
La defensa del jubilado Jorge Ríos (70), que hace una semana mató de dos balazos a un ladrón que había entrado a robar a su casa, reclamó este viernes que se
aclaren algunos puntos de la investigación que lleva adelante el fiscal Ariel Rivas, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Quilmes.
A una semana del hecho, en el que terminó muerto el asaltante Franco “Piolo” Moreyra (26), el abogado de Ríos, Hugo Icazati, confirmó a Clarín que insistirán el que se investigue por “falso testimonio” al colectivero de la línea de 257 de apellido Monzón, que dijo que pasaba con su auto (Fiat Uno, que aparece en el video) cuando vio y escuchó que el jubilado le pegaba y le disparaba a Moreyra.
“Ese hombre declaró dos veces. En su primera declaración no había dicho eso”, comentó Icazati. En línea con ese cuestionamiento, el abogado adelantó que pedirán la declaración testimonial de un joven, llamado Iván, que hizo circular unos audios de WhatsApp en los que “da a entender que su tío, Monzón, conoce al ladrón muerto, Moreyra”.
El otro punto, que a la defensa le parece “raro”, es el de las vainas servidas. En la causa consta que fueron tres las halladas en la calle, al lado del cuerpo de Moreyra. Dos son de una misma marca, pero la otra no. Y ninguna de las tres coincide con la marca de la caja de 50 municiones que Ríos tiene en su casa para su pistola Bersa 9mm., con todos los papeles en regla.
El jubilado Jorge Ríos (70) fue golpeado por los ladrones y quedó detenido por matar a uno de ellos, en Quilmes.
De todos modos, falta una pericia balística que dará luz absoluta sobre todos esos grises. También sobre la dinámica y trayectoria de los disparos.
Este viernes se concretaron tres declaraciones testimoniales de vecinos de Ríos, que se sumaron a otra que había realizado el jueves. “Dijeron que no vieron nada raro, ni escucharon disparos”, detalló Icazati.
Por el hecho, hay tres detenidos (todos se negaron a declarar) y un prófugo. El último en caer fue Daniel Ezequiel Córdoba (25), en villa La Vera, de Quilmes. La detención estuvo a cargo de personal de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) quilmeña luego de que el propio sospechoso comentó entre sus allegados y en el barrio sobre su participación en el asalto a la casa del jubilado. Ya habían caído Cristian Chara (23) y Martín Ariel Salto (27).
En tanto, sigue prófugo Nicolás Claudio Dahmer. “Peque” tiene antecedentes penales y en abril pasado salió de un penal bajo libertad condicional por un habeas corpus colectivo que permitió flexibilizar la salida de presos bonaerense por la pandemia del coronavirus.
El cuerpo de Franco “Piolo” Moreyra (26), en Quilmes.
A su vez, más de 150.000 personas firmaron hasta este viernes a la tarde una petición en la plataforma Change.org para que liberen al herrero, quien continúa imputado de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” aunque bajo arresto domiciliario.
La solicitud, titulada “Justicia y liberación de Jorge Ríos, jubilado que se defendió” (www.change.org/liberenjubilado), fue creada hace tres días por una mujer que, en el texto que acompaña la publicación, consideró que “este jubilado se defendió para cuidar lo suyo”.
Por otro lado, los padres de Adrián Novillo (16), un adolescente asesinado a golpes por un grupo de jóvenes a la salida de un boliche, en 2014 en Quilmes, aseguraron que la banda que atacó a su hijo es la misma que asaltó al jubilado.
El fallecido Moreyra fue vinculado a la hinchada del club Quilmes, que aclaró que las personas que se acercaron al estadio con el cortejo fúnebre de aquel “no forman parte de la vida institucional” y que sus instalaciones no fueron puestas a disposición de ningún socio o persona.
El hecho ocurrió el 17 de este mes, cerca de las 5, cuando cinco ladrones ingresaron por tercera vez en la misma noche a robar a la casa de Ríos, ubicada Ayolas al 2700, en Quilmes Oeste.
Frente de la casa del jubilado Ríos, con custodia luego de recibir amenazas de familiares del ladrón muerto. (Maxi Failla)
El jubilado fue sorprendido mientras dormía, golpeado e intimidado por los asaltantes con un destornillador, por lo que sacó una pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros y les disparó.
En las imágenes de las cámaras de seguridad se ve que uno de los ladrones, luego identificado como Moreyra, quedó rezagado del resto de la banda porque estaba herido en un tobillo (fracturado al saltar un tapial) y trató de huir rengueando hasta que cayó a la vuelta de la esquina.
En los mismos videos se ve que Ríos salió armado de su casa y alcanzó a Moreyra, y lo pateó y revisó.
Si bien en la filmación no se observa a simple vista ningún fogonazo por la mala calidad de la imagen, la fiscalía cree que en ese sitio, a 60 metros de su casa y cuando Moreyra ya no representaba ningún peligro, el jubilado lo remató.
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