Tareas de cuidado: representan el principal aporte al PBI pero no son remuneradas

de tareas ha sido tan naturalizado como invisible a los ojos. Dicho en cifras actuales: el trabajo doméstico y de cuidados representa un 15,9% de todo lo que se produce en nuestro país y es el sector de mayor aporte en toda la economía, seguido por la industria (13,2%) y el comercio (13%).

Por primera vez en su historia, el Ministerio de Economía informó cuánto suma en cifras concretas al sistema productivo. Expresadas en valores, estas tareas aportan 4.001.047 millones de pesos a la economía argentina. A su vez, el 75,7% de todo ese trabajo son tareas realizadas por mujeres, de forma gratuita, algo que refleja de forma gráfica la desigualdad de género.

Para realizar este cálculo de aporte al PBI, que es el primero que se da de modo oficial en nuestro país, se utilizó la metodología de la CEPAL y de otros institutos oficiales de estadística del mundo. Para medir el monto en pesos del trabajo doméstico y de cuidado se usó un método llamado “de sustitución” que consiste en asignar a cada hora su valor de mercado, dado por el salario promedio que recibe un trabajador o trabajadora que se dedica a las distintas tareas domésticas en casas ajenas.

“La distribución de la tareas de cuidado es estructuralmente desigual: 9 de cada 10 mujeres realizan estas tareas, que significan en promedio 6,4 horas diarias. Ellas dedican tres veces más tiempo que los varones”, detalla el informe elaborado la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género, que conduce Mercedes D’Alessandro y que explica que esta asimetría contribuye a que su participación en el mercado laboral sea más baja que la de los varones.

También incide en que tengan trabajos más precarios, que implican a su vez una mayor desprotección social; por ejemplo no tener acceso a una obra social y en un futuro, tener una mayor dificultad para acceder a una jubilación por no tener aportes. En síntesis, “las mujeres presentan mayores niveles de desocupación, ganan menos y, por consiguiente, son más pobres”.

A su vez, en 2020, el número de aporte al PBI es aún mayor porque la pandemia generó un incremento en las tareas de cuidados y de apoyo educativo así como de limpieza y mantenimiento del hogar. Por estos motivos, el trabajo de cuidados pasó a representar el 21% del PBI. Es decir que creció 5,9 puntos con respecto a la “pre pandemia” mientras que otros rubros como la industria, el comercio y la construcción se han retraído.

El informe presentado por la cartera de Economía también refleja que frente a todo lo que trajo aparejado el COVID 19, las mujeres enfrentan múltiples desafíos. Por un lado, porque muchos de los denominados “trabajos esenciales” están feminizados: enfermeras, maestras, trabajadoras de la industria alimenticia y responsables de comedores comunitarios. Al mismo tiempo, porque el empleo en el sector de servicios domésticos, principal ocupación laboral de las mujeres en la Argentina, es uno de los más afectados por la crisis económica.

Sin por esto olvidar que quienes sostienen una actividad laboral de manera presencial o remota (teletrabajo) y, en simultáneo, deben hacerse cargo de todas las demandas de cuidados, se encuentran frente a un nivel de exigencia que afecta desde sus posibilidades de mantener el empleo hasta incluso su salud.

Créditos para mujeres

En línea con este enfoque, ayer el Banco Nación lanzó una línea de crédito a tasas subsidiadas para pequeñas y medianas empresas lideradas por mujeres. Según un informe del Banco Central, en nuestro país, “los varones duplican en acceso al financiamiento en relación a las mujeres”.

A su vez, Elizabeth Gomez Alcorta, ministra de Mujeres, Género y Diversidades, indicó que “los emprendimientos liderados por mujeres se encuentran en los sectores que han tenido mayores restricciones por la pandemia, por eso la línea de crédito que se presenta es una de las miradas para pensar la salida de la emergencia sanitaria con perspectiva de género”, en un acto que compartió con Eduardo Hecker, presidente del BNA.

Es que si bien la desigualdad en la distribución de las tareas de cuidado eran un grito a voces en nuestra sociedad, la situación extraordinaria que produjo la pandemia -desde el cierre de los espacios educativos y de cuidado, hasta la necesidad de permanecer todos los días en las casas- dejó en evidencia no sólo la relevancia que adquieren los trabajos de cuidado en la vida cotidiana, sino también cuánto tiempo y energía demandan.

“Son aquellas que hacen que los hogares funcionen”, explica un video que realizó el Ministerio Público Fiscal y que forma parte de una campaña de concientización sobre el tema.

“Las tareas de cuidado no son tareas naturales de las mujeres, las puede realizar cualquier persona”, precisa el corte de difusión de la Dirección General de Políticas de Género (DGPG) del MPF, a cargo de Romina Pzellinsky, que hizo el video para concientizar sobre la importancia de la corresponsabilidad en las tareas de cuidado como una forma de construir igualdad. La afirmación del video, aunque suene obvia, aun hoy es revolucionaria y novedosa para los organismos del Estado.

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