“Narcoarroz”: se reinició el juicio por videoconferencia y esperan veredicto en un mes

embargo, este jueves la causa por el intento de contrabando de cocaína a Africa -bajo la fachada de un plan contra el hambre de la ONU- recobró vida: gracias a un sistema de videoconferencias se convirtió en el primer juicio de envergadura en recomenzar en Comodoro Py luego de la paralización que provocó la pandemia de coronavirus.

La audiencia largó casi sobre las 15 y, tal como estaba previsto, se dedicó al alegato del defensor oficial Germán Carlevaro, quien representa a tres procesados acusados de ser la pata “santafesina” de la banda.

Con los abogados de los 17 acusados desde sus casas o estudios, más los jueces del Tribunal Oral Federal N° 5 y el fiscal Diego Velasco, la audiencia arrancó con algunos problemas con la conexión y siguió con algunos cambios de vestuario (los looks fueron de formal a informal casi sin grises).

Solo tres de los detenidos (sobre los que se iba a alegar) siguieron todo desde una sala ubicada en el Complejo Penitenciario I de Ezeiza.

Sin estridencias, “Narcoarroz” sirvió también para ir puliendo el sistema elaborado por el Poder Judicial para hacer juicios orales de manera remota. Este viernes tendrá otra prueba de fuego cuando a las diez de la mañana se retome el juicio contra el narco peruano Marco Estrada González y 43 personas señaladas como miembros de su banda entre ellas su esposa y su suegra.

Con el alegato de este jueves, el juicio cerró la etapa de alegatos. Le seguirán los pedidos de nulidades y se calcula que tal vez en un mes ya haya veredicto. Por lo pronto, el fiscal Velasco al momento de su alegato -allá por un lejano septiembre de 2019-, pidió 16 años de prisión para el colombiano Williams Triana Peña, uno de los líderes del clan familiar involucrado en el tráfico.

Ese mismo día, Velasco pidió 6 años de prisión para el abogado Guillermo Heisinger, quien en los ’90 fue funcionario del Ministerio del Interior del menemismo y actuaba como un miembro de la banda que -además de este juicio por contrabando- enfrenta una investigación aparte por lavado de dinero.

La historia del caso

Aunque la investigación llevaba bastante tiempo y se conectaba con otros casos de tráfico de cocaína, “Narcoarroz” estalló la mañana del 17 de septiembre de 2015 cuando por orden del juez Sergio Torres se allanó el depósito fiscal de la empresa Binder, en Rosario.

Frente a los gendarmes había un contenedor con 800 bolsas de arroz listas para ser exportadas a África en el marco del programa “Hambre Cero” de las Naciones Unidas. La carga había pasado directo al “canal rojo” porque no una, sino dos fuentes, señalaban que en el arroz había cocaína.

En una de las bolsas de arroz de 50 kilos se notaban dos bultos con otra densidad. El escáner manual terminó de confirmar esto y la bolsa fue abierta y peritada con reactivos.

Lo que se encontró adentro fue novedoso: los narcos habían diluido la cocaína en agua y embebido el arroz con ella (unos 20 kilos de cocaína pura, según la pericia de Gendarmería). Además, habían untado los dos paquetes con una mezcla de mostaza y grasa. Por eso los perros no detectaron nada extraño.

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Ese fue el comienzo del operativo bautizado como “Narcoarroz”. En la causa declaró el exportador -que había sido engañado por los colombianos- y sostuvo que el plan de la banda era sacar 200 contenedores de arroz por año. Prueba de esto es que en el despacho de Aduana decía que se trataba de un inicio de exportación. Eso confirmó que lo que se encontró en Rosario era una prueba piloto.

Además de la ruta del arroz, la organización manejaba mulas a la manera tradicional. En el juicio también ser los acusa de estar detrás del intento de contrabando de un kilo de cocaína que un joven cordobés intentó pasar por Ezeiza -rumbo a Doha, Catar- en envases de ketchup el 29 de agosto de 2014. Y se los apunta como dueños de 85 kilos de cocaína que fueron encontrados el 17 de enero de 2015 en una casa vacía de la calle Niceto Vega 5035, en Palermo.

Lo que parece estar parada es la investigación por lavado de dinero, a cargo del juez Rodolfo Canicoba Corral. Y no es poco dinero. Se estima que la banda lavó unos 200 millones de pesos y 4 millones de dólares del narcotráfico en nuestro país.

EMJ