo del relato pasa de un lado al otro de las hipótesis- tienen todos los números para ser los personajes centrales de esta historia, la cima es toda para Mark Addy, el actor que compone al detective Stan Jones, obsesionado con la verdad, sin una pizca de capricho. La obsesión entendida como compromiso con el oficio elegido.
Él es el que va y viene de la granja a la ciudad, deshaciendo prejuicios ajenos e intentando encontrar en esa escena del crimen al culpable de la atrocidad. Y él es, también, quien menos cree en la teoría de que lo ocurrido haya sido producto de una patología psiquiátrica que padecía Sheila, por la cual había estado internada.
Una de sus fuentes es Ann Eaton (otra gran actuación, la de Gemma Whelan, que se lució en Killing Eve), sobrina de los dueños de casa, que esconde verdades y rencores. Habrá que ver, cerca del final, cuál de los dos sustantivos pesa más.
Así, con Whelan y Addy a la cabeza de un elenco fuerte -los dos, curiosamente, integraron las huestes de Game of Thrones-, la serie no pierde de nunca el propósito de encontrar al asesino, pero en el camino va pincelando con calibre británico los complejos vínculos de una familia que, quién sabe, tal vez tenía al enemigo sentado a la mesa.
Ficha
Calificación: Muy buena
Drama policial Protagonistas: Cressida Bonas, Mark Addy, Gemma Whelan y Freddie Fox Director: Paul Whittington Emisión: Martes a las 21 por On DirecTV (201 y 1201) y disponible, completa, en DirecTV Go.
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