sus vivencias en relación a los crímenes que se cometieron en ese centro clandestino de detención ilegal ubicado en el partido de La Matanza, durante la última dictadura cívico militar.
Se trata de la segunda audiencia virtual que se realiza en este juicio de lesa humanidad, que es el primero de este tipo de procesos que se reanuda por la vía remota en la Ciudad de Buenos, en función de las limitaciones que impone el aislamiento social determinado por la pandemia de coronavirus.
Los testigos que declararon fueron Raúl Ricardo Barreto, los hermanos Cecilia e Ignacio Canevari y Luis Ignacio García Conde, y sus declaraciones estuvieron “cargadas de dramatismo y tensión”, indicaron a Télam fuentes de las querellas.
Barreto relató las alternativas del secuestro de su padre, Ricardo Barreto Dávalos, un ciudadano paraguayo que tenía 47 años al momento de su captura y que aún permanece desaparecido.
Los hermanos Canevari eran militantes de la UES, una agrupación de superficie de la organización Montoneros, que estuvieron detenidos de forma ilegal en el Vesubio durante buena parte de 1977.
Cecilia tenía 16 años al momento de su secuestro y aunque estuvo solo un día cautiva, pidió ante el tribunal denunciar además los abusos sexuales que sufrió por parte de sus captores, lo que seguramente dará inicio a una nueva causa.
Por otra parte, su hermano narró su cautiverio en el Vesubio y su traslado a las instalaciones de Coordinación Federal, donde resultó “blaqueado” hasta su liberación.
García Conde, otro militante de la UES, describió su pasó por Vesubio, su traslado a Devoto y su inserción en el servicio militar, al cual debió presentarse tras recuperar su libertad.
El testigo contó que debió hacer la conscripción en la provincia de La Pampa, donde estuvo a las órdenes de un oficial de inteligencia de Ejército que tenía muy en claro su condición de exdetenido desaparecido.
Los magistrados Gabriela López Iñiguez, Néstor Costabel y Daniel Obligado son los encargados de guiar el debate de este proceso en el cual hay diez acusados de homicidio y privación ilegítima de la libertad en perjuicio de 420 víctimas.
En tanto, fuentes judiciales adelantaron que las audiencias continuarán el próximo viernes con las declaraciones de otros testigos que aportaran sus declaraciones a distancia y por medios electrónicos.
“El Vesubio” funcionó hasta septiembre de 1978, cuando el Ejército lo demolió ante una visita de la CIDH al país que consideraba inminente, pero que finalmente se produjo un año después.
En este juicio se analizarán los casos de secuestro y torturas padecidos por más de 370 víctimas entre las que se encuentran los hechos de 50 detenidos que resultaron asesinados.
En el banquillo estarán el ex oficial adjutor Hugo Roberto Rodríguez, el adjutor principal Eduardo David Lugo, los ayudantes de 5° Milcíades Luis Loza y Olegario Domínguez y los subayudantes Roberto Horacio Aguirre y Florencio Esteban Gonceski, todos ex agentes del Servicio Penitenciario Federal.
Y los ex militares del Ejército son el exteniente Humberto Eduardo Cubas y el ex coronel David Cabrera Rojo.
En cambio, el exteniente primero Serapio Eduardo del Río quedó apartado del proceso por incapacidad sobreviniente, mientras que el excabo Oscar Alberto Pirchio falleció cuando estaba procesado.
“El Vesubio” estaba en el partido bonaerense de La Matanza y se encontraba bajo la órbita del Primer Cuerpo de Ejército, y los prisioneros eran trasladados para ser ejecutados en otros lugares.
El guionista Héctor Germán Oesterheld, el escritor Haroldo Conti, el cineasta Raymundo Gleyzer y la ciudadana alemana Elizabeth Käsemann forman parte de este colectivo de víctimas.