El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió que la pandemia de coronavirusen aquel país “empeorará antes de que mejore” e insistió a los ciudadanos con el uso de
tapabocas, algo a lo que se había resistido hasta ahora.
Con casi 4 millones de contagios y más de 140.000 muertos, Trump volvió a celebrar una conferencia de prensa centrada en el COVID-19, algo que había sido habitual al inicio de la crisis pero que abandonó hace semanas.
Esta vez, Trump usó un tono muy distinto al del pasado, quizás presionado por los sondeos que censuran su gestión de la pandemia, alertando de los peligros del virus y enfatizando las medidas de prevención.
“Probablemente, desafortunadamente, empeorará antes de que mejore”, declaró sobre la pandemia. “Es algo que no me gusta decir, pero así son las cosas”, insistió Trump, al reconocer el problema en los estados del Cinturón del Sol, como Florida y Texas.
Además, el mandatario volcó totalmente la opinión sobre las mascarillas, y este martes insistió en usarlas después de haber aparecido el lunes con una y afirmar que lo “patriótico” es ahora cubrirse la cara.
“Obtengan una mascarilla. Les guste o no la mascarilla, tienen un impacto. Y necesitamos hacer todo lo que podamos”, afirmó. Además, instó a los jóvenes a “ser seguros y ser inteligentes” y evitar bares llenos y grandes concentraciones.
Se trata de un cambio radical del discurso del mandatario, que hasta hace unos días llamaba a la rápida reactivación económica y libraba una guerra cultural contra los barbijos.
“Si pueden, usen la mascarilla; si están cerca el uno del otro, cerca de un grupo, yo me la pondría; si estoy en un ascensor y hay más gente conmigo, yo me la pongo”, dijo Trump, al mostrar a la prensa su propia mascarilla guardada en un bolsillo. “Llevo la mascarilla, la usaré con mucho gusto, no tengo problema con ello”, insistió.
Trump enfrentó solo a la prensa, sin los principales expertos médicos que lo asesoraron durante la pandemia, los doctores Anthony Fauci y Deborah Birx, que al inicio de la crisis tuvieron un enorme protagonismo en la Casa Blanca.
Fauci, de hecho, reconoció que nadie lo había invitado a la conferencia y se lo ve cada día más distanciado del presidente. Trump mantuvo el tono moderado sin hacer mención a Fauci, y dijo que Birx estaba en la sala de al lado. Tampoco ahondó en el presunto intento de “hackers” chinos de robar datos sobre la vacuna.
Este martes los EE.UU. acusaron a la inteligencia de China de apoyar los ciberataques de dos “hackers” chinos contra empresas de once países, para intentar robar datos de la vacuna para la COVID-19 y secretos de tecnología militar.
Los “hackers”, identificados como Li Xiaoyu, de 34 años, y Dong Jiazhi, 33 de años, presuntamente se dedicaban al ciberespionaje para “beneficio propio”, y también para ayudar al Ministerio de Seguridad de Estado chino, una de las agencias de inteligencia más misteriosas del mundo y que, en EE.UU., equivaldría a la CIA.
Washington asegura que el Ministerio de Seguridad de Estado chino daba a los piratas informáticos información sobre cuáles eran los puntos débiles en el software de las compañías que se habían convertido en un blanco.
Fuente: agencias.
AFG
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