El durísimo escrito de recusación al fiscal federal del caso Facundo Astudillo Castro

de acusador. En un escrito presentado este martes, Cristina Castro (42) lo acusó de establecer “mecanismos perversos, sostenidos y flagrantes” en el expediente que se inició en ese ámbito como desaparición forzada de persona.

En el planteo realizado por la querella se expresa también el “temor de parcialidad” como argumento para apartarlo de la investigación. Castro y sus abogados recurrieron a Martínez un mes atrás ante las “graves irregularidades e inconsistencias” que denunciaron en la instrucción por parte de la Justicia provincial de la causa abierta por averiguación de paradero el 5 de junio.

Apuntaron a las versiones de policías de Villarino sobre el tránsito de Facundo el 30 de abril, cuando partió a dedo desde Pedro Luro a Bahía Blanca. Para los querellantes, el joven fue desaparecido en cercanías de Mayor Buratovich y luego se montó un plan de encubrimiento en el que habrían participado al menos nueve agentes de la Bonaerense​.

En el escrito de recusación, argumentan que Martínez, después de oír a la madre del joven, sugirió “en voz alta, comunicar la situación al Superintendente de la Región Sur de la Policía provincial. “Manifestar tomar contacto con la regional de la fuerza sospechada es a todas luces un acto de flagrante irregularidad, denegatoria de toda razonabilidad y legalidad frente al tratamiento del caso”, destaca la querella.

“Ninguna de las medidas dispuestas en las actuaciones de referencia, han tenido motivación en la propia fiscalía”, denuncian los abogados sobre las primeras disposiciones de prueba adoptadas por Martínez. A algunas, como el secuestro de dos patrulleros, las califican de “inconducentes y livianas”.

A otras, de “inertes al proceso o maliciosamente filtradas, irregularmente producidas o diligenciadas”. Citan, como ejemplo, no constituir de inmediato a las fuerzas federales en Villarino, notificar a audiencia a testigos reservados con un móvil policial y agentes uniformados o citarlos a declarar en una delegación municipal frente a la plaza de Pedro Luro.

Los querellantes también responsabilizan a Martínez de aceptar la inclusión en la causa de un testimonio “absolutamente mendaz y desajustado de toda verdad”, en relación a una mujer que dijo haber llevado a un joven el 30 de abril en un tramo de la ruta 3. La declaración, bajo identidad reservada, fue recibida el mismo día en que se iniciaban cuatro jornadas de intensos rastrillajes en un sector de Villarino.

La testigo “no pudo precisar haber levantado a Facundo”, sino a un “muchacho de cerca de 1,70 metros y de más de 30 años”, características que no coinciden con el joven, de 1,55 metros de estatura y 22 años. Según la querella, ese testimonio fue acercado a la Justicia federal por uno de los dos policías que demoró al chico el 30 de abril.

A esta circunstancia “permitida y no advertida” por el fiscal, los abogados la califican de “ardid burdo, repugnante y premeditado, pero con acotado uso cerebral”. Reiteran que el fiscal mantuvo 12 días cerrados y sin acceso para la querella los libros de guardia y personal del subcomisaría de Mayor Buratovich.

También denuncian otros “obscenos apartamientos a la regularidad del proceso”. Incluyen allí filtraciones de datos de la causa a algunos medios de prensa, de los que responsabiliza “al fiscal, al secretario o la Policía”.

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El pedido de recusación debe ser resuelto por la jueza María Gabriela Marrón, según lo fija el Código Procesal Penal Federal. Martínez es el único fiscal titular del fuero federal bahiense. Está al frente de la fiscalía 2 y subroga la número 1, vacante desde enero pasado. Tanto el fiscal general ante la Cámara bahiense Horacio Azzolín, como el del Tribunal Oral Gabriel González Da Silva, son subrogantes.

Mientras tanto, la Procuvin continuó con la corroboración de las declaraciones testimoniales que ya habían sido tomadas por la Justicia provincial. La novia de Facundo reiteró que no lo vio en Bahía Blanca después del 30 de abril. Dijo que el chico estaba “obsesionado” por restablecer la relación rota en febrero y que de haber llegado a la ciudad, la hubiera ido a ver.

Una testigo que había declarado haber visto a Facundo no se presentó a la cita ni pudo ser hallada por la Policía Federal. Y según la querella, un oficial que dijo haberlo visto en Cerri, incurrió en tantas contradicciones que desde la propia fiscalía le advirtieron sobre la falsedad de su testimonio.

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En tanto, este miércoles llegaría a la zona el master canino Marcos Herrero, pedido por Cristina Castro. La fiscalía aceptó que los perros del policía de Río Negro, junto al grupo K9 de la Federal, rastreen la subestación comunal de policía de Mayor Buratovich, para buscar “registros biométricos” de Facundo.

Según la querella, el joven pudo haber sido llevado hasta allí el 30 de abril, luego de ser interceptado en la ruta a las 10 de la mañana. Según el acta policial, todo el procedimiento de constatación de domicilio y labrado de la infracción por violación de cuarentena, se realizó en el acceso a Mayor Buratovich, sin traslado a la seccional. Luego, lo habrían dejado ir y el chico habría retomado su viaje. 

Según la agente Xiomara Flores, ya en la ruta, lo levantó con su auto y lo dejó alrededor de las 13 en la garita del acceso a Teniente Origone. Para la querella, en ese sector no hay señal de teléfono y sin embargo el último llamado de Facundo a su mamá fue a las 13.33.

El policía Alberto González dice que le requisó la mochila y sacó una foto a su carné de conductor alrededor de las 15 cerca del acceso a Origone. Luego, vio cómo subía a una camioneta, rumbo a Bahía Blanca. Para los tres testigos que declararon el jueves pasado, a esa hora, Facundo era subido a un patrullero cerca de Mayor Buratovich, unos 25 kilómetros antes.

EMJ