A través de un comunicado, el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (el SOMU, que antes lideraba Omar “Caballo” Suárez), anunció que a partir de la 0 hora de este
lunes comenzará un paro total de actividades en todo el sector pesquero.
La medida de fuerza es por tiempo indeterminado: “Un paro sabemos cuándo empieza pero no cuando termina….”, dijo Raúl Durdos, secretario general del SOMU.
La medida fue decidida por el sindicato al no llegar a una acuerdo con las tres cámaras del sector (CAPECA, CAPIP y CEPA), quienes pretenden discutir los salarios atados al dólar que cobran los marineros de la flota que pesca langostinos en el mar argentino.
Según los empresarios, el convenio laboral fue firmado en 2006, cuando los langostinos tenían un valor mucho más elevado que ahora.
Los marineros de los buques factoría -pescan, clasifican los crustáceos por tamaño y los colocan en cajas de dos kilogramos para su exportación- cobran alrededor de medio millón de pesos por mes. La temporada de pesca de langostinos dura solo cuatro meses, de junio a octubre.
“Tuvimos varias reuniones con las Cámaras para llegar a un acuerdo, pero ellos optaron por medidas egoístas y poco solidarias proponiendo una baja en los valores de producción del langostino, la merluza y el calamar, en perjuicio de los trabajadores”, dijo Raúl Durdos, secretario general del SOMU. Del lado empresario dicen que el único convenio que se quiere rediscutir es el de los que pescan langostinos.
Por otra parte, el gremio remarcó en el comunicado que no acepta “ninguna baja en los valores de producción, ni quita de salario de los trabajadores marítimos, como así tampoco la extorsión a la que nos quieren someter con la amenaza que si no se bajan esos valores de producción, los barcos no salen, generando de esa manera un lockout patronal que vamos a denunciar”.
Las empresas optaron por dejar sus barcos amarrados porque -dicen- el alto costo laboral les deja pérdidas en vez de ganancias con el actual valor del langostino.
Buque pesquero de langostinos, en el sur Argentino.
Según los empresarios, “a lo largo de los años el negocio cambió, se transformó profundamente. Se pasó de un negocio basado en exportar poco volumen a un elevado precio, al actual, de mucho menor precio pero mayor cantidad”.
Dan cifras. Entre 2004 y 2019 las exportaciones de langostino entero congelado a bordo “aumentaron de 24 mil a 107 mil toneladas”. En cambio, el precio promedio de venta del langostino entero congelado a bordo cayó de 9.531 dólares la tonelada en 2006 a 4.755 dólares en la actualidad, es decir la mitad.
“El convenio colectivo de trabajo vigente fue diagramado en otra coyuntura con otro nivel de precios, con otro volumen de producción y mantenerlo en la situación actual hace insostenible la actividad”, dijeron en la Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores de Argentina (CAPECA), una de las tres que agrupa a la actividad.
El sector exporta 500 millones de dólares al año, que hoy están en peligro.
El viernes pasado hubo una reunión del gremio y las cámaras empresarias con funcionarios de los ministerios de Agricultura y Pesca, Trabajo y Economía. El mensaje del Gobierno fue que el país “necesita esas divisas”.
Pero entre las partes no se ponen de acuerdo y el reloj corre. En octubre finaliza la temporada de langostinos. “Lo que no se pesque este año, no se pesca más”, se lamentó un empresario. “El 46% de lo que factura el barco se lo llevan los marineros“, agregó.
Durdos se quejó de la “insensibilidad de los funcionarios” y de que “el Estado no haya sugerido a los empresarios que tienen que sacar los barcos a pescar”.
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