Vox inicia con fuerza su nueva andadura dentro del parlamento vasco. El diputado conseguido por Álava le va a permitir tener voz propia en esta cámara autonómica, que se convertirá en la
caja de resonancia de un discurso muy duro frente al nacionalismo del PNV y Bildu. La potencia de la nueva parlamentaria Amaya Martínez, una periodista de carácter, le será muy efectiva para cumplir uno de los grandes objetivos que se ha marcado Vox en esta legislatura, como es «desmontar la corrupción institucionalizada» del PNV, a la que le quieren poner «luz y taquígrafos», como ayer lo aseguró el coordinador de las campañas gallegas y vascas, el diputado por Barcelona, Ignacio Garriga. Pero no solo combatirán el «supremacismo» de los nacionalistas, sino que también han advertido de que denunciarán «todas y cada una de las leyes ideológicas», reclamarán la libertad de educación y exigirán «el fin de la imposición lingüística por parte del nacionalismo». Vox considera que después de una campaña marcada por la violencia contra sus actos y sus dirigentes, han conseguido romper «el silencio impuesto durante 40 años. La voz de los vascos por fin tendrá representación en el parlamento autonómico». Una voz que le permitirá combatir a los «nacionalistas, los herederos de ETA y la izquierda liberticida». A su juicio, la irrupción de Vox en el País Vasco le permitirá, según Garriga, que «el supremacismo del nacionalismo y el desprecio a los españoles sea una anécdota más pronto que tarde». Bajar los impuestos Por último, otras de las prioridades serán denunciar la inmigración ilegal, dar voz al mundo rural y a la clase trabajadora y promover la bajada de impuestos. En cuanto al número de votos respecto a la anterior cita electoral, las generales del 10 de noviembre del pasado año, Vox ha perdido unos once mil votos. De 28.659, un 2,43% del total, ha pasado a 17.517 y un 1,96%. En o que se refiere a Galicia, Vox no puede luchar contra Núñez Feijóo y su discurso agresivo cuestionando una supuesta «deriva nacionalista» del presidente gallego no le ha reportado ni un voto más. Todo lo contrario, el partido de Abascal ha iniciado una regresión en una comunidad que ha empezado a serle cada vez más hostil. En la primera cita electoral después de las generales del pasado 10 de noviembre, la caída de Vox en esta región es muy significativa. Tan solo ocho meses después de que esta formación política se convirtiera en la tercera fuerza política en España, alcanzando los 52 diputados, no ha podido rentabilizar este éxito Aunque el electorado se comporta de forma diferente en unas elecciones generales que en unas autonómicas, en Galicia ha perdido 88.000 votos. Pasando de 114.834 en las generales del 10 de noviembre, un 7,70% del total, a 26.474, un 2%, el pasado domingo. Hace menos de un año fue el partido que más creció en relación a las generales de abril. «Hostigamiento y acoso» A pesar de este descenso en el número de apoyos, desde Vox se afirma que lo que necesita este territorio es «un Vox fuerte que ponga freno a la deriva nacionalista» del presidente de la Xunta, Alberto Nuñez Feijóo, según Ignacio Garriga. El dirigente de la formación de Abascal entiende que tanto las elecciones celebradas en el País Vasco como en Galicia «no ha sido ni libres, ni democráticas», por el hostigamiento y el acoso sufridos por Vox en sus mítines, provocados por «las hordas totalitarias», vinculadas a los movimientos proetarras.
FUENTE DIARIO ABC:
https://www.abc.es/espana/abci-objetivo-luchar-contra-corrupcion-202007140219_noticia.html