La brutal causa de muerte de Ceferino Nadal, idéntica a la de George Floyd

Forense de Tucumán, que se dio a conocer este miércoles, 33 días después del inicio del trámite.

En la última página del documento se lee: “Atento el estado de la presente causa y advirtiendo las contradicciones existentes tanto en el informe del Cuerpo Médico Forense, como en el informe preliminar, en el reconocimiento médico legal de la Policía y el informe anatomopatológico, surge la necesidad de realizar una Junta Médica a fin de aclarar ciertos puntos”.

Clarín intentó contactarse con Adriana Giannoni, fiscal de la causa, pero no recibió respuesta. Raúl Torre, el prestigioso perito criminalista y forense, aseguró: “Nadal murió exactamente igual que George Floyd​: por un reflejo vagal, por una compresión del seno carotídeo, ahí en el cuello. Es una de las formas de muerte; cuando se usa compresión, con una mano por ejemplo, se llama ‘ahorcado blanco en lugar de ahorcado azul”.

Y aclaró: “También se indica claramente que era una persona con una dolencia cardíaca crónica de largo tiempo, que ha colaborado para este tipo de muerte”.

El hecho ocurrió cerca del mediodía del 24 de junio, en el microcentro de San Miguel de Tucumán. Ceferino Nadal tenía 43 años. Se cree que, luego de robar un gorro y unos guantes en un comercio, corrió hasta ser reducido por agentes de la comisaría 1° de Tucumán.

Los primeros videos y fotos del episodio lo muestran esposado y en el piso, golpeado por al menos dos o tres de los seis policías que lo rodearon. Según se escucha en el material y declaraciones de testigos, alcanzó a gritar “Me falta el aire”.

Las pruebas muestran cómo uno de los policías apoyó su rodilla entre su nuca y su cuello, con todo su peso. Y a otro, apoyando su rodilla sobre la espalda de Nadal. También, a una mujer que le pega una patada en la zona del estómago.

La autopsia se había realizado el 26 de junio, dos días después de la muerte. Los primeros resultados habían advertido que “probablemente el causante sufrió en vida la comprensión violenta del cuello, lo que produjo la interrupción normal del aire a la vía aérea, y del flujo sanguíneo desde y hacia el cerebro por un mecanismo isquémico, produciéndose asfixia de tipo mecánica, con anoxia irreversible y muerte”.

La causa sigue caratulada como “muerte dudosa”, por lo que ninguno de los seis policías está imputado.

“Vamos a suponer que una persona discute con otra”, propone Torre, para comprender el panorama. “Lo agarra del cuello y lo cogotea: le apreta uno o los dos seno carotídeo y le hace una muerte por reflejo vagal. No es asfíctica. Ahora, si los policías son responsables es un tema jurídico. Yo hablo de lo técnico. Esto puede transitar desde el homicidio culposo, la muerte accidental y el homicidio preterintencional. Depende de la visión de la fiscal y del Juez. Y del análisis de toda la prueba; no solo de la autopsia”.

En su análisis, el homicidio culposo sería “por imprudencia o inobservancia de los reglamentos o deberes a su cargo”, de los policías que lo redujeron y golpearon. El homicidio preterintencional se debería “a la intención de generar un determinado daño y determinaron uno mayor”. Y la muerte accidental, “a una cuestión fortuita”.

En la lógica del “análisis de toda la prueba” a la que se refiere Torre, hay que recordar que Nadal era un conocido de ciertos policías de la comisaría 1°. A fines de febrero los había denunciado por “apremios ilegales”. Según declaró en la causa, y el Cuerpo Médico constató, fue golpeado por entre tres y cuatro agentes, dentro de una celda, luego de ser detenido ilegalmente. Su familia denunció que era “hostigado constantemente por la Policía de Tucumán. En especial, por agentes de la comisaría 1°”.

La fuerza de seguridad tucumana ya había quedado en la mira por la desaparición forzada y posterior asesinato de Luis Espinoza, ocurrida el 15 de mayo.

EMJ