El misterio Salvador Altamura: de mejor amigo a sospechoso de su desaparición

abogado y empresario quilmeño, visto por última vez el 13 de julio pasado. Lo que sí está claro es que hay cada vez más indicios que complican a Dening, detenido este miércoles.

Altamura es empresario, abogado y piloto amateur de motociclismo. Dening mecánico de motos. Los dos son socios en la importación de repuestos y de un equipo de competición. Amigos desde la infancia, jugaban juntos en el barrio y mantienen una relación a prueba de todo.

Salvador desapareció el miércoles 13 de julio a la tarde en Quilmes, en el sur del Conurbano. Dening tenía pedido de captura desde el martes imputado por “robo y privación ilegítima de la libertad”. Lo detuvieron un día después cuando intentaba ingresar en bicicleta a Entre Ríos con 386 mil pesos y 1.500 dólares y coimear a un policía.

Lo último que se conoce de Salvador es que la tarde del miércoles 13 de julio fue hasta el taller de motos de Darío en Bernal Oeste y salieron a caminar. Volvieron cerca de las 17. Desde ese momento nada más se sabe del abogado.

Es que ahora hay dudas sobre la imagen que mostraba al hombre circulando con su moto Honda CRF 250 roja y blanca frente al edificio de la calle 25 de mayo al 200, donde vivía, a las 18.06 del lunes. Una posibilidad es que esa persona, que aminoró la marcha al pasar por la propiedad, ya no era Salvador.

Luego, a las 4.30 de la madrugada del martes, alguien con la Honda CRF del abogado y sus llaves entró al edificio y se fue a las 7. Para la familia no hay dudas de que esa persona era alguien que se hacía pasar por Salvador, ya que en ningún momento se quitó el casco. Algo que Altamura hacía siempre.

Además, de acuerdo al video notaron que quien entró tenía una altura más baja que la del empresario, que mide 1,90, y una contextura física más robusta. Sospechan también que esa persona es alguien que ya había estado antes en el departamento de Salvador, ya que el ascensor se acciona de una manera particular.

De la casa de Altamura falta una suma de dinero indeterminada, ya que nadie conocía el monto que guardaba en su caja de seguridad, y un arma. Hace poco, el abogado había vendido dos empresas dedicadas a la producción de plásticos.

Las sospechas

La actitud distante de Dening respecto a la búsqueda llamó la atención de la familia Altamura desde el principio. El mecánico recién se contactó con ellos el martes a la noche. No se sabe qué hizo todo ese tiempo.

“Darío utilizó como coartada a su novia, pero cuando ella fue citada a declarar dijo que hasta las once de la noche del lunes él no le respondió ningún mensaje”, señaló a Clarín una fuente con acceso a la investigación.

Obviamente, la fuga que improvisó Dening en bicicleta y con casi 400 mil pesos y 1.500 dólares encima lo complica todavía más. Los policías que lo detuvieron en Entre Ríos denunciaron que el mecánico los quiso sobornar para que lo dejaran pasar.

Cuando fue citado a declarar imputado por “cohecho”, Dening rechazó la acusación y brindó otra versión. Igualmente la Justicia entrerriana y la bonaerense ya acordaron el traslado del sospechoso por la desaparición de Altamura que está prevista para este lunes.

Lo que fue decisivo para la imputación de Dening es la similitud entre su cuerpo y el de la persona registrada por las cámaras que entró y salió del edificio de Altamura con el casco puesto en la madrugada del martes 14 de julio.

Problemas económicos

Para la abogada de la familia Altamura, Solange Alonso Barnetche, la principal hipótesis en torno al posible vínculo de Dening con la desaparición de su amigo es el “móvil económico”.

Darío venía con problemas de dinero hace tiempo y Salvador era quien solía ayudarlo. Pero como los préstamos se acumulaban y Altamura vio que la situación era inviable, decidió cerrar la canilla financiera.

Hay un antecedente que no es menor. En 2012, un tío del empresario desaparecido demandó a Dening por una deuda de varios miles de dólares. Para pagarla, la Justicia le ejecutó una casa y un galpón al mecánico. A pesar de eso, Darío y Salvador continuaron siendo amigos.

En un allanamiento en la casa de Dening el sábado pasado, en la calle Rodríguez Peña esquina General Alvarez de Bernal Oeste, la Policía encontró facturas de celulares de alta gama, electrodomésticos, zapatillas y ropa nueva y de marca.

“Es un cambio en su estilo de vida que resulta llamativo”, dijo Alonso Barnetche. Además, Salvador se estaba hospedando en el Apart Hotel de Quilmes. Una brigada fue a buscarlo a ese lugar, pero cuando llegaron el recepcionista les dijo que Darío “acababa de salir”.

Celos

La relación entre el abogado y el mecánico estaba a prueba de todo. Incluso a lo que para muchos puede ser considerado una de las peores traiciones que se le puede hacer a un amigo.

Salvador tiene una hija con la ex pareja de Darío. El abogado comenzó la relación apenas unos meses después de que la mujer se separó del mecánico. Si bien los dos amigos dejaron de hablarse, con el tiempo retomaron la relación. Y Salvador terminó separándose de la madre de su hija.

Este es un punto que los investigadores también ponderan como un ingrediente al móvil económico.

La moto, el arma y el teléfono

La Honda CRF de Altamura, que nueva vale 13.500 dólares, tampoco aparece. Se sabe, por la denuncia de una mujer que vive en Villa Itatí, que el martes estaba en uno de los pasillos de ese barrio con la llave puesta. Cuando la Policía fue a buscarla, la moto ya no estaba. Creen, justamente, que quien la dejó “servida” tenía la intención de que alguien se la llevara para que se pierda el rastro.

La última pista de la moto, que tiene potencia de competición y no está homologada para el uso urbano, es que fue usada para un ataque de motochorros en Quilmes. Alguien dijo que la vio en Isla Maciel, partido de Avellaneda, pero nunca la encontraron.

Lo que sí apareció fue el casco y el arma de Altamura. Estaban a pocos metros de donde la mujer que llamó al 911 dijo que había visto la moto. “Las dos cosas están secuestradas y se van a peritar y comparar con las huellas de Dening”, dijo una fuente del caso consultada por Clarín.

Mientras que los investigadores pudieron ubicar el celular de Salvador, un iPhone 7, que está por ser sometido a pericias. El teléfono lo usaba un joven de 24 años que declaró ante la Justicia que lo encontró en el centro de Quilmes con la pantalla rota, le sacó el chip y lo empezó a usar él.

A ese celular se suma el que usaba Dening. Hay expectativa de lo que pueda surgir de los movimientos y las conversaciones antes y después de la desaparición de Altamura. También de lo que Darío, hasta ahora el único sospechoso, declare ante el fiscal de la UFI N° 6 de Quilmes, Ariel Rivas, después de ser trasladado.

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EMJ