El Ballet del Teatro San Martín estrenó En un mismo cielo: danza en otra dimensión

En un mismo cielo, el primer programa del Ballet del San Martín de este año, estrenado recientemente, no pudo haber sido creado más que a distancia: los bailarines en

sus casas -o casi- y la coreógrafa Diana Theocharidis en la suya, así como los asistentes y el músico.

Sin embargo, En un mismo cielo se aparta del muy frecuentado “diario de cuarentena”, esa forma que durante los últimos meses asumieron tantas producciones de danza en todo el mundo. No es fácil definir el género de esta obra breve, en la que participan los veintisiete bailarines de la compañía del San Martín.

Podríamos pensar en lo que, sin duda, no es: una creación de videodanza, formato que hacia los años 1980 comenzó a unir el video-arte con la danza dando lugar a piezas en las que la edición y el montaje eran las herramientas fundamentales de una secuencia en la que un bailarín, por ejemplo, podía comenzar a moverse en una playa y a continuación en una montaña, borrando las fronteras del espacio y del tiempo.

El encuadre y la iluminación son dos elementos determinantes en la construcción del relato de “En un mismo cielo”. /Captura de pantalla

Durante el transcurso de En un mismo cielo hay por lo pronto una unidad de espacio o, mejor dicho, varias unidades de espacio que corresponden a los diferentes ámbitos en los que cada bailarín acciona y que no son siempre sus propias casas: aparecen patios, pasillos y un galpón polvoriento en el que se produce una de las más bellas escenas de la obra.

Diana Theocharidis, con la colaboración de Diego Poblete, pidió a los bailarines que sus espacios estuvieran lo más despojados posibles, desprovistos al máximo de sus objetos personales. Con este pedido y con una preocupación muy específica sobre la incidencia de la luz en cada caso, la obra logra alcanzar una verdadera dimensión irreal y poética.

Por otro lado, las secuencias coreográficas no son independientes unas de otras, a pesar de que una buena parte de ese material es improvisado. Es aquí, precisamente donde interviene la edición, uniendo en ciertos momentos el final de una escena con la que la sigue. Seguramente es en el encuadre y en la luz donde reside la potencia expresiva de En un mismo cielo. Pero sin duda también está también en la capacidad de estos fenomenales bailarines acostumbrados (como decía Theocharidis en una entrevista reciente) a proyectarse desde un escenario, y que aquí tienen que hacerlo filmándose ellos mismos con sus propios teléfonos celulares.

Como Bonus, se agregó “retratos”, una serie de cortos brevísimos que retratan la tarea de siete bailarines. /Captura de pantalla

La música original pertenece a Pablo Ortiz, pero también forma parte de la banda de sonido un tema instrumental de Luis Alberto Spinetta de la época del grupo Invisible, titulado Alarma entre los ángeles.

Como un bonus–track de la obra, acaba de ser subido a la página del Complejo Teatral de Buenos Aires –donde permanece En un mismo cielo– una serie que Diana Theocharidis llamó Retratos, que consiste en cortos brevísimos que retratan a siete de los bailarines a través de material reeditado de las filmaciones iniciales.

“En un mismo cielo” y “Retratos” pueden ser encontrados en www.complejoteatral.gob.ar /teatro y también en www.culturaencasa.gob.ar

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E.S.

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