La imagen es brutal: el icónico Monumento Nacional a la Bandera, en Rosario, el sitio que se construyó para recordar la gesta de Manuel Belgrano, se confunde entre
columnas de fuego y de humo. La torre mayor, desde distintos ángulos, aparece escoltada por llamas. Esa postal, que el domingo se replicaba en las redes sociales con mensajes de repudio, no se trata de un homenaje a la estrategia del general durante el éxodo jujeño de dejar tierra arrasada ante el avance de las tropas realistas.
El fuego que se exhibe en cientos de fotografías es producto de la quema de pastizales provocadas en las islas de Entre Ríos, una práctica que modificó algo más que el paisaje de Rosario.
Con la intención de impulsar la actividad ganadera los incendios se repiten desde 2008, pero recrudecieron este año con particular virulencia: hasta el domingo se detectaron 8.024 focos de calor sobre el delta del río Paraná, lo que afecta desde Santa Fe capital hasta Campana, de acuerdo a un relevamiento del Museo Regional de Ciencias Naturales A. Scasso, de San Nicolás.
Las quemas atentan contra la flora y la fauna de un sector que fue designado en 2016 por el Estado nacional como “Humedal de Importancia Internacional” ante la Convención de Ramsar. Se trata de un ecosistema que, de acuerdo a especialistas, logra compensar los efectos del cambio climático.
Vista de las quemas de pastizales en las islas de Entre Ríos. (Juan José García)
En las jornadas más virulentas de quemas -sólo en julio se detectaron 3.948 focos- el aire en el Gran Rosario se tornó irrespirable: profesionales de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) detectaron que el 14 de junio pasado, a causa del humo provocado por los incendios, el aire contenía cinco veces más partículas contaminantes que las aconsejables.
Hollín, cenizas, polen, cemento y metal envician el ambiente provocando o agravando dificultades respiratorias en la población. La situación se complicó en 2020 por la bajante del río y la sequía.
Un grupo de rosarinos pasea en bicicleta. Detrás se ven las columnas de humo por las quemas de pastizales en las islas de Entre Ríos. (Juan José García)
Los operativos del Plan Nacional de Manejo del Fuego, dependiente del ministerio de Seguridad, tienen un costo de entre 10 y 15 millones de pesos diarios. Son partidas que se destinan para disponer de brigadistas, medios aéreos y alojamiento.
El miércoles pasado ese cuerpo había terminado de apagar los incendios. La zona estaba controlada. Duró apenas unas pocas horas porque el fin de semana recrudecieron las quemas. Dos buques multipropósito de la Armada se sumaron el 20 de julio a la tarea de controlar la zona para evitar los incendios.
Como parte de las medidas para visibilizar el problema, vecinos y organizaciones ambientalistas interrumpieron el sábado el paso en el puente que une Rosario con Victoria. Volverán a hacerlo, por tiempo indeterminado, el sábado próximo.
Reclamaron no sólo que se detenga las quemas, sino que además se sancione la ley de humedales para proteger un recurso natural de sensible importancia. El Concejo Deliberante de Rosario definió que el jueves 6 de agosto sesionará en la zona de islas para exponer el problema.
La Justicia Federal entrerriana imputó por los incendios y por entorpecer la circulación del transporte aéreo, terrestre y fluvial a siete propietarios de las tierras. Son muchos más los que están identificados y que podrían sufrir sanciones penales. El intendente de Rosario, Pablo Javkin, quien definió como una “actitud criminal” la de quienes inician las quemas, se presentó el lunes como querellante en la causa.
La sala “A” Cámara Federal de Rosario había aceptado el viernes pasado un amparo colectivo, por lo que derivó el expediente a la Corte Suprema de la Nación y ordenó a las autoridades entrerrianas y de la localidad de Victoria a que se suspenda cualquier tipo de quema durante 180 días. Incluso las que se definen como “controladas”.
Además reclamó a los ministerios de Medio Ambiente y de Seguridad de la Nación que dispongan de un “sistema permanente de control preventivo” para detectar y neutralizar quemas y expuso la necesidad de disponer puestos de control fijos, realizar patrullajes y utilizar aviones hidrantes.
El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, aseguró el lunes en declaraciones a radio La Red que las quemas son “irracionales” e “inescrupulosas”, opinó que la llave para solucionar el problema la tiene la Justicia y recordó que en junio propuso en un encuentro con gobernadores de Entre Ríos y Santa Fe crear un área protegida, pero aclaró que “Entre Ríos se negó”.
El 12 de junio las máximas autoridades de ambas provincias acordaron un plan que prohibía las quemas por 180 días. Ese mismo día, horas después de firmarse el acuerdo, se registraron incendios.
La situación no cambió en las últimas semanas, ni siquiera a partir de la nueva orden judicial conocida el viernes pasado. El lunes a la tarde continuaban observándose columnas de humo en la zona de islas.
DD
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