Donald Trump anunció el final del tratamiento preferencial de Estados Unidos para Hong Kong

de sanciones para penalizar a funcionarios chinos que apliquen nuevas reglas de seguridad en la antigua colonia británica.

“Hoy firmé la legislación y la orden ejecutiva para hacer que Chinasea responsabilizada por sus acciones opresivas contra el pueblo de Hong Kong”, afirmó Trump en una conferencia de prensa.

La medida forma parte de las represalias de EE.UU. por la aprobación de la controvertida ley de seguridad nacional sobre Hong Kong, y Trump pronosticó que esa decisión provocará que “mucha gente abandone” esa ciudad y que Estados Unidos “tenga más volumen de negocios, porque acaba de perder a un gran competidor”.

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Poco antes, el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, pidió elecciones “libres y justas” en Hong Kong luego de que China dijera que las primarias organizadas por partidos prodemocracia podrían haber violado la nueva ley de seguridad nacional impuesta al territorio autónomo.

“Felicitaciones a los prodemocracia de Hong Kong por unas primarias exitosas. Las elecciones legislativas en septiembre deben ser igual de libres y justas”, escribió Pompeo en su cuenta de la red Twitter.

En una declaración adjunta, Pompeo dijo que la participación de más de 600.000 hongkoneses en las primarias mostró “su deseo de hacer oír su voz frente a los esfuerzos del Partido Comunista Chino por sofocar las libertades del territorio”.

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La Oficina de Enlace, que representa al gobierno de China en la isla semiautónoma, calificó la primaria como “una provocación grave contra el sistema electoral actual”.

En su declaración, Pompeo expresó la “grave preocupación” de Estados Unidos por la amenaza y dijo que mostraba “el temor del Partido Comunista Chino a la democracia y el libre pensamiento de su propio pueblo”.

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China ha impuesto una ley que criminaliza la subversión y otros aparentes delitos, generando temores en Hong Kong, para la que Beijing prometió mantener un sistema separado al régimen continental antes de que Gran Bretaña le devolviera su control en 1997.

La semana pasada China se quejó de las declaraciones de Pompeo respecto a la legislación de seguridad nacional de China en Hong Kong. “Sus palabras demuestran nada más que ignorancia y prejuicios”, señaló entonces un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino.

Fuente: AFP y Xinhua