El odisea de un niño en Misiones: sobrevivió perdido a la noche más fría del año por el calor que le dieron sus mascotas

por una patrulla fluvial de la Prefectura Naval sentado sobre algunas piedras, en la costa del río Paraná. Bruno, que tiene un retraso madurativo leve, soportó temperaturas cercanas a los cero grados y los investigadores creen que sobrevivió por el calor que le proporcionaron las mascotas.

El operativo de búsqueda se disparó el pasado miércoles al anochecer cuando el padre del chico acudió a la Policía después de buscarlo por todo el barrio Itaembé Guazú. El hombre contó que el chico solía salir para jugar con sus amigos y también para ir hasta un pequeño arroyo que no está muy lejos.

En forma inmediata, la Policía inició un intenso operativo de búsqueda en la zona con canes, un helicóptero y un centenar de infantes que recorrieron zonas cubiertas de vegetación, sin hallar rastros del pequeño Bruno.

El hombre contó que junto a su hijo habían desaparecido los dos perros de la familia, un labrador y un mestizo que responden a los nombre de Atenas y Simón; y que con el correr de las horas se convertirían en los verdaderos héroes de una historia que tuvo en vilo a toda una ciudad.

La Policía mantuvo el operativo hasta bien entrada la noche y lo retomó el jueves al amanecer pero con un radio de búsqueda mucho mayor.

Las buenas noticias llegaron el jueves al filo del mediodía, cuando una patrulla fluvial de la Prefectura que se había sumado a los rastrillajes. Los prefectos divisaron en el Kilómetro 1573 del río Paraná, zona conocida como Costa Mango, a un chico descalzo, sentado sobre las piedras que forman parte de las defensas costeras del lago de Yacyretá. Las ropas coincidían con las que vestía Bruno y junto a él estaban los dos perros.

La patrulla se acercó al chico y le preguntó por su nombre. El oficial confirmó que se trataba de Bruno, pero para confirmar que era la persona que estaban buscando, profundizó la indagatoria y y no quedaron dudas. El chico se había desplazado más de cinco kilómetros.

En forma inmediata, Bruno fue llevado hasta la base de operaciones de la Prefectura Posadas, donde aguardaba una ambulancia. Los perros nunca abandonaron a su pequeño amigo, a tal punto que uno incluso subió a la ambulancia y siguió atentamente la revisión que realizaron los médicos. Bruno dijo que estaba con hambre y rápidamente le acercaron un vaso de leche caliente y facturas.

Bruno estuvo a la intemperie con una temperatura que estuvo al borde del congelamiento. Es que fue la noche más fría del año y se estima que no sufrió un cuadro de hipotermia porque durmió entre Simón y Atenas.

La mamá del chico, Carla Boni, contó que ese día, pero en horas de la siesta, Bruno ya se habia perdido. Y después de un largo rato de buscarlo lo hallaron en el puente del arroyo Apepú. La mujer contó que siempre le gustaba ir a ese lugar con los perros “para tirar piedras y jugar”. La madre, explicó que a los dos años a Bruno le detectaron leucemia “y tuvo que someterse a un tratamiento en Buenos Aires. Después, a la par de su evolución le quedó un retraso madurativo leve. Puede hablar, escuchar y comprender bien cuando se le habla. No sufre de autismo pero sí tiene episodios en que se pierde, se desorienta y camina sin dejar de jugar. Le gusta mucho vagar”, admitió. Y dijo que es la primera vez que su hijo estuvo perdido tanto tiempo.

GS