El cuidado ante la pandemia de los habitantes de las cruciales barriadas populares del conurbano acaba de provocar el primer roce entre la Iglesia y un municipio.El obispo de San Justo,
Eduardo García, y sus curas villeros denunciaron una serie de falencias en jurisdicción de la populosa La Matanza, entre ellas el tardío inicio de los testeos e incluso su carencia, la falta de respuesta y traslado a los centros de salud -asumidos por las parroquias- y la omisión del aislamiento de los pacientes con COVID-19.
En una declaración titulada “El drama del COVID-19 en los Barrios Populares de La Matanza”, afirman que “como sacerdotes que vivimos y trabajamos en las villas y barriadas vemos cada vez con más urgencia la necesidad de que exista un Estado inteligentemente presente y dialogando con la comunidad organizada para responder a la emergencia producida por la pandemia. Por esto hacemos públicas algunas inquietudes que surgen de nuestra experiencia”, señalan.
“A noventa días de la cuarentena, recién hace diez días que se han comenzado a realizar los testeos en nuestras barriadas y en algunos casos han sido simplemente encuestas”, puntualizan. Agregan que a su juicio “el operativo DETECTAR debería implementarse de modo estable en los barrios buscando acompañar la situación epidemiológica diaria de nuestra gente. No alcanza –advierten- con operativos que pasan una vez y se van”.
Monseñor Eduardo Horacio García, obispo de San Justo que denunció los problemas en La Matanza por el coronavirus.
Destacan, además, que en el municipio a cargo de Fernando Espinoza “en la mayoría de casos de nuestros barrios el protocolo de Covid no funciona y en estas últimas semanas lo hemos comprobado de manera muy particular porque han sido nuestras parroquias las que respondieron a los llamados de los vecinos e innumerables traslados para realiza pruebas y consultas médicas en hospitales del distrito”.
Y detallan: “Los teléfonos oficiales no dan respuestas; los traslados no se dan a tiempo; las personas que esperan resultados vuelven a sus hogares y no a lugares de aislamiento; los resultados obtenidos demorados; muchas personas con Covid confirmado vuelven a sus casas que no son lugares específicos para el aislamiento (falta de agua y cloacas, hacinamiento, precariedad edilicia, etc.) “.
También dicen que “muchos están en situación de calle o ya no pueden sostener el pago de alquileres; no se da un seguimiento regular de los casos de aislamiento; muchas de las personas que son contactos estrechos no cuentan con el acompañamiento requerido; hay poca presencia del Estado ayudando a que se cumpla con el distanciamiento social, el uso del barbijo, las reuniones en espacios públicos, etc”.
Dicen, además, que “no se conoce la cantidad de personas con Covid positivo en nuestros barrios” y señalan que “sin esa información es imposible recalibrar todo el trabajo comunitario que hacen nuestras comunidades.
Y concluyen que “estamos entrando en el momento más crítico de la pandemia y nuestras Parroquias están acompañando a sus comunidades con muchas acciones. No podemos ni queremos suplir al Estado, pero podemos y queremos colaborar.
TEMAS QUE APARECEN EN ESTA NOTA
COMENTARIOS CERRADOS POR PROBLEMAS TÉCNICOS.ESTAMOS TRABAJANDO PARA REACTIVARLOS EN BREVE.
CARGANDO COMENTARIOS
Clarín
Para comentar debés activar tu cuenta haciendo clic en el e-mail que te enviamos a la casilla ¿No encontraste el e-mail? Hace clic acá y te lo volvemos a enviar.
Clarín
Para comentar nuestras notas por favor completá los siguientes datos.