Desde Lomas de Zamora hasta San Luis. Y después, de vuelta. En auto. En sí ya suena a viaje “eterno”. ¿Pero si se hace en medio de la pandemia del
title=”coronavirus-en-argentina”>coronavirus, sin permiso para circular y con la app Cuidar que, por error, dice que sos positivo de covid? Es un viaje imposible. Como hace seis meses convivimos con lo imposible, el viaje comenzó este viernes a la madrugada.
En realidad, es una travesía. La de Víctor Aráoz (30) y Ezio Quijano (34), una pareja que subrogó un vientre en San Luis y cruzarán –uno en el auto y otro siguiendo el viaje a la distancia– cuatro provincias con la mujer gestante para que la beba nazca “legal” en la Ciudad. 857 kilómetros de ida y otro tanto de vuelta.
Este viernes a la tarde, Luciana, que hace 34 semanas lleva a Pilar en su vientre, se subió a ese auto en San Luis para transitar el resto del embarazo en Buenos Aires. El parto será en la Ciudad, donde está permitido que los bebés nacidos por subrogación sean anotados como hijos de quienes realmente son sus padres. Pero, como en toda historia, hay un principio.
Víctor y Ezio, la pareja que subrogó un vientre en San Luis.
¿Por qué una mujer en San Luis es la gestante de esta pareja de Lomas? Porque Luciana y Víctor se conocen desde chicos.
“Ella es amiga de mi familia. Yo tengo parientes en San Juan y Mendoza. De viajar todos los años a ver a mi familia que vive en el mismo barrio que ella (en el límite entre Mendoza y San Luis) nos conocimos. Y un día ella y el marido, que sabían de nuestro deseo, nos llamaron y nos ofrecieron llevar a Pilar en ellos”, cuenta Víctor a Clarín.
Una de las ecografías desde las que Víctor y Ezio ven a Pilar.
En ese límite fronterizo, ahora Luciana, junto a su hija de 18 años, esperaría la llegada Ezio, tras tantos kilómetros en auto. Con él viaja su cuñado. Víctor decidió quedarse, para evitar más inconvenientes, ya que él también figura, de manera errónea, como infectado.
“Es en la zona de Desaguadero. Ahí llegaremos entre las 12.30 y las 13 y las traeremos a Buenos Aires. Por suerte, desde que salimos nadie nos paró. El único control fue en San Luis, donde nos acompañaron en caravana junto a 15 autos más y sólo nos pidieron nombre, DNI, domicilio y teléfono. Nuestro miedo es a la vuelta, con tantas personas en el auto. Pero tenemos la esperanza de que vean la panza enorme de Lu y no nos digan nada“, dice Ezio a Clarín desde el camino.
La panza de Luciana, la esperanza para evitar que los detengan en un retén.
Víctor trabaja en Recursos Humanos de un laboratorio. Ezio igual, pero en un importante hotel. Se enamoraron y se casaron en 2018. Ezio y su cuñado pagaron 28.000 pesos para hacerse los hisopados y, eventualmente, en un retén, mostrar que dieron negativo. Pero por un error en la carga de datos en la app del Ministerio de Salud, los dos intentaron sin éxito sacar los permisos para circular.
El resultado de los hisopados funcionaría como “salvoconducto”. Pero ahí hay otro problema.
Como lo decía el mapa, debían cruzar Santa Fe y Córdoba hasta San Luis, para luego volver a Buenos Aires. Así que, en la mitad del viaje, en la frontera cordobesa, les exigirían que el resultado del hisopado tenga sólo 48 horas de antigüedad. El de ellos, que lo recibieron el miércoles, estaba por caducar. La cuenta regresiva los llevó a salir a la 1 de la madrugada, para que los controles ruteros fuesen menores. Funcionó. Los mismos miedos se darán en el camino de regreso.
¿Cómo es que en Cuidar cargaron como positiva de coronavirus a una pareja que es negativa? “No saben decirnos si el problema fue del Ministerio o de la aplicación. El laboratorio pasó correctamente la información, que lo carga en SISA (Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino). Pero de ahí en adelante alguien cargó mal los datos. Hicimos nueve reclamos desde la app, donde hay una opción para rectificar. Llamamos varias veces al 148 y no nos sabían ayudar y ayer (por el jueves) hablé dos veces al 0800 del Ministerio de salud y nos decían que eso depende de Cuidar, que lo maneja el Ministerio de Innovación, no ellos”, detalla Víctor.
La pareja se casó en 2018
El final de la historia será en Lomas de Zamora. Si todo sigue como al cierre de esta nota, Luciana y su hija vivirán en el departamento de la pareja hasta que el embarazo cumpla su ciclo. Ellos, momentáneamente, se trasladarán a otra casa. Para cuando Pilar nazca, como calcularon, habrán terminado los arreglos en un dúplex que estaban remodelando antes de la cuarentena. Ahí vivirán los tres y la beba figurará legalmente como hija de Víctor y Ezio, sus verdaderos padres.
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