Ariana Grande, Ben Affleck, Justin Bieber y Katy Perry se sumaron a las protestas contra el racismo policial

semana a las graduadas 2020 del colegio católico en Los Angeles en el que ella se recibió en 1999. Lo hizo por teléfono, debido al COVID 19, aunque reside en la ciudad en la que nació y creció.

De madre negra, Meghan les recordó que fue testigo de los disturbios raciales de 1992 que terminaron con 55 muertos tras la absolución de los policías que habían golpeado ferozmente a un hombre negro desarmado, Rodney King. Lamentó que el racismo siga tan vivo como para despertar una masiva protesta nacional debido al arresto y muerte por asfixia de otro hombre negro desarmado, George Floyd, esta vez en Minneapolis. Meghan terminó convocándolas a votar para lograr un cambio.

Por suerte esta vez las protestas que se iniciaron en todo el país el 25 de mayo, parecen haber llegado a buen puerto en Los Angeles, después de una decena de días donde la banda de sonido de la ciudad que recrearon tantas películas fueron las sirenas policiales y los helicópteros sobrevolando las manifestaciones masivas y mayormente pacíficas.

La cantante Ariana Grande, en el top de 20 de la revista Forbes por su fortuna, no dudó en salir a la calle el fin de semana pasado, cuando la manifestación llevó su reclamo de justicia social al barrio rico de Beverly Hills. Con tapabocas y cartel escrito a mano, la artista se mezcló entre la multitud. Luego se enojaría con los medios, molesta de que le dieran demasiada importancia a los saqueos que en ese primer fin de semana protagonizaron grupos de oportunistas.

En otra parte de la ciudad, Ben Affleck y su novia Ana de Armas, aprovecharon que los paparazzi los persiguen a todos lados para llevarlos al corazón de las manifestaciones del barrio de Venice, donde residen. El cantante Machine Gun Kelly, de moda este mes por su romance con Megan Fox, aprovechó para camuflar sus tatuajes en otra marcha multitudinaria.

Kanye West donó millones de dólares para que la hija de George Floyd pueda ir a la Universidad cuando crezca, aunque perdió algunos amigos músicos como John Legend, por haber dicho que piensa votar en noviembre por la reelección de Donald Trump, un presidente que no escucha el pedido de justicia social. Su esposa Kim Kardashian se unió a la protesta desde sus redes.

Justin Bieber, la embarazada Kathy Perry y Harry Styles prefirieron participar donando para pagar las fianzas de los manifestantes detenidos cada noche por enfrentar el toque de queda en la ciudad. Cuando Sean Penn se enteró que los llevaban al campus de la Universidad local para anotar su arresto y dejarlos libres, se enojó más aún porque en ese lugar debieron suspenderse tests de COVID-19 que él mismo consiguió implementar junto a su organización CORE.

La actriz Regina King agradecía que su hijo de 24 años pudiera ser testigo de esta movilización social que terminó, al menos en Los Angeles, promoviendo cambios, con el alcalde sacando del presupuesto dinero destinado a la fuerza policial para dárselo en cambio a las comunidades minoritarias más necesitadas. Se alegraron Jane Fonda y Natalie Portman, que militaron desde el principio por esa causa. Para el jueves 4 de junio, a 10 días del inicio de las marchas, tras las concesiones obtenidas y el arresto en Minneapolis de todos los policías involucrados, se acabaron los inusuales toques de queda.

Ahora, Hollywood Reporter, medio icónico del entretenimiento local, comenzó a entrevistar creadores de shows policiales para analizar la influencia de la TV en como se retrata en esos programas populares a los policías violentos. Con las producciones paradas por la cuarentena, esa parece ser una muy interesante pieza de conversación.

E.S.